20/12/10

Arturo Juncosa, amigo de siempre y para siempre

El sábado 18 de diciembre de 2010 asistí al funeral por el alma de Arturo Juncosa Carbonell, que, nacido el 5 de octubre de 1925 en Les Borges del Camp (Tarragona), fallecía en Barcelona el 13 de diciembre de 2010. Un amigo “de siempre y para siempre”, tal y como lo recordó Doña María Teresa de Borbón-Parma, quien en representación de la dinastía legítima, dirigió unas palabras sobre Arturo Juncosa en el oficio celebrado en la Iglesia del Sagrado Corazón, de los jesuitas de la calle Caspe de Barcelona.


Artur Juncosa firma, el 11 de abril de 2010, en apoyo de la candidatura de Tarragona a capital europea de la cultura 2016 en el salón de plenos del ayuntamiento tarragonés, tras la recepción del consistorio con motivo del 80 aniversario de Don Carlos Hugo

Durante la liturgia, el padre Nazario González, uno de los veinticinco celebrantes que acompañaron al Abad de Montserrat, nos refería que Arturo había donado su cuerpo a la ciencia, de ahí la ausencia del féretro en el funeral. De esta forma, el jesuita y profesor universitario seguirá relacionado con el saber científico, incluso después de su muerte. Prueba de su personalidad, jovial y fructífera, fue la presencia de los síndicos de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Ramon Llull, entre otras, así como de numerosos miembros de la comunidad universitaria española. El oficiante agradeció la presencia de la Dinastía Legítima en el acto, remarcando la condición de carlista de Arturo Juncosa y su estrechísima relación con la Familia Borbón-Parma.


Arturo estudió Ingeniería en Madrid y, en 1945, a causa de su militancia carlista estuvo en prisión como consecuencia de los sucesos del Círculo Carlista de Pamplona, que acabaron en enfrentamientos con las fuerzas de orden público, con cientos de detenidos y la clausura de múltiples locales carlistas.

En 1946 ingresó en la Compañía de Jesús y se licenció en Filosofía y en Teología

En la década de los cincuenta, Arturo Juncosa inició su estrecha relación con la Familia Borbón-Parma y fueron múltiples las ocasiones en que visitó Puccheim para entrevistarse con Don Javier y con Don Carlos Hugo, de quienes llegó a ser confesor y persona de confianza. Asistió a la boda de don Carlos Hugo y Doña Irene en Roma, acompañado de buena parte de la tuna del Colegio Mayor Loyola de Barcelona.

Participó activamente, como carlista, en la lucha antifranquista, con reuniones, cursillos y seminarios clandestinos en España, y en Perpignan, Arbonne y otras poblaciones del sur de Francia.

Su actitud de firmeza en el tiempo en que asumió la dirección de la delegación en Tarragona de la Universidad de Barcelona, le comportó problemas con el gobierno civil y la policía, a quien impedía su presencia en los recintos de la Universidad. Fue impulsor de la Asamblea de Cataluña, y junto a Carlos Feliu de Travy, propusieron los puntos reivindicativos de la misma, que fueron aceptados por el resto de las organizaciones que la conformaban. En algunas de las sesiones de dicho organismo de oposición fue el representante del Partit Carlí de Catalunya. Desplegó la formación de numerosas comisiones de dicha Asamblea por decenas de pueblos de Cataluña.

Recuerdo su participación en aquellas Asambleas partidarias en las que se debatía la adecuación de la ideología, especialmente la celebrada en El Ordal, cuyas sesiones llegaban hasta bien comenzada la madrugada. También, sus conferencias y actividades en los círculos de Barcelona de la calle Ortigosa o de la calle Junqueras, donde se celebrarían reuniones de las comisiones de solidaridad o del Consell de Forces Polítiques, en especial la de este organismo con la Platajunta Democrática.

Recuerdo reuniones con alumnos de las Facultades e Institutos de Tarragona en un piso deshabitado de la Rambla Nova de dicha ciudad, que se desarrollaban sentados en el suelo, donde él exponía los conceptos básicos del socialismo autogestionario, del federalismo y establecía la función de la monarquía carlista en la sociedad y se sometía, sin límite alguno, a las preguntas de los presentes. Una actividad con la que se jugaba, a diario, su puesto en la Universidad y que le creó un prestigio entre los profesores y alumnos, muchos de los cuales, con independencia de su militancia política, realizaron visitas a Perpignan para entrevistarse con don Carlos Hugo.

Nombrado Caballero de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta, le fue impuesta la Cruz de la Legimidad en un acto en Manresa el 5 de Octubre de 1994. Caballero de la S.A.I Orden Constantiniana de San Jorge, Caballero de la Orden de San Ludovico. Desde su inicio ha presidido la Associació d’Amics de la Història del Carlisme de Catalunya.

Participó en el acto del Centenario de Solidaridad Catalana, celebrado en el Ateneo Barcelonés, que fue organizado por la Asociación de Amics del Carlisme de Catalunya y presidido por Don Carlos Hugo de Borbón-Parma. También, en la Universitat Catalana d’Estiu desarrollando aspectos históricos y políticos del carlismo.

Durante más de tres décadas fue habitual de las cenas de navidad de los carlistas de las comarcas de Tarragona. En cuyos actos siempre se mostró dispuesto a participar. Siempre tratando de implicar en el compromiso y en la exigencia con sus análisis y sus consejos en el camino de la historia y la libertad. Una historia no manipulada por intereses.

Precisamente, en el tema de la historia colaboramos Arturo y yo en la biografía que, sobre Tomás Caylá, escribiera Joan Guinovart, entre los años 1994 y 1997, explicitando sus vivencias y recuerdos para realzar la figura humana y política del político vallense, abogado y periodista, que fue jefe regional del carlismo catalán hasta su asesinato en agosto de 1936. Guinovart agradeció nuestra colaboración en la búsqueda y selección de fuentes, los consejos para la estructuración de la obra y para equilibrar los diferentes capítulos, el asesoramiento para situar los hechos en el contexto histórico y el esfuerzo de corrección de estilo. El día de la presentación del libro en Valls, en 1997, Arturo tuvo palabras de recuerdo para Tomás Caylá y la juventud vallense que, en aquellos días, luchó por la Fe y por la Patria, como se subtitulaba el diario Juventud que editaba el biografiado.

Con motivo del 175 aniversario del Carlismo, Arturo Juncosa concelebró la misa de conmemoración en el acto carlista desarrollado en el Monasterio de Poblet, el 9 de mayo de 2009, que contó con la participación de la Familia Real Carlista encabezada por Don Carlos Hugo de Borbón-Parma.


Artur Juncosa, acompañando a Don Carlos Hugo, a Don Carlos Javier, a Don Jaime, a Doña Maria Teresa y Doña María de las Nieves, recorre el Claustro del Monasterio de Poblet en el acto del 175 aniversario del carlismo.

El 11 de abril de 2010, fue uno de los oficiantes de la misa en el acto de homenaje a Don Carlos Hugo, que, con motivo de su 80 aniversario, se celebró en Tarragona y estuvo en la mesa del acto de recepción en el salón de plenos del Ayuntamiento de dicha ciudad, que recibió a la dinastía legítima y a sus acompañantes en dicho acto.

En el mes de junio de 2010 participó en la última reunión de trabajo que don Carlos Hugo mantuvo, en Castelldefels, con la delegación de una fundación del País Vasco, que le había solicitado una entrevista. Acabada la reunión, le acompañé hasta el Instituto Químico de Sarriá, donde residía. En este trayecto, con la circulación colapsada de la entrada de Barcelona de una tarde cualquiera, se manifestó animoso por el futuro. Repasamos los últimos años del carlismo, con sus derivas y aciertos, y ese camino a la esperanza que son los hijos de don Carlos, que él tan bien conocía.

En agosto oficiaría el funeral de Don Carlos Hugo de Borbón-Parma en el Tanatorio de San Gervasio en Barcelona, con palabras de hondo pesar, de profundo sentimiento y respeto hacia la figura de su gran amigo.

Aspectos de su actividad docente

Cabe destacar la extensa vida académica como profesor: en el Instituto Químico de Sarrià (1957-1962); profesor en la Universidad de Barcelona (1959-1991); catedrático de Ética y Sociología en la Universidad de Sevilla (1981-1983) y catedrático de Ética y Sociología de la Universidad de Barcelona (1983-1991), año en que se jubiló.

En 1971, el Dr. José Ignacio Alcorta Echevarria, catedrático de Ética general y Ética especial y Sociología, de la Universidad de Barcelona, le dirigió su tesis doctoral “La Sociología del conocimiento en Karl Mannheim”. Tesis doctoral que recibió el Premio Ciudad de Barcelona de 1971, en Filosofía y Letras, otorgado el 26 de enero de 1972 y que sería publicado como resumen de tesis por la Universidad de Barcelona en 1975.

Fue jefe del Departamento de Filosofía, Teorética y Práctica de la Universidad de Barcelona y rector delegado de las facultades universitarias de la Universidad de Barcelona en Tarragona de 1973 a 1978.

En 1975, publicó un estudio sobre “Democracia y aristocracia en las artes plásticas modernas” y en 1976, publica “La Moral de Sartre en su teatro” (Revista Univertistas Tarraconensis, Vol. 30). Su trabajo sobre “La educación en una sociedad de cambio” fue publicado en la Revista de Ciències de l’Educació (Universitas Tarraconenses -URV Departament de Pedagogia), 1977-80.

Por Orden de 17 de junio de 1980, en virtud de concurso-oposición, se le nombra profesor agregado de Ética y Sociología, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, delegación de Tarragona. La Orden de 15 de junio de 1981, en virtud de concurso de acceso, se le nombra catedrático de Ética de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. La Orden de 15 de mayo de 1983, en virtud de concurso de traslado, le nombraba catedrático de Ética de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona.

Fue profesor invitado en numerosas universidades de Europa, entre ellas la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, y de América, en las que impartió cursos y dio conferencias. A su formación cultural le acompañó una amplia producción científica. Era miembro de la Fundació Catalana per a la Recerca, del Patronato del Instituto Químico de Sarrià, vicepresidente del Instituto Borja de Bioética, miembro del Consejo Asesor del Instituto de Tecnoética de Barcelona y del Consejo Asesor de INEHCA. En 1993 fue nombrado rector del Centro Borja de Sant Cugat del Vallés, en cuya sede se realizaron las sesiones del Concilio de la Iglesia Catalana. También, fue miembro fundador de la Societat Catalana de Filosofia del IEC; del Centre d’Estudis Carles Cardó y del Instituto Internacional Jacques Maritain.

A lo largo de su carrera docente intervino, en múltiples ocasiones, como miembro de tribunales de tesis doctorales de diversas universidades y ha dirigido múltiples tesis. Por ejemplo, en 1992, La Sociología de C. Wright Mills: el poder de los intelectuales de Alfredo Díez Merino, o, en 1995, Ética i Gestió de Josep M. Lozano Soler.


Artur Juncosa, en la Universidad Ramon Llull en la que fue Defensor de la comunidad universitaria

Fue Síndic de Greuges de la Universidad de Barcelona (1993-1998), y primer Síndic de Greuges de la Universidad Ramón Llull (2004-2008). El 19 de enero de 2007, en la sede de la Sindicatura de Greuges de la UB, se celebró una comida con todos los anteriores síndicos, con la particularidad de que Arturo Juncosa Carbonell, era en aquél momento Síndico de la Universidad Raimon Llull. El 5 de julio de 2007, en la sede del rectorado de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, tuvo lugar un encuentro de los síndicos de las universidades catalanas que contó con la participación de Juncosa. Las funciones realizadas por Arturo Juncosa eran las de recibir quejas y observaciones sobre el funcionamiento de la universidad, por parte de las personas con interés legítimo para hacerlo. También, la de presentar propuestas de resolución, con carácter no vinculante, ante los órganos competentes de los asuntos sometidos a su consideración, y el ser informado de las decisiones que, en su caso, se adoptasen. Y, especialmente, la de actuar como mediador o árbitro en los conflictos entre los individuos o grupos de la comunidad universitaria, y proponer fórmulas de conciliación o transacción vinculantes siempre que las parte lo solicitasen de común acuerdo.

El 1 de junio de 2008, en Vilaweb y en el diario El Punt, desde Tortosa, se reconocía que "el filósofo Arturo Juncosa, con el científico Federico Mayor Zaragoza y el escritor Gerard Vergés, los tres todavía activos y creativos, son los personajes con un mayor nivel intelectual procedentes de nuestra ciudad durante el siglo XX, cuya sombra excede el territorio para alcanzar una proyección universal".

Quisiera acabar este recuerdo de Arturo Juncosa con las sentidas palabras de doña María Teresa de Borbón-Parma, expresadas en su funeral, “desde el fondo del alma, gracias Padre Juncosa”.

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6/12/10

La izquierda fagocitada

El electorado catalán ha castigado con su voto a la izquierda de la tristpartida. Derrumbe del PSC que pierde 9 diputados, de ERC que contará con once diputados menos y de ICV que consigue diez escaños en el Parlamento. Con un ligero aumento de la participación, sigue siendo la abstención la gran triunfadora de estos comicios. Al castigo del tripartito le ha correspondido el triunfo de la coalición CiU que, en contra de sus esperanzas, no ha obtenido la mayoría absoluta que esperaba. Para la coalición ganadora será un tiempo de alianzas continuas para poder gobernar. Como viene siendo habitual en todas las elecciones al PP las encuestas nunca le dan sus verdaderas expectativas, para ellos el resultado del 28-N ha devenido histórico. Del retroceso de ERC, el partido de Joan Laporta ha recogido cuatro escaños, garantizándose así una inmunidad parlamentaria que minimizará muchas de las acciones judiciales que tiene en curso. Laborando contra su propia escisión de meses atrás, y manteniendo el tipo ante las hostilidades sufridas, Ciutadans ha mantenido su representación de tres diputados al tiempo que ha incrementado el número de sus votos, superando en términos absolutos al partido Solidaridad por la Independencia.


Montilla felicita a Artur Mas. Una forma elegante de despedirse de la presidencia de la Generalidad

La alta abstención prevista forzó la imaginación de los partidos para solicitar el voto útil a los ciudadanos. Así, de una campaña insulsa se pasó a una de las campañas más cutres por la carga sexual de algunos vídeos de promoción más de estilo porno que político. Si la candidata del PP disponía de un juego que mataba todo lo que se movía, las Juventudes de CiU editaban el vídeo de un hombre vestido con el mapa de España, que incluía a Cataluña, que le robaba la cartera a un ciudadano. Si Joan Puigcercós quería mostrar el victimismo nacionalista, otros se mostraban como salidos sexuales. Mientras Montilla realizaba mítines-relámpago, las Juventudes del PSC mostraban el orgasmo de una chica al introducir en la urna la papeleta de Montilla. Albert Rivera desnudaba a otros miembros de la candidatura de Ciutadans. Alternativa de Govern presentaba el vídeo pseudoerótico de Montserrat Negrera y la cabeza de lista de la CORI en Barcelona se desnudaba en un mitin en la universidad Pompeu Fabra, al tiempo que la actriz porno María Lapiedra hacía campaña por el partido de Joan Laporta con un grotesco vídeo.


Como es habitual, los sondeos de la semana anterior a la votación se volvieron a desviar sensiblemente en cuanto al reparto de escaños, si bien acertaron que CiU ganaba y que el tripartito se desplomaba, aunque nadie daba menos de 30 escaños al PSC, ni esperaba la gran caída de ERC. De los medios, El Mundo fue el que más se acercó, y El País el que más se equivocó. Al PP, le otorgaban una media de 14 diputados, salvo El Mundo que presentaba una horquilla entre 17 y 19 parlamentarios. El diario Público que auguró los 62 escaños de CiU, condenaba al PP con 12 diputados. A Laporta, la mayoría le dejaba sin representación o con un escaño, cuando obtuvo cuatro. Sobre Ciutadans, El Mundo acertó y La Razón anduvo cerca mientras otros les concedían entre cuatro y cinco.

No fueron mejores los sondeos a pie de urna, aunque todos confirmaban la victoria de CiU sin mayoría absoluta. Así, TV3 le otorgaba 63-66 escaños y una horquilla de 23-27 para el PSC. David Madí, el estratega de CiU, y la número dos de la coalición, Joana Ortega, alegres y con felicidad contenida, abrían las puertas a una hipotética mayoría absoluta. Antes de escrutarse el 50% del voto, Duran Lleida anunciaba la victoria de CiU en una rueda de prensa y confirmaba que CiU "ha ganado las elecciones".

Un dispositivo de seguridad de 6.700 mossos d'esquadra y 1.700 agentes municipales controló las 8.032 mesas electorales repartidas en 2.721 colegios en toda Cataluña, a donde podían acudir a votar más de 5,3 millones de personas de un Censo, que cuenta con 133.806 personas residentes en el extranjero y con un total de 232.126 jóvenes primerizos en unas autonómicas. Para mantener su voto secreto, los discapacitados visuales dispusieron de un 'kit' de votación que incluía una guía escrita en Braille, un sobre de votación normalizado y las papeletas de las candidaturas. En toda Cataluña se solicitaron 207 'kits' para estos comicios, 117 más que en las europeas.

El nuevo arco parlamentario

La importancia de estas elecciones radicaba en ver cómo solucionaba el electorado el descalabro de una Cataluña, locomotora de España durante dos siglos de proteccionismo, pero desde la entrada en el mercado común y con treinta años de gobiernos nacionalistas que han monopolizado el oasis catalán, ha devenido, casi, en el furgón de cola de un convoy llamado España.

Desencanto estatutario, desbarajuste de gobierno en la crisis económica, corrupción generalizada y un largo etcétera han generado la Cataluña exhausta de un tripartito nacido para descabalgar del poder a CiU. Un caos que ha permitido a CiU presentarse como el “nacionalismo útil” para reorganizar la Generalidad en la certidumbre, la seguridad y el autogobierno; como un valor refugio para el catalán medio y como un modelo para España, como una referencia política pragmática para buscar un espacio en Europa, aunque sin superar la esencial visceralidad de su discurso y de su proclama.

Se abre un arco parlamentario de tintes nacionalistas, desde la moderación de UDC hasta el esperpento de Laporta, pasando por las distintas sensibilidades de la política de un PSC o de ICV, que han pretendido inocular nacionalismo oportunista e insolidario a sus propias bases con los resultados de todos conocidos. Una victoria que ha transmutado el mono arrabalero del nacionalsocialismo tripartito por la corbata, cóctel y delicatessen de un nacionalismo de seny, que usa el victimismo reivindicativo como coartada.


En el gráfico de La Información.com se ve la diferencia entre la horquilla de representación avanzada por los sondeos (coloreada) y la real obtenida

De nuevo, ha triunfado la abstención con el 40,05% del censo electoral; es decir, 2.095.122 personas. Cifra superior a los 1.198.10 (38,47%) que votaron CiU. Los votos en blanco fueron 92.331 (2,94%) y los votos nulos, 21.727 (0,69%). Así pues, del total de votantes, 3.021.706 (96,37%) lo hicieron por las diferentes candidaturas presentadas.

Una Cataluña que no ha confiado del todo en un Artur Mas, gran enamorado de su tierra pero salpicado hasta la cabeza por la evasión fiscal de su familia a Suiza y a Liechtenstein durante 24 años, incluso en el período en que él era Consejero de Hacienda de la Generalidad. Sin duda alguna, el prestigio y la moderación de Duran Lleida ha permitido el incremento del número de diputados a la coalición nacionalista. Una lección que bien seguro Artur Mas habrá de tener en cuenta para rectificar su deriva soberanista.

Con el mismo énfasis, los electores se han mostrado desencantados con un socialismo y una izquierda actual, difuminada, que, en su vuelta a los años treinta, anteponen la ideología con una retórica que promulga una mezcla extraña de feminismo, ecología, buenismo zapateril y Alianza de Civilizaciones que conduce al desastre económico, a quitar crucifijos y cosas así, a fomentar el odio sin practicar la igualdad real. Los electores han castigado la imagen de desbarajuste de un "tripartito" que ha gobernado en un constante clima de tensión interno y externo. Medidas contradictorias, parciales y diferidas en el tiempo, con el agravante que a las mismas se oponían en la calle partidos del propio gobierno como ERC e ICV. De poco les ha servido los millones de euros lanzados a los sindicatos, en las últimas semanas, para comprar el voto de los trabajadores, porque, la crisis con su falta general de dinero, no les han permitido mantener engrasada la maraña de clientelismo, lealtades y silencio cómplice.

Perdida la brújula ideológica y su identidad, el PSC pierde la presidencia y su prestigio, despide a Montilla y se han de replantear cómo se relacionan con el PSOE y están obligados a preguntarse qué quieren ser y cuáles son sus principios y prioridades. La pretensión de los Castells, Maragall, Turà, Obiols y algunos más de convertir al PSC en el nacionalismo hegemónico ha acabado por hundirlo.


Caras patéticas la noche electoral en la sede del PSC. Montilla mantuvo el tipo

Al final, el PSC consiguió llenar a rebosar un acto de su partido. Fue en la sede de la calle Nicaragua, donde los periodistas llenaron el local para oír con atención las explicaciones de la derrota de un portavoz, Miquel Iceta, que recibiría un huevazo en la frente. Una noche electoral en la que se escucharon estas palabras: "Si el PSC pasa a la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, al menos ganaremos algo, que haya oposición. Ahora no hay oposición ni tampoco gobierno (municipal)".

En 24 horas, la leve autocrítica del PSOE pasó a trasladar la responsabilidad al tripartito. Un tripartito muy difícil de gestionar y unas elecciones que han coincidido con el rebrote y los efectos de una crisis económica que alcanzará a más de una generación –según Marcelino Iglesias. En público, alegan que estas elecciones no eran unas primarias, ni suponen un serio aviso a Rodríguez Zapatero, por no ser extrapolable a las municipales y autonómicas del 2011, ni a las generales del 2012. En privado, los dirigentes del PSOE, con su poltrona con fecha de caducidad, opinan lo contrario y lo ven como un voto de castigo. Comentarios y tertulianos afines ya han comenzado a “comunicar” -antiguamente lavar el cerebro-, a través de radios y televisiones.

Con la renuncia a sus responsabilidades políticas, un Montilla, cansado de ZP y del TC, apunta a Carmen Chacón como sustituta. De nuevo, en Cataluña, se ha demostrado que los socialistas votan al PSOE, y cuando se trata de votar al PSC las bases se retraen por una sencilla razón: su alma española es pisoteada por el sector nacionalista de la organización, de escasas luces intelectuales y morales, que las utilizada como carne de cañón de unos juegos políticos que convierten a Mariano Rajoy en el culpable de todo, por no salvar a Rodríguez Zapatero. Un PSC que ha visto alejarse a sus coaligados de Ciutadans pel Canvi (CpC), dirigidos por la médica Carmen Valls, especializada en tertulias radiofónicas, que ayudaron a elevar a Maragall y cuya acción política se orienta a la obtención de cargos para sus afiliados y a presumir de combatir la corrupción sin mover un solo dedo por ello. Coloquialmente, los socialistas los denominaban Ciudadanos por el Cargo. Con ellos, o sin ellos, el PSC no ha podido salvar los muebles al no obtener un mínimo de 31 diputados.

El PSC ha fracasado a consecuencia de sus propios deméritos, lo que no ha impedido que José Montilla, reconociera con elegancia su derrota y felicitara a los pocos minutos a Artur Mas por su victoria. El PSC se plantea ahora ser “una oposición que lo sea”.

ICV sigue jugando a ecosocialista, cuando lo único verde que conoce son las hojas de los canutos que se fuman algunos de sus dirigentes. No en vano, Miguel Ríos propuso a sus viejos rockeros votar a Iniciativa al ritmo de su Himno a la Alegría. No de otra forma se puede entender la alegría de ICV en la noche electoral, aplausos, sonrisas eufóricas, cuando se acababa de hundir su gobierno, el que les mantenía con vida económica. Para algunos, ese triunfo les garantiza un puesto de trabajo. La gestión de sus consejerías ha sido caótica, como muestra Joan Saura y su departamento de Interior y su protección del mundo okupa donde se desenvuelven sus hijos y los de otros dirigentes del tripartito.

El todos contra todos del independentismo

En su derrumbe, ERC ha recogido la cosecha sembrada. Su teoría y su práctica han vivido espacios divergentes, queriendo influir en una sociedad pero viviendo al margen de ella y de sus necesidades vitales. Esquerra pierde más de la mitad de sus escaños. Por su parte, Josep Puigcercós (ERC) ha reprochado al Gobierno su política de financiación, y ha puesto su cargo a disposición del Consejo Nacional de su partido. El hasta ahora presidente del Parlamento, Ernest Benach, abandonará el escaño obtenido y dejará la primera fila de la política, tras ser finiquitado con 416.035 euros y con derecho a percibir durante cuatro años 130.011 euros anuales. El otro estratega de su hundimiento, Jordi Portabella, quiere aliarse con SI para las elecciones municipales. Han reconocido errores en la campaña, como priorizar sus ataques contra el PP. Carod-Rovira confía en esta caída electoral para volver, con su clan de la avellana, a la primera línea de ERC tras habérsele prohibido participar en la campaña electoral. Como en sus mejores tiempos, Carod-Rovira se despide de la Generalidad repartiendo millones de euros, sólo hace falta mirar las páginas del DOGC.


Puigcercós admite el descalabro sufrido, mayor del esperado

El “voto Cicciolina” que, en todas las elecciones, expresa a la vez un cierto rechazo al sistema y cierto sentido del humor ha recaído en la figura de Joan Laporta (Solidaritat Catalana per la Independencia -SI), que cobró protagonismo por sus propios escándalos financieros y por la instrucción de diversas causas judiciales contra él, y, también, por la actuación a su favor de Maria Lapiedra, actriz porno que sería expulsada del SI el día 26 de noviembre, que calificó de “salido” al ex presidente del FC Barcelona. “Si esto me ha hecho a mí, qué no estará dispuesto a hacer a cualquier persona”. De momento, en su competencia por el mismo espacio electoral, Laporta le ganó el pulso a Reagrupament per la Independencia, que les acusa de haber montado un partido entre tres o cuatro amigos para destruirles y parar a Joan Carretero y por haber hecho imposible la unidad antes y después de una campaña en la que Laporta se dedicó “a lanzar mierda sobre ellos”. Desde el 1 de diciembre, Reagrupament viene denunciando las llamadas del SI a todos sus coordinadores para ofrecerles cargos.

Banderas independentistas, camisetas y lotería de navidad de SI, todo se vendía en el Hall del Hotel Diagonal Zero. En la noche de fiesta resuena la palabra IN-DE-PEN-DEN-CIA y se escucha “El Jan serà diputat”, que doscientas personas transforman en ¡Traidor! cuando, en la pantalla del televisor y desde la sede del PSC, comparece Montilla. A la aparición televisiva de Sánchez Camacho se le responde con gritos de "Visca Terra Lliure". Jóvenes uniformados con barretinas molestaban a las periodistas de cadenas no amigas que esperaban la intervención de Laporta, escuchando cánticos de "Yo soy catalán, catalán, catalán" y gritos de "Laporta President, Catalunya Independent" hasta transformar el “que viva España" de Manolo Escobar en un “que puta es España".

Después de salir Artur Mas en televisión, Joan Laporta, entre cánticos independentistas y aplausos de sus adeptos, se presentó ante los medios de comunicación, ataviado con una camisa verde y rodeado de sus hombres de confianza. Su "Llegamos al Parlament para hacer posible la independencia" es el preámbulo del éxtasis que se produce al salir al balcón y cuando Laporta grita: "Visca Catalunya Lliure” y “Visca els Països Catalans”. "Ahora comienza la hora de verdad" continúa Laporta, que asegura que trabajará para que "todos los catalanes y las catalanas consigan vivir en una Cataluña independiente". Y los asistentes se preguntaban: ¿continuará la fiesta en Luz de Gas?

Pero, en el festín de SI, todo calculado al milímetro, incluso la camisa verde de Joan Laporta, recordaba al polémico desfile del 22 de marzo de 1933, cuando 8.000 escamots uniformados con camisas verdes e insignias en el pecho, desfilaron en el estadio de Montjuïch ante Francesc Macià. Un acto que indignó aquel Parlamento catalán, que acusó al conseller Dencàs i a Badia de organizar un acto “de tipus francament feixístic amb els nostres aprenents de nazi”. Joan Laporta todavía no ha felicitado a Artur Mas por su victoria. Ni lo cortés no quita lo valiente, ni la educación se improvisa.

Tres días después, Josep Barba Raventós, portavoz de Solidaridad Catalana por la Independencia en Molins de Rei, se preguntaba: ¿qué celebra Solidaridad Catalana?

En su respuesta, se mostraba “harto de personalismos que destrozan una y otra vez el camino hacia la libertad de los catalanes” y volvía a preguntar: ¿quiénes son los responsables? Consideraba que “El objetivo de Solidaridad era dar un empujón al independentismo o ¿apropiarse de la marca para provecho personal al precio que sea, como ha hecho Puigcercós? ¿Qué campaña se ha hecho para captar al votante de CiU? ¿O lo que se pretendía era captar a la gente de las JERC?”.

Con un párrafo algo inconexo y erróneo en cuanto al número de diputados, manifiesta su malestar con SI: “El objetivo de la dirección de Solidaridad era destrozar ERC y Reagrupament y ¿dar la mayoría a CiU? Felicidades lo habéis conseguido. Para sentarse vosotros tenemos 9 diputado menos que hace 8 años. Un auténtico desastre pero a vosotros qué os importa, ya tiene su asiento, esto ya se empieza a parecer a ERC, qué pena. Me censuraron mis comentarios en Facebook, ejemplar, viva la democracia desde las bases. AL LORO!“. Y con nuevas preguntas se plantea el futuro: ¿Qué nos espera en las municipales? ¿Toda Catalunya de CiU y algún concejal de SI? ¿Debemos felicitar a los nuevos grandes estrategas por la independencia de Cataluña? Seguimos errantes. Los catalanes nos merecemos un proyecto más ambicioso, más grande, donde quepamos todos. Cortos de miras! ¿Que aprendan? (Gran argumento). La humildad parece reservada al Guardiola”.

Plataforma por Catalunya (PxC), que proponía la fórmula “primero los de aquí” y el control de la inmigración y la devolución a sus países de las personas en situación ilegal, obtuvo 75.321 votos (el 2,42% de los emitidos), sin llegar a conseguir escaño de representación. Una radicalidad, alimentada por el paro y la crispación social y política, que permite volcar la ira y la frustración sobre un tercero.

La resistencia no nacionalista

Para desgracia de los pueblos, el nacionalismo se sirve de su propio método: atizar el fuego de las diferencias entre pueblos, con el propósito de debilitarlos y afianzar así su dominio de clase, y disfrazando sus maniobras de poder, especialmente en las contiendas electorales, de supuestos agravios pasados que hunden sus raíces en la noche de los tiempos para conformar un sentimiento nacional que asocian a un Estado, aunque hayan carecido de él a lo largo de toda su historia. Y buscan un vecino poderoso para poderse afirmar como nación en una imaginaria resistencia territorial y demográfica.

Cuando el nacionalismo deriva en patriotero o chovinista comporta diversos riesgos y aparecen diversos tipos:
1) El menos grave de la simple exterioridad de banderas que responde a un sentimiento de tribu, como los fanáticos del deporte.
2) El muy peligroso cuando la autovaloración se construye o afirma a costa de otros, sobre todo extranjeros, etnias o religiones diferentes a la mayoritaria, asentadas en el mismo territorio y que comparten obligaciones y derechos.
3) El encubridor de males como la debacle económica, la pérdida de legitimidad de los gobernantes por ineptitud o desgaste y, más aún, la brutalidad del poder. Un encubrimiento que exalta sin medida el recurso al orgullo nacionalista.
4) La demagogia que es la eterna tentación del nacionalismo, y que se hace presente cuando una fuerza política, social o económica utiliza esa materia frágil y voluble para obtener réditos.


El voto es indispensable para hacer frente al pensamiento único que se trata de imponer

Cuando hablamos de patria, englobamos a todos los ciudadanos de un país, a todos aquellos unidos por la voluntad de hacer algo juntos, y nos enfrenta al concepto de nación, que exige reunir unas condiciones de pertenencia a los ciudadanos propias de una secta e impone una adscripción ideológica. La patria admite la diversidad ideológica, el nacionalismo impone una única ideología. Los sentimientos patrios existen con sus variantes positivas y negativas, puesto que un pueblo necesita percibirse a sí mismo como algo unitario y particular, con los valores que reivindica, que pueden diferir con los de otros pueblos, y que ha de mejorar y corregir cuando se dan las condiciones precisas. La identidad de la patria no es conflictiva sino que le da congruencia y miras sociales y políticas a una comunidad. Por el contrario, el identitarismo nacionalista sí es necesariamente conflictivo porque busca imponerse sobre los demás, se exacerba hasta conseguir que la irracionalidad sea la materia prima que acaba arrastrando a la violencia, y conduce, en su delirio, al expansionismo imperialista.

De una forma más consciente, los no nacionalistas se presentan como servidores y no como salvadores de Cataluña. Son catalanes que no se dejan arrastrar por la coerción del identitarismo nacionalista y por la coacción diaria de sus agentes. Quieren la libertad, no por historia ni por personalidad, sino para conseguir el bienestar y el desarrollo que sirva a toda la ciudadanía. El pastor luterano alemán Dietrich Bonhoeffer, resistente contra el nazismo, arrestado, encarcelado y ejecutado por éste, asumió en la Barcelona de 1929 y 1930 la vicaría de la Iglesia Luterana. El papa Pablo VI lo definió como una personalidad hondamente cristiana y cuya definición «Jesús, hombre para los demás» es válida para nuestro tiempo. Bonhoeffer consideró que “el nacionalismo conduce inevitablemente a la guerra”.

Los populares, en su versión de catalanismo etéreo y sin causa, han rentabilizado la crisis económica y el escarnio de Zapatero para convertirse en la tercera fuerza del Parlamento. Han sobrevivido al Pacto del Tinell que le excluía de la vida pública catalana y que le hacían el objeto de todas las críticas del poder tripartito y nacionalista. Alicia Sánchez-Camacho ha instado a impedir la "sociovergencia" y ha dejado en la cuneta al partido de Montserrat Nebreda (2.187 votos), que se había escindido del PP.

El candidato de Ciutadans, Albert Rivera, ha atacado al PSC por el desempleo. Ciutadans, en su particular duelo, se ha impuesto al partido de Rosa Díez (UPyD), que obtuvo 5.293 votos y que le disputaba el espacio tras captarle militantes y diputados. Ciutadans proponía rebelarse contra la dictadura nacionalista y que la abstención, el voto en blanco se pueda traducir en escaños vacíos, y ahorrar por esta partida contable.

Lectores de diarios e internautas han comentado los resultados de estas elecciones: La mayoría se muestran cansados del tripartito. Felicitan a CiU y al PP, sienten que C’s no haya sacado más escaños y se preguntan porqué teniendo más votos, Ciutadans tiene menos diputados que SI. Se alegran del batacazo de los incompetentes y demagogos que formaban el absurdo tripartito, porque dejaran de hacer daño a Cataluña y, en general, a España. Unos aprovechan los resultados para decir que Cataluña no es España y que no tienen la obligación de levantar un país gobernado por inútiles de mente corta y se ha de preparar el terreno de la independencia uniendo las fuerzas catalanistas bajo un mismo estandarte, dicen estar hasta el gorro de dar y no recibir, reinciden en sus falacias de siempre sobre el expolio fiscal que beneficia a extremeños y demás comunidades que no aportan ni la mitad. Piden a Mas que no pacte con el PSC, ni con el PP, que opte por la crispación interna. Otros, afirman que, se quiera o no, Cataluña es parte de España. Piden superar el antagonismo canallesco impulsado por el tripartito y el reencuentro entre los catalanes y el resto de los españoles, que hubieran caído en la trampa de los separatistas. Piden una labor conciliadora y fructífera. Otros, aconsejan a Rodríguez Zapatero que tome nota para evitar el caos en las próximas elecciones.

Dudas sobre el recambio nacionalista

Los nombres que se barajan para el nuevo equipo que asuma la dirección de la Generalidad ofrece serias dudas a los comentaristas de los medios más diversos, en el sentido de más de lo mismo. Temen que se equivoque de entrada si piensa que todos sus votos provienen del nacionalismo e independentismo, y no del hartazgo de los trabajadores contra el tripartito y su izquierda inquisitorial. Se equivocarían si volvieran con afán de revancha contra el PSC, por la negativa de éste a la sociovergencia en 2003.

Se equivocarían en hacer pagar a los trabajadores por la crisis y, en especial a los trabajadores de la función pública catalana. Se equivocarían, también, los sindicatos si no dejan un margen de actuación al nuevo ejecutivo hasta ver por donde se decanta éste, porque después de asentir durante siete años a todos los desmanes contra los derechos sociales, después de ser UGT, CCOO e IAC la correa de transmisión del tripartito, sería realmente escandaloso.

El nuevo equipo se equivocaría si no olvida ese espíritu de queja permanente en el que lleva instalado el nacionalismo catalán como fórmula perfecta de ser improductivo, y que no es lo mismo que reclamar lo que se considere justo. Una queja que es como una droga para los dirigentes nacionalistas y que sin la cual son incapaces de funcionar, una forma de escaquearse de sus responsabilidades y de dejarlo todo a campañas de imagen y de autobombo.

Que el nuevo equipo olvide sus fantasmagorías geopolíticas o técnicas prestas para activar conflictos ficticios con el mundo que le rodea en la búsqueda de permanentes casus belli que hagan estallar, por la mentira y la manipulación, sentimientos de identidad legítimos. Una respuesta nacionalista que suele conllevar excesos de xenofobia, racismo, que convierte al otro en poco menos que en un extraterrestre. Cuando a todos los pueblos de las Españas los vincula su pasado y su presente, el cálculo frío y cínico de unos cuantos políticos pretende malversar los lazos que nos unen a todos: las aportaciones mutuas en la economía, en la cultura, en las relaciones personales; en la obligación de protección de una biodiversidad sin fronteras en la contaminación, en las talas, en la invasión y depósito de sedimentos. La prudencia indica que si se acentúa el nacionalismo -ya sea oportunista o cargado de buenas intenciones- se corre el riesgo de que éste derive en expresiones negativas de un patriotismo mal expresado y que, para mayor confusión, sirva, incluso, de caja de resonancia a las voces hostiles a nuestra civilización. El mayor amor a la patria que uno puede mostrar es no caer en manos de aquellos manipuladores que hacen mucho ruido y poca música, y que, durante treinta años, su oportunismo no les ha servido para esmerarse en no ensuciar los ríos, ni para construir carreteras bien hechas ni para mejorar la prestación de servicios públicos.

Que abandonen ese eterno juego de la confusión, tan propio del pujolismo, que condujo a Cataluña a refugiarse en su ínsula barataria para imponer un discurso radicalizado en todos los órdenes. Un universo conceptual que es una manipulación y el reflejo del caos intelectual del nacionalismo pujolista de coordenadas fluctuantes según la necesidad política del “Molt Honorable” de turno, a quien poco importa una Cataluña intelectualmente en ruina, controlada por esos comisarios políticos y lingüísticos que tanta actividad tuvieron en los veintitrés años de pujolismo y en la etapa tripartita. Un confusionismo que gasta miles de millones de euros en subvencionar a sus entidades, que con lo recibido hasta la fecha han quedado suficientemente arregladitas de por vida.

Que el nuevo equipo olvide la tendencia nacionalista a la censura, que, aunque sin aparecer como oficial ni reglada como en el franquismo, existe y se encuentra relacionada con organismos complejos, empresas y todo tipo de ajustes de cuentas que induce, primero, a la autocensura y sirve, después, para degradar las investigaciones, sobre todo de corrupción, a simples opiniones y para tratar de descalificar cualquier análisis que se realice sobre el pensamiento único nacionalista. Una censura perfectible para quienes se dedican a escribir y a comunicar, y que llega a los críticos en forma de insultos, de amenazas o de agresiones.

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25/11/10

Despidiendo al Tripartito

Se va acabando el tiempo de la campaña electoral en Cataluña. Si hemos de hacer caso a los resultados previstos en todas las encuestas publicadas hasta la fecha, el tripartito dejará el Palacio de la Generalidad a partir del 28 de noviembre de 2010. Los movimientos de aproximación de personajes del PSC, ERC o ICV hacia CiU, y otros partidos han sido evidentes en el último año y medio. En este período, la sustitución de cargos en la Generalidad ha sido constante así como la realineación de los salientes en busca de mejores expectativas de futuro.


Imagen de los candidatos que participaron en el debate del día 22 de noviembre. El resto de candidaturas son invisibles.

Con la llegada del Tripartito en 2003, miembros de CiU, preferentemente aquellos sin oficio ni beneficio, se situaron en la órbita de ERC o PSC para recibir algún que otro carguillo, en Cataluña o en Madrid, que les hiciera más pasajera su travesía del desierto.

Los diferentes gobiernos de CiU y del Tripartito han tenido un nexo de unión: las mismas redes de tráfico de influencias y de corrupción que, montadas en la época convergente, han sido útiles al nacionalsocialismo catalán, que las ha corregido y aumentado.


Desde presidencia de la Generalidad o desde Fomento Nacional del Trabajo, insisten en la discriminación de Cataluña en las inversiones del Estado, y lo repiten hasta convertirlo en verdad absoluta y oficial. Si Jordi Pujol toca el tema de las inversiones, Montilla habla del desafecto de Cataluña por España. A partir de aquí, cualquier ineptitud cometida por personas concretas, cualquier motivo sirve para reclamar la independencia, sean las obras del AVE, sean los retrasos de los barceloneses en llegar al trabajo. Pero, tras el hundimiento del barrio de El Carmelo nadie pidió suprimir la autonomía municipal o regional por el desaguisado, ni por el asunto del 3% de comisiones, ni por los casos del Palau o Santa Coloma con todas sus ramificaciones. Callan como putos.

No solamente callan, sino que el conjunto de las administraciones públicas catalanas manipulan abiertamente los datos sobre el número de personas que dependen de ellas. Una maraña de mil empresas publicas, con sus correspondientes consejos de administración, que se unen a cientos de empresas mixtas (públicas-privadas) y a miles de empresas privadas que trabajan, prácticamente en exclusiva, para el sector público. Empresas privadas que al ganar sus concesiones, convenios y conciertos han de subrogarse el personal que tenían adscrito las anteriores empresas que prestaban los servicios. Incluso, en la actividad de mantenimiento, son empresas privadas las que gestionan las contratas y subcontratas de los trabajos permanentes a realizar para el sector público. Una maraña para ocultar las verdaderas tasas de ocupación pública catalana, casi idénticas a las presentadas por Extremadura y Andalucía, de las que tanto despotrican nacionalistas e independentistas catalanes.

Gestión contradictoria del tripartito

La gestión de gobierno desarrollada por la tristpartida, de PSC-ERC-ICV, durante las dos últimas legislaturas queda perfectamente descrita con el ejemplo de la consejería de Salud. Es de justicia reconocer que la herencia recibida de CiU fue un sistema sanitario en declive, que requería un impulso ante los nuevos retos tecnológicos, que necesitaba aunar esfuerzos económicos y una mayor aproximación a la sociedad para evitar su quiebra técnica.

La consejera socialista, Marina Geli, declaraba, recientemente, en la sede del PSC, que: "Hemos tenido que reconstruir el país, hemos sentado los fundamentos sólidos para el futuro". Ella misma destacaba sus logros: el Plan de Salud de Cataluña, el Mapa sanitario, socio sanitario y de salud pública, todos los planes directores sobre enfermedades y los planes estratégicos sobre diferentes ámbitos asistenciales, y el Plan de Innovación en Atención Primaria y Salud Comunitaria. También, el haber reforzado el papel de aseguradora pública del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) y el haber descentralizado la Administración sanitaria con la creación de 37 gobiernos territoriales de salud, en los que Generalidad y ayuntamientos comparten competencias y cuentan con la participación de ciudadanos y entidades proveedoras.

Pero, no todas estas afirmaciones sobre los logros del tripartito son ciertas, ya que desde los años 90 los Planes de Salud y los mapas sanitarios constituían una tarea permanente de la Consejería de Salud. Ni la continuidad del CatSalut se puede considerar un éxito, puesto que, en petit comité, reconocen que es una superestructura heredada de CiU, inútil, innecesaria, reiterativa y costosísima. Asimismo, evitan catalogar de inútil la creación de los 37 gobiernos territoriales porque crea cientos de cargos redundantes como prebendas para gente con carné. Estructuras para permitir a los amigos disponer de sueldos, que son tres o cuatro veces superiores a los correspondientes de la función pública. Es decir, el tripartito mantiene y acrecienta un dispendio absolutamente inútil que produce toda clase de distorsiones en la gestión pública de la salud.


Marina Geli no ha resistido la tentación de colocar en la Web de su departamento imágenes en defensa de la pederastia, una de las muchas sombras de su gestión

Sin duda, una gestión con alguna luz e infinitas sombras. En sus siete años de liderazgo de la sanidad en Cataluña, Marina Geli ha abierto debates de sensibilidad sectorial enmarcados en su animadversión hacia el derecho a la vida de los más débiles, sean éstos nasciturus, enfermos terminales o ancianos. El aborto, quirúrgico y químico, y la eutanasia han constituido dos de sus ideas obsesivas, cuyos resultados se verán en el medio y largo plazo. También, como heredera de la generación del mayo del 68, se ha mostrado defensora acérrima de la pederastia, tal y como se refleja en la Web del departamento de Salud. De la misma forma que ministerios de Industria y Cultura del gobierno de Rodríguez Zapatero, han subvencionado millonariamente videos y series en defensa de la sodomía, de la zoofilia y de la violencia extrema.

Una gestión que, sin cuestionar nunca la coexistencia costosísima de la Consejería de Salud, el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) y el Instituto Catalán de la Salud (ICS), pretendía adelgazar la Administración y poner orden en la sanidad catalana. Pero, la realidad ha sido otra muy diferente. En el ámbito sanitario catalán y mamando del presupuesto público sobreviven el propio Departamento de Salud, el CatSalut, el ICS, entidades autónomas administrativas, entidades de derecho público, sociedades mercantiles, consorcios y fundaciones privadas que, en 2010 se repartirán 24.912,33 millones de euros, de los que 14.735,67 millones serán gastos a consolidar, transferencias internas y otros flujos de recursos que se producen entre todas estas entidades. Tan sólo recordar que, desde su inicio, la consejería de sanidad ha dispuesto de un Gabinete o Consejo asesor del consejero o consejera con un presupuesto equivalente al de tres o cuatro departamentos de la Generalidad. Así, se puede comprender cómo se creó la que se denominó “deuda histórica de la sanidad catalana” que, en el primer año de gestión autonómica, ya representó un montante de más de 50.000 millones de pesetas, sin que se prestara un solo servicio más de los catalogados en la etapa anterior.

Una gestión plagada de numerosas irregularidades reseñadas por la Sindicatura de Cuentas, como las del nuevo Hospital de San Juan Despí o las del Sistema de Emergencias Médicas. Una gestión que ha planteado muchas dudas en su intervención sobre el sector privado, como en la mutualidad La Alianza y en otros casos. Una gestión que ha sido encausada por un buen número de juzgados de Cataluña, que ha significado indemnizaciones millonarias y la rectificación de las actuaciones del gobierno catalán.

¿Cómo ha podido la Generalidad catalana llegar a este descontrol?

De una forma sencilla, gracias a las leyes catalanas LOSC de 1990 y de 1996, reforzadas por la Ley 15/97, que permiten el ánimo de lucro en la gestión de la salud pública. La Consejería de Salud da dinero a empresas para que gestionen la sanidad. Si hay beneficios, se los quedan las empresas. Así se fuerza a las empresas a recortar plantilla en hospitales y centros de primaria, a subcontratar compañías para que gestionen servicios por un importe menor y con una menor calidad. Si existen pérdidas (Hospital General de Cataluña, Hospital oncológico Duran i Reynals…), quiebras o si el sr. Millet, de Agrupació Mútua, se lleva 70 millones de euros, éstos importes los pagan los contribuyentes de toda España porque el gobierno ha de asegurar, constitucionalmente, los servicios sanitarios a los ciudadanos.

A mayores gastos, mayores necesidades de recaudación. En los últimos cuatro años, la obsesión del tripartito catalán por encubrir la privatización y encarecer la sanidad le ha llevado a plantear ya no sólo el co-pago, sino el mega-pago. Es decir, pagar varias veces por recibir atención sanitaria. Una vez mediante las cotizaciones de trabajadores y empresarios a la Seguridad Social, otra a través de impuestos generales, otra a través de recargos en los impuestos (tasa sanitaria catalana en los carburantes), otra al acudir al CAP u Hospital, otra al acudir a la farmacia para que le dispensen los medicamentos recetados. Un dinero de los impuestos que, con el modelo sanitario catalán, acaba financiando no la sanidad pública, sino negocios de empresas públicas-privadas, consorcios, hospitales-fundaciones, EBAs y todas las otras maneras de pasar el dinero público a bolsillos privados a través de “relaciones de confianza y poder”. Negocios que, a pesar de utilizar dinero público, se regulan por las leyes mercantiles fuera del control del Parlamento y de los ciudadanos. Sin control de ese dinero público, la sanidad “pública” queda controlada por unos cuantos empresarios.

Pagadas con dinero público se desarrollarán las campañas a favor del mega-pago. En su estrategia, el Departamento de Salud buscará el consentimiento de asociaciones de enfermos, subvencionadas generosamente, y se apoyará en la publicidad y artículos en los medios de comunicación para combinar palabras como: eficiencia y eficacia, financiamiento insuficiente, el disparo del gasto, sostenibilidad económica, reformas, nuevo sistema de financiación, racionalización, medidas de corrección, priorizar, progresivamente, de manera gradual, transparente y transparencia, información accesible, corrección, plan de sistemas coherente, utilización racional.

Una gestión privatizadora que traspasará al próximo ejecutivo de la Generalidad un déficit sanitario de 500 millones y una deuda de 1.268 millones que acumulan los centros concertados. Maria Geli deja pendiente las guerras judiciales por la integración forzosa del cupo y zona y la jubilación obligatoria a los 65 años en el Instituto Catalán de la Salud. Un legado que dejará en el aire el intento de regular las medicinas complementarias.

Una campaña con mucho estiércol y pocas ideas

Después de treinta años de gobiernos nacionalistas, mucho se ha hablado del oasis catalán y de su normalidad. Pero, Cataluña necesita de la aportación de todos para su gobernabilidad, no puede admitir más Pactos del Tinell, por el cual un partido o una coalición política puedan dejar a gran parte de la población fuera de su acción de gobierno.

La sociedad demanda a los líderes políticos una confrontación entre personas civilizadas y a los candidatos una exposición clara de las distintas propuestas, la argumentación de sus opiniones y sostener una determinada política utilizando medios dialécticos y razones fundadas, y respetando al adversario. La mayoría de la ciudadanía pasa de esas promesas de difícil cumplimiento, de regalos y de utopías sociales y quiere que, gobierno e instituciones, encaren la crisis y el paro, así como los verdaderos problemas del día a día.

Pero, en su deriva, los partidos pretenden obtener ventajas políticas sin conservar las formas y convencer al elector del peligro del adversario con el ataque directo, el ensañamiento sectario, el insulto, la descalificación indiscriminada y la imputación gratuita, y el recurso doloso a triquiñuelas, trampas, embustes, calumnias, injurias y demás malas artes para, sin fundamento alguno, distorsionar la imagen del contrario, atentando, incluso, contra su honra, su credibilidad, su capacidad y preparación personal. Una táctica electoral que conduce a la cada vez menor asistencia a mítines, a donde sólo acuden los convencidos y los deseosos de ser soliviantados con la agresión y ninguneo al contrario.

Los ciudadanos, condenados a este tiempo de juego sucio y sin ética, en que se transmuta el concepto de faire play, con discursos llenos de sofismas, ausentes de toda lógica, carentes de educación y de los mínimos conocimientos exigibles a los candidatos, ven como el estiércol resuma en una Cataluña en la que es normal que se imponga por decreto ley cómo se ha de hablar, qué se ha decir y hasta qué se ha comer. Leyes dictadas para imponer el surrealismo en la sociedad y, en consecuencia, perseguir a la población hasta en sus momentos más íntimos de ocio, y a los niños en las zonas de recreo. Una población susceptible de ser sancionada por cualquier circunstancia de la vida.

¿Qué normalidad es tener que esperar a unas elecciones para que los políticos, que se oponen a la enseñanza en castellano y al derecho de los padres a elegir, hablen en castellano en Cataluña? ¿Por qué recuperan el castellano, en proceso electoral, quienes obligan a rotular los comercios en catalán y sancionan al disidente? ¿Qué normalidad es llamar anticatalán, a quien se opone al totalitario pensamiento único nacionalista? ¿Qué normalidad es llamar xenófobos a quienes plantean la necesidad de regular la inmigración de acuerdo con las disponibilidades del país y con su capacidad de garantizar derechos y de exigir deberes, que protejan a los inmigrantes dispuestos a integrarse? ¿Por qué no se admite la existencia de problemas de convivencia derivados de aquella inmigración que no quiere integrarse? ¿Por qué no se preguntan por los grupos de presión de inmigrantes, infiltrados por agentes de regímenes no democráticos, que fomentan la creación de guetos donde aplicar sus propias leyes al margen del Estado, y que, entre sus objetivos, tienen la desintegración de España y el mantenimiento de actitudes cada día más provocadoras? ¿Se ha de esperar al estallido social para analizar el problema? ¿Se ha de continuar permitiendo los desmanes de quienes han tomado España como territorio para sus operaciones delictivas y que se agrupan para asaltar, asesinar, atracar al común de los ciudadanos y que cuestionan la eficacia de nuestro sistema policial y penal? ¿Qué país no toma medidas efectivas para regular a cuantos lo habitan sin dejarlos en la más absoluta ilegalidad? ¿Hemos de esperar a que se desarrollen actitudes racistas que se contrapongan al crecimiento exponencial de estos desmanes? ¿Hasta cuándo hemos de confundir los términos y hacer de esta cuestión un tema tabú?

No obstante, podemos reconocer a cualquier político capacidad de trabajo e, incluso, inteligencia política, pero no por ello hemos de compartir sus modelos de sociedad cerrada y mesiánica, ni mucho menos su grosera propaganda política sexista, ni sus exabruptos.

En esta campaña, el maniqueísmo de la izquierda, adobados de un color más rosa que rojo, muestra en sus mítines una oratoria parvularia, que se contrapone con la edad media de sus adeptos, ya entrados en años y en carnes gracias a las subvenciones recibidas y a los recortes realizados a los demás. Hablan de soluciones en plan genérico, pero no aportan ni una solución práctica viable.

El maniqueísmo nacionalista descubre, ahora, después de más de treinta años en el poder, que la gente está falta de confianza y desmoralizada, con la relación con el resto de España está degradada, y pide el voto útil, para apoyar a sus emprendedores, verdadero modelo de especulación más que de producción, salpicado de tráfico de influencias y de tramas de corrupción. En su lógica, el nacionalismo catalán no admite que puedan existir las mismas instituciones, las mismas competencias, las mismas aspiraciones para todas las autonomías. En su pretensión, imponen la división de clases autonómicas, puesto que para ser ellos más, los demás han de ser menos. Y cuando acuden al victimismo, la sociedad española debe distinguir entre lo que es Cataluña y lo que es esa excrescencia llamada nacionalismo catalán, que altera su textura y naturalidad, y cuyos intereses son bien divergentes.

El maniqueísmo independentista, en la versión de ERC aporta la idea del referéndum, en las de SI y Reagrupament la declaración unilateral de independencia. Independencia tomada como piedra filosofal que, por arte de birlibirloque hará desaparecer todos los problemas y dará paso a un milenio mágico. Las declaraciones de los líderes de ERC, de SI, de Reagrupament, y de la propia CiU nos brindan, con crudeza, la posibilidad de comprobar la estupidez, el ansia de insolidaridad nacionalista, egoísta por naturaleza. Ellos mismos resumen sus intereses en "la pela" y el coche oficial, y en recurrir, a la primera de cambio, a toda clase de ayuda de los demás.


Con estos elementos pretende Joan Laporta llegar a presidir la Generalidad

¿Cómo se puede continuar diciendo que Cataluña paga más impuestos que el resto de las comunidades de España? ¿Son acaso los impuestos pagados por las comunidades autónomas? O, ¿más bien, son pagados por personas físicas y jurídicas? ¿No están sometidas todas las personas a la misma legislación tributaria, salvo la excepción de los regímenes forales? Evidentemente, la legislación básica, condicionada por las directivas europeas, es idéntica para los sujetos pasivos obligados. Otra cosa serán los recargos fiscales impuestos por los gobiernos autonómicos o, entre otros, por los ayuntamientos.

Solamente, nacionalistas e independentistas, que actúan como oráculos de Cataluña, pueden sostener semejante patrañas y lanzarlas como consignas para que sean repetidas, cual jaculatorias, por una parte de los ciudadanos de Cataluña. Pues, sólo ellos disponen de la verdad revelada, por supuesto, en catalán. Pero este delirio adquiere notas preocupantes cuando identifican la pasada dictadura con quienes la sufrieron política y económicamente, y cuando pretenden presentarse como enemigos acérrimos de aquella quienes más se enriquecieron, más prosperaron y más se engrandecieron con ella. Precisamente, aquellos que siguen haciendo de la institución del caudillismo, el punto básico de su ideología, en el que confundir pueblo, partido, nación y jefe.

Concurre a las elecciones, también, un sector político no nacionalista que no está por la labor de imponer un monolingüismo catalán, como hacen aquellos nacionalistas e independentistas que llevan sus hijos al Liceo Francés, al Colegio Alemán, a la Escuela Británica, donde no existe la inmersión en catalán. Ni que, tampoco, está por el lavado nacionalista del cerebro desde la escuela y a través de los medios de comunicación. Pero, es un sector que sí que está por dar soluciones concretas a problemas concretos. Un sector que recibe toda la agresividad, las amenazas y los atentados de quienes tratan de imponer su pensamiento único en Cataluña.

Para cualquier organización que se pretenda solidaria, por seriedad y coherencia con las propias esencias, cuando la crisis no permite profundizar en la solidaridad, lo que no hará será alentar la insolidaridad. Los no nacionalistas han manifestado en múltiples ocasiones que no se puede reclamar todo el autogobierno y cuando el gobierno catalán genera problemas exorbitados y gastos, a veces injustificados, exigir que lo resuelva el Estado. Denuncian que el modelo nacionalista catalán ha supuesto la decadencia en liderazgo, libertades e imagen de Cataluña.

Frente al clientelismo y la manipulación política de esta campaña hemos de recuperar la idea y la actitud de servicio al interés general, encauzar su supremacía frente a los intereses corporativos y sectoriales.

Pero, tristemente, quienes pretenden el poder en Cataluña no les importa lograr mayores resultados y beneficios para la sociedad, ni les interesa saber qué acciones han de reforzar para resolver un problema. Ni se plantean la transparencia y la honradez en el manejo del presupuesto, ni el orden y la disciplina en el gasto público, pero hablan por los codos de la eficiencia y la eficacia en el trabajo de la función pública. Cataluña, tras el 28-N, quedará nuevamente sometida a las redes de tráfico de influencias y a las redes de corrupción tejidas en treinta años de nacionalismo, son los mismos perros aunque lleven diferentes collares.

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13/11/10

La ignominia del SAHARA

En los últimos treinta y cinco años el mundo ha cambiado radicalmente, pero el Sahara Occidental continúa ocupado ilegalmente por Marruecos. Cómplices EEUU y Francia, la Unión Europea y la ONU. Pero, el gobierno de Rodríguez Zapatero mira hacia otro lado y califica de sucesos la sangrienta represión de Marruecos contra los saharauis, y Mohamed VI entiende ese conformismo como un visto bueno a sus masacres.


En 2003, como secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero se entrevistó con Mohamed VI para reírle las gracias imperialistas al alauita. Esta fotografía nos hace comprender la estrategia y declaraciones del gobierno socialista en el conflicto del Sahara

El Sahara, era una provincia española más con sus representantes en Cortes, con sus habitantes disponiendo de DNI y pasaporte español, con la mayoría de sus habitantes deseosos de continuar en España. Pero, un movimiento guerrillero, de jóvenes ideologizados, exigía la Independencia y atacaba militarmente la presencia española, auspiciado por Argelia y sostenido por una URSS con sus ojos puestos en los fosfatos, en la pesca, hierro, petróleo y gas. Y así les ha ido.


A pesar de ello, España no puede olvidar que buena parte de saharauis tiene pasaporte español, ni que, al menos, un español ha sido asesinado por la acción conjunta de las fuerzas de policía, la gendarmería, el ejército y los cuerpos auxiliares de represión, a quienes se les han unido grupos armados de los colonos marroquíes. En su búsqueda de la impunidad, Rabat ha determinado que periodistas, ni parlamentarios españoles puedan pisar el Sahara, los cooperantes de ONG españolas se han tenido que refugiar y desaparecer de la vista de las fuerzas de seguridad marroquíes, que baten la ciudad de El Aaiun y el resto de poblaciones, casa por casa, en buscar de hombres y jóvenes saharauis. Treinta saharauis han aparecido en la morgue del Hospital de El Aaiun provenientes del campamento de Gdeim Izik y de la capital. En estos días, las violaciones de mujeres saharauis se están convirtiendo en una técnica más para aterrorizar a la población. En aspectos represivos, el régimen marroquí no repara en gastos.


Organizaciones como el Partido Carlista han mantenido siempre su apoyo al Pueblo saharaui

El censo de España establecía la existencia de 72.000 saharauis, y ya en el verano de 1976 más de 70.000 se habían exilado en los campamentos del Tinduf argelino. Un conflicto molesto, marginado las más de las veces, que exige un contacto directo con las gentes de un territorio, que fueron abandonadas, en medio del secretismo más repugnante, cuando en el Palacio de la Zarzuela se consumó la ignominia el 14 de noviembre de 1975, mientras Franco agonizaba después de haber dado la orden al Ejército Español de minar el terreno para que no avanzara la Marcha Verde hacia Al Aaiun. Por tres veces al Ejército Español se le obligó a traicionar al pueblo saharaui. La primera en 1956, en la guerra de Ifni en que se recibió la orden de volver a la costa y abandonar a los soldados. La segunda durante la Marcha Verde cuando se desarmaron a los saharauis de las tropas nómadas y, ahora, con la represión marroquí, con persecuciones y vejaciones indiscriminados, un auténtico genocidio indiscriminado donde se está enterrando cadáveres en fosas comunes en el desierto.

Hablar del Sahara es hablar de una tragedia consentida internacionalmente, que podríamos resumir brevemente: una Marcha Verde diseñada y organizada por EEUU en un hotel de Londres, los Acuerdos de Madrid con su parte secreta, las traiciones auspiciadas por Kissinger (Nobel de la Paz como Obama) y Vernon Walters, el general responsable de la CIA para Europa, las múltiples mentiras de Hassan II y de Mohamed VI, el llamado muro del Sahara, los fosfatos, la pesca, hierro, petróleo y gas, los censos imposibles que reducen al 25% a los saharauis con derecho al voto, las dimisiones de todos los enviados especiales de la ONU por la imposibilidad de toda negociación, el alto el fuego del Frente Polisario de 1991, el fracaso de todos los planes norteamericanos, incluido el de Baker de 2003 que permitía votar a los colonos marroquíes, la huelga de hambre de Aminatou Haidar a finales de 2009, las palizas a Hmad Hamad y otros activistas de los derechos humanos a su vuelta de Argel por parte de las fuerzas de policía marroquíes y que motivaron las protestas saharauis de agosto de 2010. En estos días, la población saharaui sufre constantes bombardeos y saqueos.

España no puede olvidar que sigue siendo potencia administradora de iure, hasta que se produzca el cumplimiento de todas las resoluciones de Naciones Unidas. Los Acuerdos de Madrid entre España, Marruecos y Mauritania no se ajustan a legalidad internacional alguna, tal como ha manifestado la ONU y el Tribunal de Justicia de La Haya. Declararon que España no podía ceder unilateralmente ni la soberanía ni la condición de potencia administradora.

El gobierno de Rodríguez Zapatero no puede negar las evidencias represivas marroquíes y decir ahora que: “defender los intereses de España es lo que el Gobierno tiene que poner por delante”, ni mucho menos que “no hay datos fiables de las víctimas”. Pero, fiel a la consigna de aquella izquierda de 1975 que decía “el Sahara no vale una sola gota de un soldado español”, Rodríguez Zapatero y sus ministros pretenden rechazar la tradicional doctrina de política exterior española que NUNCA ha reconocido soberanía ni derecho alguno de Marruecos sobre el Sahara.

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4/11/10

¡Bienvenido a España!

En la visita que el Papa Benedicto XVI girará a Barcelona se encontrará con una realidad que debería analizar en toda su hondura. En Cataluña, y gracias a la complicidad de su iglesia con el nacionalismo, los templos católicos están cada vez más vacíos y sus diócesis son las que cuentan con menos vocaciones de toda España, teniendo que importar seminaristas de países hispanoamericanos. Una jerarquía que, en parte, se ha sentido demasiado cómoda en el regazo nacionalista y que, consecuentemente, de tanto mirarse el ombligo y de no ver más allá de él, ha ido perdiendo capacidad de testimonio y de diálogo fraterno alejando a muchos fieles de su órbita hasta dejar la identidad religiosa de la población, al menos en Cataluña, en una nebulosa que se dispersa en cuestiones ajenas a la defensa de la dignidad de la persona y a la solidaridad universal, los dos principios ejes del cristianismo.


Cartel y DVD oficial de la visita de Benedicto XVI a España

En la interesada confusión de política con religión, 36 personalidades, políticas y eclesiásticas, unidas en su adhesión nacionalista, dan su apoyo y la bienvenida al Papa por su presencia en Barcelona el día 7 de Noviembre, en un manifiesto catalanista que encabeza el ex presidente de la Generalidad, Jordi Pujol y que, bajo la forma de anuncio, se ha publicado en el Corriere della Sera. El documento se presenta como un gesto de pública gratitud por el reconocimiento del catalán, que tendrá un papel sustantivo en la visita papal en la consagración del templo expiatorio de la Sagrada Familia y en las alocuciones del Benedicto XVI en Barcelona, "rezando con nosotros y en nuestra lengua". Consideran esta visita como una recuperación de viejos puentes entre Cataluña y Roma. Uno de los párrafos de esta iniciativa señala: “Santidad, llegáis a una tierra con una conciencia de nación que siempre ha sido reconocida por la tradición eclesial, como se explícita en el documento episcopal Arrels cristianes de Catalunya.” El manifiesto, que sitúa la Sagrada Família como una maravilla de la cultura cristiana, subraya el carácter abierto de la sociedad catalana, y considera la visita como un gran estímulo para la concordia civil y la firmeza de los creyentes. Tras este documento, se oculta el nuevo intento de situar la religión bajo el imperio del nacionalismo catalán, quien cuenta con algunos curas enfocados más a su servicio que a la labor pastoral en la Iglesia. El Vaticano pide, expresamente, que no se utilice la visita del Papa ni en clave política, ni en clave electoral. No en vano, el papa es el representante de la Iglesia Católica, por tanto Universal.



Rodríguez Zapatero volará a Barcelona en busca de la foto con el Papa

Otros, como Rodríguez Zapatero viajarán solamente a Barcelona, territorio del tripartito para apuntarse al carro de la visita, hacerse la foto y apoyar electoralmente al PSC. No viajará a Santiago, aunque el alcalde de la ciudad sea socialista, por ser territorio del PP. José Montilla, presidente de la Generalidad de Cataluña, creyente no practicante, participará gustosamente en todos los actos de la visita papal a Barcelona, gracias a su respetuosa relación con la jerarquía eclesial catalana, tal como hiciera durante su etapa de ministro en el gobierno de España. Como primera autoridad del Estado, recibirá a Benedicto XVI en el aeropuerto de El Prat, en un breve y simbólico acto, para dejar claro que es Bienvenido a Cataluña. Todo a tres semanas de las elecciones autonómicas. Por ello, tratará de realizar un buen papel institucional para que la visita transcurra sin incidentes de acuerdo con las previsiones y proyecte una buena imagen de Barcelona ante los tres mil periodistas acreditados y ante las televisiones que cubrirán el evento.


El denominado Carod-Rovira se coloca una corona de espinas en la salida del Santo Sepulcro, en presencia de Pascual Maragall, toda una mofa del cristianismo por parte de las autoridades de Cataluña.

También, el vicepresidente de la Generalidad, el ex seminarista Carod-Rovira, estará presente. Montilla, que se negó a aceptar las imposiciones de ERC e ICV para que se dejase de celebrar la misa de San Jorge en la capilla del Palacio de la Generalidad –de las pocas consagradas en una sede gubernamental–, busca presentarse como un moderado después de dos legislaturas con ERC e ICV en el tripartito. Los dirigentes de ICV han declinado la invitación. Dirigentes de ERC llevan semanas tratando de ridiculizar al Papa, y algunos de ellos lo han comparado con el imán de Lérida. El triángulo masónico del anagrama de los independentistas les pesa demasiado.

Campaña de repudio a la visita de Benedicto XVI

Todo un magma de entidades laicistas se han puesto en pie de guerra, junto a colectivos y asociaciones de ateos, homosexuales, feministas, de vecinos, independentistas, republicanos o anarcosindicalistas. Y por su cuenta, los antisistemas llaman a realizar todo tipo de acciones violentas e incitan a la quema de iglesias, a través de una revista marginal de la editorial RBA, que, en una de sus viñetas, textualiza la siguiente frase: "La únika iglesia ke ilumina es la ke arde".

Ateos, republicanos y masones en su tradicional alianza contra la religión, y muy especialmente contra la iglesia católica, han renovado su compromiso contra Benedicto XVI, tal como se muestra en la prensa de los últimos años. En sus delirios, acusan a la iglesia de suprimir derechos sociales conseguidos por los socialistas (aborto, matrimonio homo…) y a Benedicto XVI le culpan de la muerte de millones de personas en África, por su oposición al preservativo.

Es la cobertura mediàtica a la campaña y a las manifestaciones preparadas durante los días de estancia de Benedicto XVI en España. En Internet arrecian los insultos, injurias y amenazas graves al Papa dentro de la campaña de ataques y desprestigio. Es el resultado de varias décadas de criminalizar a la iglesia católica por parte de sectores del nacionalismo e izquierdistas, que, entre otras cosas, por ejemplo, acusan a la Iglesia y a la COPE del supuesto odio contra Cataluña, por sus críticas a un nacionalismo catalán, que se cree poseedor de la verdad absoluta y que se muestra por encima del bien y del mal.

Parte de la prensa catalana lleva tiempo desarrollando la idea de que la mayoría de barceloneses y de los católicos les es indiferente la visita o está en contra del Papa. Incluso los titulares denigratorios llevan días durmiendo en las redacciones por si un quizás. Bajo ese quizá cualquiera puede escribir la mayor burrada que se le ocurra, sin la menor reflexión sobre lo que se publica, ya que si se trata de insultar o vejar al Papa o a la Iglesia Católica todo vale. Todo vale cuando se carece de ideas. Una visita que se produce cuando en el resto del mundo arrecian los ataques contra la religión católica, con el asesinato de cientos de sus fieles y el ataque permanente a muchos de sus templos.

Los medios de comunicación, especialmente los laicistas, los más subvencionados por el gobierno y las autonomías correspondientes, en sus referencias al Papa y a la Iglesia Católica suelen cambiar su pretendida seriedad informativa en comicidad sectaria, al guiarse por el criterio de lo pasajero y de lo trivial en su incapacidad por acercarse a lo fundamental. En sus opiniones manifiestan un profundo desconcierto por encasillar las palabras y los textos de la Iglesia en su elemental esquema mental, que no admite más dicotomía que izquierdas o derechas.

Como muestra de estos artificios banales y escasos de contenido, desde El País, Maruja Torres nos dijo ya que le tenía ganas al Papa. No en vano, este diario acoge en sus páginas a todos aquellos intitulados católicos –asociaciones de teólogos, de curas y religiosas y religiosos secularizados…- que tratan de actuar como lobby antipapa y antieclesial, así como de utilizar la caja de resonancia de dicho medio para descolgar sus teorías sobre la insensibilidad de los demás hacia los desfavorecidos, mientras ellos se aprestan raudos en pos de la subvención gubernamental.

A pesar de lo que digan estos lobbys de iluminados, España es un Estado aconfesional, que reconoce el papel de la Iglesia Católica y que no combate a las religiones, tal como recoge la Constitución y la doctrina del Tribunal Constitucional de estos últimos 32 años. No es un Estado laicista como pretenden los intransigentes grupos que promueven la repulsa a la visita del Papa. Acusan a buena parte de personalidades de querer hacerse la foto con el Papa y postrarse ante su autoridad. Los laicistas se consideran la reencarnación de los galos de Astérix y se muestran dispuestos a defender su aldea frente al líder de la Iglesia Católica, se trate en la Plaza del Obradoiro o de la Sagrada Familia.


Carteles oficiales de la visita de Benedicto XVI a Santiago y a Barcelona

Los católicos en España se han acostumbrado a un silencio, que es aprovechado por los grupos de ateos, masones y laicistas, para ejercer una presión permanente anticatólica y para pasarse por donde sea la Ley Orgánica 10/1995, en cuyo Título XXI, de delitos contra la Constitución, en su capítulo IV, de los delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas, en su sección tercera, de los delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos, en su artículo 523 expone que: “El que con violencia, amenaza, tumulto o vías de hecho, impidiere, interrumpiere o perturbare los actos, funciones, ceremonias o manifestaciones de las confesiones religiosas inscritas en el correspondiente registro público del Ministerio de Justicia e Interior, será castigado con la pena de prisión de seis meses a seis años, si el hecho se ha cometido en lugar destinado al culto, y con la de multa de cuatro a diez meses si se realiza en cualquier otro lugar”. El artículo 525 incide en que:” 1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican. 2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna”.

Estos iluminados no han podido impedir que más de 3.000 periodistas se hayan acreditado para seguir este evento en un despliegue que ya se considera histórico. Una cámara spiderman emitirá, por ejemplo, una vista panorámica de las primeras imágenes de la nave central acabada de la Sagrada Familia. Algunos medios extranjeros quieren profundizar sobre el arraigo del catolicismo en España.

La reiteración del odio laicista

Disfrazados con pieles de cordero, los laicistas redoblan sus esfuerzos contra la religión católica, cuándo, dónde y cómo les señale el gobierno que les subvenciona de forma generosa. Para mostrarnos su aparente democratismo usan el diálogo como una imposición, sin ocultar que su permisión para con los demás es la propia de los liberticidas, y que, en la mayoría de los casos, refleja su intolerancia congénita, correspondiente al pensamiento único promovido por aquellas sociedades secretas que quieren imponer su nuevo orden a la sociedad mundial, la nueva era del totalitarismo. Ante una palabra del Papa, de la Conferencia Episcopal o cualquier documento eclesial, saltan como un resorte para tratar de acallar la voz de la Iglesia, con unas valoraciones que, habitualmente, poco o nada tienen que ver con las palabras o textos que rebaten.

Como muestra de su respeto hacia los demás, los laicistas tildan a los creyentes de ultras y manejan unas cifras de gasto público en el evento que distan mucho del referido por las administraciones intervinientes. La gran argumentación de los laicistas es que las administraciones gastarán para adecuar las ciudades y sus actos reivindicativos expresarán su oposición a que un acto religioso se financie con dinero público. Cada entidad laicista ofrece unas cifras diferentes de los gastos de la visita, absolutamente dispares y exageradas, y mezclan los conceptos sin el más mínimo rigor. Olvidan la rápidez con la que se recuperarán las inversiones. Así, en Barcelona, sobre una inversión de 1,5 millones de euros se recaudarán más de 30 millones de euros gracias a los peregrinos de todas partes de España y de otros países. Todas estas entidades relacionan sus cifras del viaje con la reducción del gasto público en 2011 sobre las pensiones, infraestructuras, salarios de funcionarios, ayudas al desarrollo y apoyo a sectores más desfavorecidos, y la creación de puestos de trabajo.

Cabe preguntarse, si ¿Acaso es la Iglesia quien ha congelado las pensiones, ha reducido el sueldo del sector público, ha impedido las ayudas al desarrollo y las ayudas sociales, o se ha mostrado contra la creación de empleo? Me parece, laicistas, que no ha sido ésta la actuación de la Iglesia.

Pero, éstos continúan hablando de privilegios de la Iglesia católica, referidos a sobrefinanciación, educación religiosa, funerales de Estado o tomas de posesión de cargos públicos junto a crucifijos y Biblias. Se muestran ofendidos porque el Papa centre su homilía en la defensa de la familia y de la vida, que defienda que la fe no es contraria ni al arte, ni a la cultura, ni a la ciencia. Obvian el trabajo de la iglesia en tiempos de crisis y con los inmigrantes, su sensibilidad, atención y apoyo a los más necesitados y vulnerables de la sociedad. Los laicistas se sienten ofendidos por el impulso misionero de los Papas, símbolo de la vitalidad de las comunidades cristianas. Les ofende que el Papa llegue a confirmar la fe de sus hermanos.


Activistas contra la visita de Benedicto XVI a Santiago y a Barcelona, lucen en su pancarta el triangulo masónico

Asociaciones laicistas llevan tiempo movilizándose en la red, con la campaña Nosotros no te esperamos, y preparando acciones de protesta contra el viaje pastoral de Benedicto XVI. La campaña laicista tendrá el lema en gallego y en catalán: Eu non te espero o Jo no t’espero, y esperan colocan estas banderas en balcones y ventanas. Han repartido carteles, pegatinas, pancartas contra el Papa y utilizan los autobuses municipales de Barcelona para su campaña de rechazo a la visita. Acciones de protesta en una España, que según el último estudio del CIS, un 73% se declara católico; es decir, más de 33,6 millones de personas. Un catolicismo que defiende valores como la unidad, la familia y la solidaridad universal y que constituye el pilar del estado. Una Iglesia, cuya labor social en materias de educación, sanitaria y asistencial le ahorra más de 30.000 millones de euros al Estado, y eso cada año.

El diario Público reunió en Madrid a varias asociaciones contrarias a la visita, que alegan confusión de planos, públicos y privados, laico y religioso. A Luís Vega, de la Unión de Ateos y Librepensadores, le preocupan: "Por un lado, su llegada refuerza la confesionalidad del Estado, que pone toda su parafernalia al servicio de la Iglesia católica. Por el otro, el inmenso gasto, que pagamos entre todos, para una iniciativa privada del que nadie nos va a informar". "Nadie dice que se cierren iglesias o que se prohíban las procesiones", “sino que se regule como a cualquier otra institución y no se obligue a las autoridades públicas a participar en los ritos de cualquier confesión”. Yo me pregunto: ¿las actividades de la Iglesia y de otras confesiones no están ya reguladas? ¿Obliga la Iglesia a las autoridades públicas a participar en sus actos? ¿Impone la Iglesia funerales de Estado a quienes no están por esa labor?

Antonio González Boldo, de Madrid Laica, crítica el gasto de seis millones de euros que "no se justificará", le preocupa la "actitud entreguista del Gobierno socialista", que da "todos los privilegios y facilidades" a la visita papal, y que "ha metido en un cajón la Ley de Libertad Religiosa para no molestar o perturbar las relaciones con la Iglesia". "No hay autonomía en un partido que se denomina laico y progresista". Relaciona el coste de la visita con un "Hay recortes a los trabajadores, los funcionarios, los pensionistas pero con el Papa no hay recortes, se ponen todos los medios al servicio del viaje". Plantea la desaparición de los usos y costumbres que no recoge la ley, como la financiación, la presencia de símbolos religiosos en lugares públicos o la enseñanza religiosa. Es decir, plantean la desaparición de todo vestigio religioso.

Desde el Observatorio de la Laicidad–Europa Laica, su responsable Manuel Navarro, pide el envío de correos electrónicos al Nuncio en España con la factura al Papa por los fondos públicos utilizados para las visitas a Santiago y a Barcelona. Denuncia a éstos ayuntamientos y a las comunidades autónomas de Galicia y Cataluña porque, según sus cálculos, se gastarán 200.000 euros por hora de estancia del Papa. Denuncia que se le concedan honores de jefe de Estado. Intencionalmente, extralimitan las “dádivas del Estado a la Iglesia” que fijan en unos 10.000 millones de euros al año, por diversos conceptos y exenciones.

Para Rosario Segura, de la misma Europa Laica, exige no permitir los privilegios de la Iglesia. "Vivimos una época de oscurantismo, donde se deja a la Iglesia católica que invada el espacio público sin informar a la ciudadanía". "Como ciudadano, el Papa puede venir cuando quiera a ver a sus fieles, pero una democracia real no puede quedar subsumida por una religión específica, y eso pasa con la teatralización que se hará del viaje". "Habría que cuestionar el papel de las autoridades españolas, que se pelean por estrechar la mano o hacerse la foto con el Papa". "Y sin informarnos de nada", "Una cosa es respetar las creencias, y otra que los espacios públicos se llenen de todas las religiones, sin respetar los derechos de la ciudadanía". Eso sí, tras plantear que, prácticamente, la Iglesia vuelva a las catacumbas, aclara que ninguno de los presentes aboga por prohibir la Iglesia, ni siquiera por dejar de financiar sus proyectos sociales o educativos, "pero en igualdad de condiciones y primando que sean los fieles quienes financien su confesión". Evidentemente, para esta entidad los creyentes no forman parte de la ciudadanía, ni pueden decidir dónde quieren que vayan sus impuestos. No piensa, Europa Laica que sin la Iglesia, el Estado debería dedicar muchos más recursos a educación, sanidad o asistencia social, y eso retraería ayudas a todo este tipo de entidades laicistas, de escasa o nula aportación social.

La asociación cultural Gentalha do Pichel, según su secretario Eduardo Maragoto, dice que ha vendido mil estandartes reivindicativos (a 3 € la unidad) para “recibir como se merece al joven hitleriano que llegó a gerente de la Iglesia Católica”, el fundamentalista Ratzinger. Y La Rede Feminista Galega ha convocado una concentración en el centro de Santiago el sábado a las 11, media hora antes de que Ratinzger aterrice en el aeropuerto de Lavacolla.

En Barcelona, más de 50 colectivos prometen una concentración central en la plaza de San Jaime el jueves para demostrar unidad y unificar criterios – según explica Albert Riba, responsable de la organización Ateus de Catalunya. El domingo 7 de noviembre, realizaran por las calles de Barcelona una morreada gay. El secretario general del Moviment Laic i Progressista, Joffre Villanueva, añade que la campaña, que lleva el lema Jo no t'espero, en defensa de la laïcitat, se ha ideado de una manera "muy plural, para hacer evidente la diversidad de morales" que hay en la sociedad. La Federació d'Associació de Veïns de Barcelona (Favb) alega que la visita fastidiará a los residentes de la ciudad por las medidas de seguridad y reivindican que "una sociedad democrática se tiene que asentar en la aconfesionalidad y en la laicidad". Las feministas de la asociación catalana Ca la dona criticaran la negativa del Papa y de la Iglesia "al derecho de cualquier persona a decidir sobre el propio cuerpo", ya sea por cuestión de identidad sexual o por su intención de abortar.

Como comparsas de la representación teatral del laicismo, aparece alguna asociación de teólogos. También, Evaristo Villar, de Redes Cristianas, alega que “no todos los católicos están a favor de la visita papal". “El primer paso es la denuncia de los Acuerdos Iglesia-Estado" “un reducto del franquismo”, coinciden Evaristo Villar y Luis Vega.


Los antisistema volverán a buscar el protagonismo con su violencia gratuita

Los antisistema, que se apuntan a cualquier carro, han decretado como “jornadas de lucha” los días de la visita papal. Prometen no escatimar violencia y garantizan una auténtica orgía con elementos de piromanía y de destrozos indiscriminados. Los Mozos de Escuadra, como en anteriores ocasiones, han recibido instrucciones de contener, nunca de repeler ni detener a ningún antisistema. Es más, nuevamente, el número dos de Interior, Joan Boada, ha dicho la última, al asegurar que su departamento “velará por la seguridad de quienes se manifiesten contra el Papa”. ¿Cómo los padres de estos revoltosos, altos dirigentes del tripartito o miembros de la burguesía, van a querer algún mal para sus retoños? Mejor que la policía no actúe, no vaya a ser que se puedan estropear las ropas de marcas de sus vástagos y no vuelvan a casa a tiempo para cenar. Los millones de pérdidas en mobiliario urbano, edificios perjudicados y lesiones a las personas no tienen mayor importancia.

Sin ninguna duda, el progresismo de Rodríguez Zapatero va consiguiendo, poco a poco, fomentar la división y el odio entre los ciudadanos de España. ¡Enhorabuena!, por semejantes frutos de su política y todo por un puñado de votos. Tomemos nota para los tiempos que vienen.

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