20/12/10

Arturo Juncosa, amigo de siempre y para siempre

El sábado 18 de diciembre de 2010 asistí al funeral por el alma de Arturo Juncosa Carbonell, que, nacido el 5 de octubre de 1925 en Les Borges del Camp (Tarragona), fallecía en Barcelona el 13 de diciembre de 2010. Un amigo “de siempre y para siempre”, tal y como lo recordó Doña María Teresa de Borbón-Parma, quien en representación de la dinastía legítima, dirigió unas palabras sobre Arturo Juncosa en el oficio celebrado en la Iglesia del Sagrado Corazón, de los jesuitas de la calle Caspe de Barcelona.


Artur Juncosa firma, el 11 de abril de 2010, en apoyo de la candidatura de Tarragona a capital europea de la cultura 2016 en el salón de plenos del ayuntamiento tarragonés, tras la recepción del consistorio con motivo del 80 aniversario de Don Carlos Hugo

Durante la liturgia, el padre Nazario González, uno de los veinticinco celebrantes que acompañaron al Abad de Montserrat, nos refería que Arturo había donado su cuerpo a la ciencia, de ahí la ausencia del féretro en el funeral. De esta forma, el jesuita y profesor universitario seguirá relacionado con el saber científico, incluso después de su muerte. Prueba de su personalidad, jovial y fructífera, fue la presencia de los síndicos de la Universidad de Barcelona y de la Universidad Ramon Llull, entre otras, así como de numerosos miembros de la comunidad universitaria española. El oficiante agradeció la presencia de la Dinastía Legítima en el acto, remarcando la condición de carlista de Arturo Juncosa y su estrechísima relación con la Familia Borbón-Parma.


Arturo estudió Ingeniería en Madrid y, en 1945, a causa de su militancia carlista estuvo en prisión como consecuencia de los sucesos del Círculo Carlista de Pamplona, que acabaron en enfrentamientos con las fuerzas de orden público, con cientos de detenidos y la clausura de múltiples locales carlistas.

En 1946 ingresó en la Compañía de Jesús y se licenció en Filosofía y en Teología

En la década de los cincuenta, Arturo Juncosa inició su estrecha relación con la Familia Borbón-Parma y fueron múltiples las ocasiones en que visitó Puccheim para entrevistarse con Don Javier y con Don Carlos Hugo, de quienes llegó a ser confesor y persona de confianza. Asistió a la boda de don Carlos Hugo y Doña Irene en Roma, acompañado de buena parte de la tuna del Colegio Mayor Loyola de Barcelona.

Participó activamente, como carlista, en la lucha antifranquista, con reuniones, cursillos y seminarios clandestinos en España, y en Perpignan, Arbonne y otras poblaciones del sur de Francia.

Su actitud de firmeza en el tiempo en que asumió la dirección de la delegación en Tarragona de la Universidad de Barcelona, le comportó problemas con el gobierno civil y la policía, a quien impedía su presencia en los recintos de la Universidad. Fue impulsor de la Asamblea de Cataluña, y junto a Carlos Feliu de Travy, propusieron los puntos reivindicativos de la misma, que fueron aceptados por el resto de las organizaciones que la conformaban. En algunas de las sesiones de dicho organismo de oposición fue el representante del Partit Carlí de Catalunya. Desplegó la formación de numerosas comisiones de dicha Asamblea por decenas de pueblos de Cataluña.

Recuerdo su participación en aquellas Asambleas partidarias en las que se debatía la adecuación de la ideología, especialmente la celebrada en El Ordal, cuyas sesiones llegaban hasta bien comenzada la madrugada. También, sus conferencias y actividades en los círculos de Barcelona de la calle Ortigosa o de la calle Junqueras, donde se celebrarían reuniones de las comisiones de solidaridad o del Consell de Forces Polítiques, en especial la de este organismo con la Platajunta Democrática.

Recuerdo reuniones con alumnos de las Facultades e Institutos de Tarragona en un piso deshabitado de la Rambla Nova de dicha ciudad, que se desarrollaban sentados en el suelo, donde él exponía los conceptos básicos del socialismo autogestionario, del federalismo y establecía la función de la monarquía carlista en la sociedad y se sometía, sin límite alguno, a las preguntas de los presentes. Una actividad con la que se jugaba, a diario, su puesto en la Universidad y que le creó un prestigio entre los profesores y alumnos, muchos de los cuales, con independencia de su militancia política, realizaron visitas a Perpignan para entrevistarse con don Carlos Hugo.

Nombrado Caballero de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta, le fue impuesta la Cruz de la Legimidad en un acto en Manresa el 5 de Octubre de 1994. Caballero de la S.A.I Orden Constantiniana de San Jorge, Caballero de la Orden de San Ludovico. Desde su inicio ha presidido la Associació d’Amics de la Història del Carlisme de Catalunya.

Participó en el acto del Centenario de Solidaridad Catalana, celebrado en el Ateneo Barcelonés, que fue organizado por la Asociación de Amics del Carlisme de Catalunya y presidido por Don Carlos Hugo de Borbón-Parma. También, en la Universitat Catalana d’Estiu desarrollando aspectos históricos y políticos del carlismo.

Durante más de tres décadas fue habitual de las cenas de navidad de los carlistas de las comarcas de Tarragona. En cuyos actos siempre se mostró dispuesto a participar. Siempre tratando de implicar en el compromiso y en la exigencia con sus análisis y sus consejos en el camino de la historia y la libertad. Una historia no manipulada por intereses.

Precisamente, en el tema de la historia colaboramos Arturo y yo en la biografía que, sobre Tomás Caylá, escribiera Joan Guinovart, entre los años 1994 y 1997, explicitando sus vivencias y recuerdos para realzar la figura humana y política del político vallense, abogado y periodista, que fue jefe regional del carlismo catalán hasta su asesinato en agosto de 1936. Guinovart agradeció nuestra colaboración en la búsqueda y selección de fuentes, los consejos para la estructuración de la obra y para equilibrar los diferentes capítulos, el asesoramiento para situar los hechos en el contexto histórico y el esfuerzo de corrección de estilo. El día de la presentación del libro en Valls, en 1997, Arturo tuvo palabras de recuerdo para Tomás Caylá y la juventud vallense que, en aquellos días, luchó por la Fe y por la Patria, como se subtitulaba el diario Juventud que editaba el biografiado.

Con motivo del 175 aniversario del Carlismo, Arturo Juncosa concelebró la misa de conmemoración en el acto carlista desarrollado en el Monasterio de Poblet, el 9 de mayo de 2009, que contó con la participación de la Familia Real Carlista encabezada por Don Carlos Hugo de Borbón-Parma.


Artur Juncosa, acompañando a Don Carlos Hugo, a Don Carlos Javier, a Don Jaime, a Doña Maria Teresa y Doña María de las Nieves, recorre el Claustro del Monasterio de Poblet en el acto del 175 aniversario del carlismo.

El 11 de abril de 2010, fue uno de los oficiantes de la misa en el acto de homenaje a Don Carlos Hugo, que, con motivo de su 80 aniversario, se celebró en Tarragona y estuvo en la mesa del acto de recepción en el salón de plenos del Ayuntamiento de dicha ciudad, que recibió a la dinastía legítima y a sus acompañantes en dicho acto.

En el mes de junio de 2010 participó en la última reunión de trabajo que don Carlos Hugo mantuvo, en Castelldefels, con la delegación de una fundación del País Vasco, que le había solicitado una entrevista. Acabada la reunión, le acompañé hasta el Instituto Químico de Sarriá, donde residía. En este trayecto, con la circulación colapsada de la entrada de Barcelona de una tarde cualquiera, se manifestó animoso por el futuro. Repasamos los últimos años del carlismo, con sus derivas y aciertos, y ese camino a la esperanza que son los hijos de don Carlos, que él tan bien conocía.

En agosto oficiaría el funeral de Don Carlos Hugo de Borbón-Parma en el Tanatorio de San Gervasio en Barcelona, con palabras de hondo pesar, de profundo sentimiento y respeto hacia la figura de su gran amigo.

Aspectos de su actividad docente

Cabe destacar la extensa vida académica como profesor: en el Instituto Químico de Sarrià (1957-1962); profesor en la Universidad de Barcelona (1959-1991); catedrático de Ética y Sociología en la Universidad de Sevilla (1981-1983) y catedrático de Ética y Sociología de la Universidad de Barcelona (1983-1991), año en que se jubiló.

En 1971, el Dr. José Ignacio Alcorta Echevarria, catedrático de Ética general y Ética especial y Sociología, de la Universidad de Barcelona, le dirigió su tesis doctoral “La Sociología del conocimiento en Karl Mannheim”. Tesis doctoral que recibió el Premio Ciudad de Barcelona de 1971, en Filosofía y Letras, otorgado el 26 de enero de 1972 y que sería publicado como resumen de tesis por la Universidad de Barcelona en 1975.

Fue jefe del Departamento de Filosofía, Teorética y Práctica de la Universidad de Barcelona y rector delegado de las facultades universitarias de la Universidad de Barcelona en Tarragona de 1973 a 1978.

En 1975, publicó un estudio sobre “Democracia y aristocracia en las artes plásticas modernas” y en 1976, publica “La Moral de Sartre en su teatro” (Revista Univertistas Tarraconensis, Vol. 30). Su trabajo sobre “La educación en una sociedad de cambio” fue publicado en la Revista de Ciències de l’Educació (Universitas Tarraconenses -URV Departament de Pedagogia), 1977-80.

Por Orden de 17 de junio de 1980, en virtud de concurso-oposición, se le nombra profesor agregado de Ética y Sociología, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, delegación de Tarragona. La Orden de 15 de junio de 1981, en virtud de concurso de acceso, se le nombra catedrático de Ética de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. La Orden de 15 de mayo de 1983, en virtud de concurso de traslado, le nombraba catedrático de Ética de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona.

Fue profesor invitado en numerosas universidades de Europa, entre ellas la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, y de América, en las que impartió cursos y dio conferencias. A su formación cultural le acompañó una amplia producción científica. Era miembro de la Fundació Catalana per a la Recerca, del Patronato del Instituto Químico de Sarrià, vicepresidente del Instituto Borja de Bioética, miembro del Consejo Asesor del Instituto de Tecnoética de Barcelona y del Consejo Asesor de INEHCA. En 1993 fue nombrado rector del Centro Borja de Sant Cugat del Vallés, en cuya sede se realizaron las sesiones del Concilio de la Iglesia Catalana. También, fue miembro fundador de la Societat Catalana de Filosofia del IEC; del Centre d’Estudis Carles Cardó y del Instituto Internacional Jacques Maritain.

A lo largo de su carrera docente intervino, en múltiples ocasiones, como miembro de tribunales de tesis doctorales de diversas universidades y ha dirigido múltiples tesis. Por ejemplo, en 1992, La Sociología de C. Wright Mills: el poder de los intelectuales de Alfredo Díez Merino, o, en 1995, Ética i Gestió de Josep M. Lozano Soler.


Artur Juncosa, en la Universidad Ramon Llull en la que fue Defensor de la comunidad universitaria

Fue Síndic de Greuges de la Universidad de Barcelona (1993-1998), y primer Síndic de Greuges de la Universidad Ramón Llull (2004-2008). El 19 de enero de 2007, en la sede de la Sindicatura de Greuges de la UB, se celebró una comida con todos los anteriores síndicos, con la particularidad de que Arturo Juncosa Carbonell, era en aquél momento Síndico de la Universidad Raimon Llull. El 5 de julio de 2007, en la sede del rectorado de la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, tuvo lugar un encuentro de los síndicos de las universidades catalanas que contó con la participación de Juncosa. Las funciones realizadas por Arturo Juncosa eran las de recibir quejas y observaciones sobre el funcionamiento de la universidad, por parte de las personas con interés legítimo para hacerlo. También, la de presentar propuestas de resolución, con carácter no vinculante, ante los órganos competentes de los asuntos sometidos a su consideración, y el ser informado de las decisiones que, en su caso, se adoptasen. Y, especialmente, la de actuar como mediador o árbitro en los conflictos entre los individuos o grupos de la comunidad universitaria, y proponer fórmulas de conciliación o transacción vinculantes siempre que las parte lo solicitasen de común acuerdo.

El 1 de junio de 2008, en Vilaweb y en el diario El Punt, desde Tortosa, se reconocía que "el filósofo Arturo Juncosa, con el científico Federico Mayor Zaragoza y el escritor Gerard Vergés, los tres todavía activos y creativos, son los personajes con un mayor nivel intelectual procedentes de nuestra ciudad durante el siglo XX, cuya sombra excede el territorio para alcanzar una proyección universal".

Quisiera acabar este recuerdo de Arturo Juncosa con las sentidas palabras de doña María Teresa de Borbón-Parma, expresadas en su funeral, “desde el fondo del alma, gracias Padre Juncosa”.

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6/12/10

La izquierda fagocitada

El electorado catalán ha castigado con su voto a la izquierda de la tristpartida. Derrumbe del PSC que pierde 9 diputados, de ERC que contará con once diputados menos y de ICV que consigue diez escaños en el Parlamento. Con un ligero aumento de la participación, sigue siendo la abstención la gran triunfadora de estos comicios. Al castigo del tripartito le ha correspondido el triunfo de la coalición CiU que, en contra de sus esperanzas, no ha obtenido la mayoría absoluta que esperaba. Para la coalición ganadora será un tiempo de alianzas continuas para poder gobernar. Como viene siendo habitual en todas las elecciones al PP las encuestas nunca le dan sus verdaderas expectativas, para ellos el resultado del 28-N ha devenido histórico. Del retroceso de ERC, el partido de Joan Laporta ha recogido cuatro escaños, garantizándose así una inmunidad parlamentaria que minimizará muchas de las acciones judiciales que tiene en curso. Laborando contra su propia escisión de meses atrás, y manteniendo el tipo ante las hostilidades sufridas, Ciutadans ha mantenido su representación de tres diputados al tiempo que ha incrementado el número de sus votos, superando en términos absolutos al partido Solidaridad por la Independencia.


Montilla felicita a Artur Mas. Una forma elegante de despedirse de la presidencia de la Generalidad

La alta abstención prevista forzó la imaginación de los partidos para solicitar el voto útil a los ciudadanos. Así, de una campaña insulsa se pasó a una de las campañas más cutres por la carga sexual de algunos vídeos de promoción más de estilo porno que político. Si la candidata del PP disponía de un juego que mataba todo lo que se movía, las Juventudes de CiU editaban el vídeo de un hombre vestido con el mapa de España, que incluía a Cataluña, que le robaba la cartera a un ciudadano. Si Joan Puigcercós quería mostrar el victimismo nacionalista, otros se mostraban como salidos sexuales. Mientras Montilla realizaba mítines-relámpago, las Juventudes del PSC mostraban el orgasmo de una chica al introducir en la urna la papeleta de Montilla. Albert Rivera desnudaba a otros miembros de la candidatura de Ciutadans. Alternativa de Govern presentaba el vídeo pseudoerótico de Montserrat Negrera y la cabeza de lista de la CORI en Barcelona se desnudaba en un mitin en la universidad Pompeu Fabra, al tiempo que la actriz porno María Lapiedra hacía campaña por el partido de Joan Laporta con un grotesco vídeo.


Como es habitual, los sondeos de la semana anterior a la votación se volvieron a desviar sensiblemente en cuanto al reparto de escaños, si bien acertaron que CiU ganaba y que el tripartito se desplomaba, aunque nadie daba menos de 30 escaños al PSC, ni esperaba la gran caída de ERC. De los medios, El Mundo fue el que más se acercó, y El País el que más se equivocó. Al PP, le otorgaban una media de 14 diputados, salvo El Mundo que presentaba una horquilla entre 17 y 19 parlamentarios. El diario Público que auguró los 62 escaños de CiU, condenaba al PP con 12 diputados. A Laporta, la mayoría le dejaba sin representación o con un escaño, cuando obtuvo cuatro. Sobre Ciutadans, El Mundo acertó y La Razón anduvo cerca mientras otros les concedían entre cuatro y cinco.

No fueron mejores los sondeos a pie de urna, aunque todos confirmaban la victoria de CiU sin mayoría absoluta. Así, TV3 le otorgaba 63-66 escaños y una horquilla de 23-27 para el PSC. David Madí, el estratega de CiU, y la número dos de la coalición, Joana Ortega, alegres y con felicidad contenida, abrían las puertas a una hipotética mayoría absoluta. Antes de escrutarse el 50% del voto, Duran Lleida anunciaba la victoria de CiU en una rueda de prensa y confirmaba que CiU "ha ganado las elecciones".

Un dispositivo de seguridad de 6.700 mossos d'esquadra y 1.700 agentes municipales controló las 8.032 mesas electorales repartidas en 2.721 colegios en toda Cataluña, a donde podían acudir a votar más de 5,3 millones de personas de un Censo, que cuenta con 133.806 personas residentes en el extranjero y con un total de 232.126 jóvenes primerizos en unas autonómicas. Para mantener su voto secreto, los discapacitados visuales dispusieron de un 'kit' de votación que incluía una guía escrita en Braille, un sobre de votación normalizado y las papeletas de las candidaturas. En toda Cataluña se solicitaron 207 'kits' para estos comicios, 117 más que en las europeas.

El nuevo arco parlamentario

La importancia de estas elecciones radicaba en ver cómo solucionaba el electorado el descalabro de una Cataluña, locomotora de España durante dos siglos de proteccionismo, pero desde la entrada en el mercado común y con treinta años de gobiernos nacionalistas que han monopolizado el oasis catalán, ha devenido, casi, en el furgón de cola de un convoy llamado España.

Desencanto estatutario, desbarajuste de gobierno en la crisis económica, corrupción generalizada y un largo etcétera han generado la Cataluña exhausta de un tripartito nacido para descabalgar del poder a CiU. Un caos que ha permitido a CiU presentarse como el “nacionalismo útil” para reorganizar la Generalidad en la certidumbre, la seguridad y el autogobierno; como un valor refugio para el catalán medio y como un modelo para España, como una referencia política pragmática para buscar un espacio en Europa, aunque sin superar la esencial visceralidad de su discurso y de su proclama.

Se abre un arco parlamentario de tintes nacionalistas, desde la moderación de UDC hasta el esperpento de Laporta, pasando por las distintas sensibilidades de la política de un PSC o de ICV, que han pretendido inocular nacionalismo oportunista e insolidario a sus propias bases con los resultados de todos conocidos. Una victoria que ha transmutado el mono arrabalero del nacionalsocialismo tripartito por la corbata, cóctel y delicatessen de un nacionalismo de seny, que usa el victimismo reivindicativo como coartada.


En el gráfico de La Información.com se ve la diferencia entre la horquilla de representación avanzada por los sondeos (coloreada) y la real obtenida

De nuevo, ha triunfado la abstención con el 40,05% del censo electoral; es decir, 2.095.122 personas. Cifra superior a los 1.198.10 (38,47%) que votaron CiU. Los votos en blanco fueron 92.331 (2,94%) y los votos nulos, 21.727 (0,69%). Así pues, del total de votantes, 3.021.706 (96,37%) lo hicieron por las diferentes candidaturas presentadas.

Una Cataluña que no ha confiado del todo en un Artur Mas, gran enamorado de su tierra pero salpicado hasta la cabeza por la evasión fiscal de su familia a Suiza y a Liechtenstein durante 24 años, incluso en el período en que él era Consejero de Hacienda de la Generalidad. Sin duda alguna, el prestigio y la moderación de Duran Lleida ha permitido el incremento del número de diputados a la coalición nacionalista. Una lección que bien seguro Artur Mas habrá de tener en cuenta para rectificar su deriva soberanista.

Con el mismo énfasis, los electores se han mostrado desencantados con un socialismo y una izquierda actual, difuminada, que, en su vuelta a los años treinta, anteponen la ideología con una retórica que promulga una mezcla extraña de feminismo, ecología, buenismo zapateril y Alianza de Civilizaciones que conduce al desastre económico, a quitar crucifijos y cosas así, a fomentar el odio sin practicar la igualdad real. Los electores han castigado la imagen de desbarajuste de un "tripartito" que ha gobernado en un constante clima de tensión interno y externo. Medidas contradictorias, parciales y diferidas en el tiempo, con el agravante que a las mismas se oponían en la calle partidos del propio gobierno como ERC e ICV. De poco les ha servido los millones de euros lanzados a los sindicatos, en las últimas semanas, para comprar el voto de los trabajadores, porque, la crisis con su falta general de dinero, no les han permitido mantener engrasada la maraña de clientelismo, lealtades y silencio cómplice.

Perdida la brújula ideológica y su identidad, el PSC pierde la presidencia y su prestigio, despide a Montilla y se han de replantear cómo se relacionan con el PSOE y están obligados a preguntarse qué quieren ser y cuáles son sus principios y prioridades. La pretensión de los Castells, Maragall, Turà, Obiols y algunos más de convertir al PSC en el nacionalismo hegemónico ha acabado por hundirlo.


Caras patéticas la noche electoral en la sede del PSC. Montilla mantuvo el tipo

Al final, el PSC consiguió llenar a rebosar un acto de su partido. Fue en la sede de la calle Nicaragua, donde los periodistas llenaron el local para oír con atención las explicaciones de la derrota de un portavoz, Miquel Iceta, que recibiría un huevazo en la frente. Una noche electoral en la que se escucharon estas palabras: "Si el PSC pasa a la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, al menos ganaremos algo, que haya oposición. Ahora no hay oposición ni tampoco gobierno (municipal)".

En 24 horas, la leve autocrítica del PSOE pasó a trasladar la responsabilidad al tripartito. Un tripartito muy difícil de gestionar y unas elecciones que han coincidido con el rebrote y los efectos de una crisis económica que alcanzará a más de una generación –según Marcelino Iglesias. En público, alegan que estas elecciones no eran unas primarias, ni suponen un serio aviso a Rodríguez Zapatero, por no ser extrapolable a las municipales y autonómicas del 2011, ni a las generales del 2012. En privado, los dirigentes del PSOE, con su poltrona con fecha de caducidad, opinan lo contrario y lo ven como un voto de castigo. Comentarios y tertulianos afines ya han comenzado a “comunicar” -antiguamente lavar el cerebro-, a través de radios y televisiones.

Con la renuncia a sus responsabilidades políticas, un Montilla, cansado de ZP y del TC, apunta a Carmen Chacón como sustituta. De nuevo, en Cataluña, se ha demostrado que los socialistas votan al PSOE, y cuando se trata de votar al PSC las bases se retraen por una sencilla razón: su alma española es pisoteada por el sector nacionalista de la organización, de escasas luces intelectuales y morales, que las utilizada como carne de cañón de unos juegos políticos que convierten a Mariano Rajoy en el culpable de todo, por no salvar a Rodríguez Zapatero. Un PSC que ha visto alejarse a sus coaligados de Ciutadans pel Canvi (CpC), dirigidos por la médica Carmen Valls, especializada en tertulias radiofónicas, que ayudaron a elevar a Maragall y cuya acción política se orienta a la obtención de cargos para sus afiliados y a presumir de combatir la corrupción sin mover un solo dedo por ello. Coloquialmente, los socialistas los denominaban Ciudadanos por el Cargo. Con ellos, o sin ellos, el PSC no ha podido salvar los muebles al no obtener un mínimo de 31 diputados.

El PSC ha fracasado a consecuencia de sus propios deméritos, lo que no ha impedido que José Montilla, reconociera con elegancia su derrota y felicitara a los pocos minutos a Artur Mas por su victoria. El PSC se plantea ahora ser “una oposición que lo sea”.

ICV sigue jugando a ecosocialista, cuando lo único verde que conoce son las hojas de los canutos que se fuman algunos de sus dirigentes. No en vano, Miguel Ríos propuso a sus viejos rockeros votar a Iniciativa al ritmo de su Himno a la Alegría. No de otra forma se puede entender la alegría de ICV en la noche electoral, aplausos, sonrisas eufóricas, cuando se acababa de hundir su gobierno, el que les mantenía con vida económica. Para algunos, ese triunfo les garantiza un puesto de trabajo. La gestión de sus consejerías ha sido caótica, como muestra Joan Saura y su departamento de Interior y su protección del mundo okupa donde se desenvuelven sus hijos y los de otros dirigentes del tripartito.

El todos contra todos del independentismo

En su derrumbe, ERC ha recogido la cosecha sembrada. Su teoría y su práctica han vivido espacios divergentes, queriendo influir en una sociedad pero viviendo al margen de ella y de sus necesidades vitales. Esquerra pierde más de la mitad de sus escaños. Por su parte, Josep Puigcercós (ERC) ha reprochado al Gobierno su política de financiación, y ha puesto su cargo a disposición del Consejo Nacional de su partido. El hasta ahora presidente del Parlamento, Ernest Benach, abandonará el escaño obtenido y dejará la primera fila de la política, tras ser finiquitado con 416.035 euros y con derecho a percibir durante cuatro años 130.011 euros anuales. El otro estratega de su hundimiento, Jordi Portabella, quiere aliarse con SI para las elecciones municipales. Han reconocido errores en la campaña, como priorizar sus ataques contra el PP. Carod-Rovira confía en esta caída electoral para volver, con su clan de la avellana, a la primera línea de ERC tras habérsele prohibido participar en la campaña electoral. Como en sus mejores tiempos, Carod-Rovira se despide de la Generalidad repartiendo millones de euros, sólo hace falta mirar las páginas del DOGC.


Puigcercós admite el descalabro sufrido, mayor del esperado

El “voto Cicciolina” que, en todas las elecciones, expresa a la vez un cierto rechazo al sistema y cierto sentido del humor ha recaído en la figura de Joan Laporta (Solidaritat Catalana per la Independencia -SI), que cobró protagonismo por sus propios escándalos financieros y por la instrucción de diversas causas judiciales contra él, y, también, por la actuación a su favor de Maria Lapiedra, actriz porno que sería expulsada del SI el día 26 de noviembre, que calificó de “salido” al ex presidente del FC Barcelona. “Si esto me ha hecho a mí, qué no estará dispuesto a hacer a cualquier persona”. De momento, en su competencia por el mismo espacio electoral, Laporta le ganó el pulso a Reagrupament per la Independencia, que les acusa de haber montado un partido entre tres o cuatro amigos para destruirles y parar a Joan Carretero y por haber hecho imposible la unidad antes y después de una campaña en la que Laporta se dedicó “a lanzar mierda sobre ellos”. Desde el 1 de diciembre, Reagrupament viene denunciando las llamadas del SI a todos sus coordinadores para ofrecerles cargos.

Banderas independentistas, camisetas y lotería de navidad de SI, todo se vendía en el Hall del Hotel Diagonal Zero. En la noche de fiesta resuena la palabra IN-DE-PEN-DEN-CIA y se escucha “El Jan serà diputat”, que doscientas personas transforman en ¡Traidor! cuando, en la pantalla del televisor y desde la sede del PSC, comparece Montilla. A la aparición televisiva de Sánchez Camacho se le responde con gritos de "Visca Terra Lliure". Jóvenes uniformados con barretinas molestaban a las periodistas de cadenas no amigas que esperaban la intervención de Laporta, escuchando cánticos de "Yo soy catalán, catalán, catalán" y gritos de "Laporta President, Catalunya Independent" hasta transformar el “que viva España" de Manolo Escobar en un “que puta es España".

Después de salir Artur Mas en televisión, Joan Laporta, entre cánticos independentistas y aplausos de sus adeptos, se presentó ante los medios de comunicación, ataviado con una camisa verde y rodeado de sus hombres de confianza. Su "Llegamos al Parlament para hacer posible la independencia" es el preámbulo del éxtasis que se produce al salir al balcón y cuando Laporta grita: "Visca Catalunya Lliure” y “Visca els Països Catalans”. "Ahora comienza la hora de verdad" continúa Laporta, que asegura que trabajará para que "todos los catalanes y las catalanas consigan vivir en una Cataluña independiente". Y los asistentes se preguntaban: ¿continuará la fiesta en Luz de Gas?

Pero, en el festín de SI, todo calculado al milímetro, incluso la camisa verde de Joan Laporta, recordaba al polémico desfile del 22 de marzo de 1933, cuando 8.000 escamots uniformados con camisas verdes e insignias en el pecho, desfilaron en el estadio de Montjuïch ante Francesc Macià. Un acto que indignó aquel Parlamento catalán, que acusó al conseller Dencàs i a Badia de organizar un acto “de tipus francament feixístic amb els nostres aprenents de nazi”. Joan Laporta todavía no ha felicitado a Artur Mas por su victoria. Ni lo cortés no quita lo valiente, ni la educación se improvisa.

Tres días después, Josep Barba Raventós, portavoz de Solidaridad Catalana por la Independencia en Molins de Rei, se preguntaba: ¿qué celebra Solidaridad Catalana?

En su respuesta, se mostraba “harto de personalismos que destrozan una y otra vez el camino hacia la libertad de los catalanes” y volvía a preguntar: ¿quiénes son los responsables? Consideraba que “El objetivo de Solidaridad era dar un empujón al independentismo o ¿apropiarse de la marca para provecho personal al precio que sea, como ha hecho Puigcercós? ¿Qué campaña se ha hecho para captar al votante de CiU? ¿O lo que se pretendía era captar a la gente de las JERC?”.

Con un párrafo algo inconexo y erróneo en cuanto al número de diputados, manifiesta su malestar con SI: “El objetivo de la dirección de Solidaridad era destrozar ERC y Reagrupament y ¿dar la mayoría a CiU? Felicidades lo habéis conseguido. Para sentarse vosotros tenemos 9 diputado menos que hace 8 años. Un auténtico desastre pero a vosotros qué os importa, ya tiene su asiento, esto ya se empieza a parecer a ERC, qué pena. Me censuraron mis comentarios en Facebook, ejemplar, viva la democracia desde las bases. AL LORO!“. Y con nuevas preguntas se plantea el futuro: ¿Qué nos espera en las municipales? ¿Toda Catalunya de CiU y algún concejal de SI? ¿Debemos felicitar a los nuevos grandes estrategas por la independencia de Cataluña? Seguimos errantes. Los catalanes nos merecemos un proyecto más ambicioso, más grande, donde quepamos todos. Cortos de miras! ¿Que aprendan? (Gran argumento). La humildad parece reservada al Guardiola”.

Plataforma por Catalunya (PxC), que proponía la fórmula “primero los de aquí” y el control de la inmigración y la devolución a sus países de las personas en situación ilegal, obtuvo 75.321 votos (el 2,42% de los emitidos), sin llegar a conseguir escaño de representación. Una radicalidad, alimentada por el paro y la crispación social y política, que permite volcar la ira y la frustración sobre un tercero.

La resistencia no nacionalista

Para desgracia de los pueblos, el nacionalismo se sirve de su propio método: atizar el fuego de las diferencias entre pueblos, con el propósito de debilitarlos y afianzar así su dominio de clase, y disfrazando sus maniobras de poder, especialmente en las contiendas electorales, de supuestos agravios pasados que hunden sus raíces en la noche de los tiempos para conformar un sentimiento nacional que asocian a un Estado, aunque hayan carecido de él a lo largo de toda su historia. Y buscan un vecino poderoso para poderse afirmar como nación en una imaginaria resistencia territorial y demográfica.

Cuando el nacionalismo deriva en patriotero o chovinista comporta diversos riesgos y aparecen diversos tipos:
1) El menos grave de la simple exterioridad de banderas que responde a un sentimiento de tribu, como los fanáticos del deporte.
2) El muy peligroso cuando la autovaloración se construye o afirma a costa de otros, sobre todo extranjeros, etnias o religiones diferentes a la mayoritaria, asentadas en el mismo territorio y que comparten obligaciones y derechos.
3) El encubridor de males como la debacle económica, la pérdida de legitimidad de los gobernantes por ineptitud o desgaste y, más aún, la brutalidad del poder. Un encubrimiento que exalta sin medida el recurso al orgullo nacionalista.
4) La demagogia que es la eterna tentación del nacionalismo, y que se hace presente cuando una fuerza política, social o económica utiliza esa materia frágil y voluble para obtener réditos.


El voto es indispensable para hacer frente al pensamiento único que se trata de imponer

Cuando hablamos de patria, englobamos a todos los ciudadanos de un país, a todos aquellos unidos por la voluntad de hacer algo juntos, y nos enfrenta al concepto de nación, que exige reunir unas condiciones de pertenencia a los ciudadanos propias de una secta e impone una adscripción ideológica. La patria admite la diversidad ideológica, el nacionalismo impone una única ideología. Los sentimientos patrios existen con sus variantes positivas y negativas, puesto que un pueblo necesita percibirse a sí mismo como algo unitario y particular, con los valores que reivindica, que pueden diferir con los de otros pueblos, y que ha de mejorar y corregir cuando se dan las condiciones precisas. La identidad de la patria no es conflictiva sino que le da congruencia y miras sociales y políticas a una comunidad. Por el contrario, el identitarismo nacionalista sí es necesariamente conflictivo porque busca imponerse sobre los demás, se exacerba hasta conseguir que la irracionalidad sea la materia prima que acaba arrastrando a la violencia, y conduce, en su delirio, al expansionismo imperialista.

De una forma más consciente, los no nacionalistas se presentan como servidores y no como salvadores de Cataluña. Son catalanes que no se dejan arrastrar por la coerción del identitarismo nacionalista y por la coacción diaria de sus agentes. Quieren la libertad, no por historia ni por personalidad, sino para conseguir el bienestar y el desarrollo que sirva a toda la ciudadanía. El pastor luterano alemán Dietrich Bonhoeffer, resistente contra el nazismo, arrestado, encarcelado y ejecutado por éste, asumió en la Barcelona de 1929 y 1930 la vicaría de la Iglesia Luterana. El papa Pablo VI lo definió como una personalidad hondamente cristiana y cuya definición «Jesús, hombre para los demás» es válida para nuestro tiempo. Bonhoeffer consideró que “el nacionalismo conduce inevitablemente a la guerra”.

Los populares, en su versión de catalanismo etéreo y sin causa, han rentabilizado la crisis económica y el escarnio de Zapatero para convertirse en la tercera fuerza del Parlamento. Han sobrevivido al Pacto del Tinell que le excluía de la vida pública catalana y que le hacían el objeto de todas las críticas del poder tripartito y nacionalista. Alicia Sánchez-Camacho ha instado a impedir la "sociovergencia" y ha dejado en la cuneta al partido de Montserrat Nebreda (2.187 votos), que se había escindido del PP.

El candidato de Ciutadans, Albert Rivera, ha atacado al PSC por el desempleo. Ciutadans, en su particular duelo, se ha impuesto al partido de Rosa Díez (UPyD), que obtuvo 5.293 votos y que le disputaba el espacio tras captarle militantes y diputados. Ciutadans proponía rebelarse contra la dictadura nacionalista y que la abstención, el voto en blanco se pueda traducir en escaños vacíos, y ahorrar por esta partida contable.

Lectores de diarios e internautas han comentado los resultados de estas elecciones: La mayoría se muestran cansados del tripartito. Felicitan a CiU y al PP, sienten que C’s no haya sacado más escaños y se preguntan porqué teniendo más votos, Ciutadans tiene menos diputados que SI. Se alegran del batacazo de los incompetentes y demagogos que formaban el absurdo tripartito, porque dejaran de hacer daño a Cataluña y, en general, a España. Unos aprovechan los resultados para decir que Cataluña no es España y que no tienen la obligación de levantar un país gobernado por inútiles de mente corta y se ha de preparar el terreno de la independencia uniendo las fuerzas catalanistas bajo un mismo estandarte, dicen estar hasta el gorro de dar y no recibir, reinciden en sus falacias de siempre sobre el expolio fiscal que beneficia a extremeños y demás comunidades que no aportan ni la mitad. Piden a Mas que no pacte con el PSC, ni con el PP, que opte por la crispación interna. Otros, afirman que, se quiera o no, Cataluña es parte de España. Piden superar el antagonismo canallesco impulsado por el tripartito y el reencuentro entre los catalanes y el resto de los españoles, que hubieran caído en la trampa de los separatistas. Piden una labor conciliadora y fructífera. Otros, aconsejan a Rodríguez Zapatero que tome nota para evitar el caos en las próximas elecciones.

Dudas sobre el recambio nacionalista

Los nombres que se barajan para el nuevo equipo que asuma la dirección de la Generalidad ofrece serias dudas a los comentaristas de los medios más diversos, en el sentido de más de lo mismo. Temen que se equivoque de entrada si piensa que todos sus votos provienen del nacionalismo e independentismo, y no del hartazgo de los trabajadores contra el tripartito y su izquierda inquisitorial. Se equivocarían si volvieran con afán de revancha contra el PSC, por la negativa de éste a la sociovergencia en 2003.

Se equivocarían en hacer pagar a los trabajadores por la crisis y, en especial a los trabajadores de la función pública catalana. Se equivocarían, también, los sindicatos si no dejan un margen de actuación al nuevo ejecutivo hasta ver por donde se decanta éste, porque después de asentir durante siete años a todos los desmanes contra los derechos sociales, después de ser UGT, CCOO e IAC la correa de transmisión del tripartito, sería realmente escandaloso.

El nuevo equipo se equivocaría si no olvida ese espíritu de queja permanente en el que lleva instalado el nacionalismo catalán como fórmula perfecta de ser improductivo, y que no es lo mismo que reclamar lo que se considere justo. Una queja que es como una droga para los dirigentes nacionalistas y que sin la cual son incapaces de funcionar, una forma de escaquearse de sus responsabilidades y de dejarlo todo a campañas de imagen y de autobombo.

Que el nuevo equipo olvide sus fantasmagorías geopolíticas o técnicas prestas para activar conflictos ficticios con el mundo que le rodea en la búsqueda de permanentes casus belli que hagan estallar, por la mentira y la manipulación, sentimientos de identidad legítimos. Una respuesta nacionalista que suele conllevar excesos de xenofobia, racismo, que convierte al otro en poco menos que en un extraterrestre. Cuando a todos los pueblos de las Españas los vincula su pasado y su presente, el cálculo frío y cínico de unos cuantos políticos pretende malversar los lazos que nos unen a todos: las aportaciones mutuas en la economía, en la cultura, en las relaciones personales; en la obligación de protección de una biodiversidad sin fronteras en la contaminación, en las talas, en la invasión y depósito de sedimentos. La prudencia indica que si se acentúa el nacionalismo -ya sea oportunista o cargado de buenas intenciones- se corre el riesgo de que éste derive en expresiones negativas de un patriotismo mal expresado y que, para mayor confusión, sirva, incluso, de caja de resonancia a las voces hostiles a nuestra civilización. El mayor amor a la patria que uno puede mostrar es no caer en manos de aquellos manipuladores que hacen mucho ruido y poca música, y que, durante treinta años, su oportunismo no les ha servido para esmerarse en no ensuciar los ríos, ni para construir carreteras bien hechas ni para mejorar la prestación de servicios públicos.

Que abandonen ese eterno juego de la confusión, tan propio del pujolismo, que condujo a Cataluña a refugiarse en su ínsula barataria para imponer un discurso radicalizado en todos los órdenes. Un universo conceptual que es una manipulación y el reflejo del caos intelectual del nacionalismo pujolista de coordenadas fluctuantes según la necesidad política del “Molt Honorable” de turno, a quien poco importa una Cataluña intelectualmente en ruina, controlada por esos comisarios políticos y lingüísticos que tanta actividad tuvieron en los veintitrés años de pujolismo y en la etapa tripartita. Un confusionismo que gasta miles de millones de euros en subvencionar a sus entidades, que con lo recibido hasta la fecha han quedado suficientemente arregladitas de por vida.

Que el nuevo equipo olvide la tendencia nacionalista a la censura, que, aunque sin aparecer como oficial ni reglada como en el franquismo, existe y se encuentra relacionada con organismos complejos, empresas y todo tipo de ajustes de cuentas que induce, primero, a la autocensura y sirve, después, para degradar las investigaciones, sobre todo de corrupción, a simples opiniones y para tratar de descalificar cualquier análisis que se realice sobre el pensamiento único nacionalista. Una censura perfectible para quienes se dedican a escribir y a comunicar, y que llega a los críticos en forma de insultos, de amenazas o de agresiones.

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