7/7/11

Tras el 19-J, los indignados, los aprovechateguis y los cabreados

El movimiento del 15-M tenía pendiente la asignatura de controlar la creciente violencia que estaba surgiendo en rededor suyo. Tras las acciones violentas protagonizadas por algunos de sus componentes, el favor popular del movimiento había caído muchos enteros. Pero, en el fondo, el problema de los indignados no era de orden público, es de índole social; es decir, no consiste en culpar al que señala el problema, sino en buscar las mejores soluciones. Las manifestaciones del 19-J han despejado algunas dudas. Ante el actual caos en el país, hemos de ser positivos y darnos un margen para esperar un mayor entendimiento y una mejor convivencia entre todos.

Las llamadas a la no violencia tuvieron un efecto multiplicador de manifestantes que llenaron la Plaza de Neptuno de Madrid

En ciudades pequeñas la gente se conoce mejor y las cosas se ven con mayor serenidad. Quienes nos manifestamos el 19-J hemos de tratar de ser objetivos, si queremos credibilidad. Unas cuatrocientas personas concentradas en la Plaza Imperial Tarraco de Tarragona iniciaron la manifestación por diversas calles de la ciudad, aglutinando a su paso a más personas a lo largo de un recorrido que concluyó en la Plaza de la Font, frente al Ayuntamiento donde se encontraban acampados los indignados. Se llenó la plaza, coexistiendo con el mobiliario urbano, entradas al parking y terrazas de bares que, en cualquier domingo, se encuentran a tope. Entre los manifestantes se podía circular sin dificultad y dados los metros disponibles, por largo y ancho, pudieron estar reunidas unas mil quinientas personas. Diversos medios cifraron la asistencia: la plataforma organizadora y los acampados, el Diario de Tarragona y Diari Més la cuantificaron en unas diez mil personas; La Vanguardia en cinco mil, La Guardia Urbana en cuatro mil y los Mossos d’Esquadra en unas dos mil. Durante la manifestación un pequeño incidente con una cobla sardanista, y el caso de Carmen, una pintora tarraconense, que arremetió verbalmente contra el monolito del centenario (1910-2010) del Sindicato de Iniciativas y Turismo, tildándolo de ser franquista. Le tuve que recordar que, en 1910, no existían visos de la existencia del franquismo y parece que eso la tranquilizó un poco.

El Colegio de Periodistas de Cataluña criticó que, al final de la manifestación del domingo 19 de julio, algunas personas impidieran a periodistas de TVE, La Sexta i del Canal 3/24 de TV3 el normal ejercicio de su profesión. Denuncian como gravísimos en una democracia, los intentos en estos días de hacer callar la voz de los medios de comunicación. Coacciones que atentan contra el derecho fundamental de la ciudadanía a recibir una información libre. Insiste el Colegio en la necesidad de toda sociedad democrática de disponer de unos medios de comunicación que trabajen con normalidad y sin coerciones.

Algunos de los jóvenes, y no tan jóvenes, enrolados en el 15-M, a la hora de conseguir resultados son discípulos del todo vale. Parece que les dé igual cómo los consigan o las herramientas que utilicen. Una mínima parte no ha conseguido asimilar el hecho de que Internet, concede a cada usuario un poder increíble, al tiempo que desvaloriza las relaciones, ya que la virtualidad hace perder buena parte del trato diario, al tiempo que chats y redes sociales crean una auténtica dependencia en algunas personas, que va en aumento. Los indignados, con un neoliberalismo que aborrecen, se manifiestan por libertades abstractas que, en la práctica, se pierden en artificios ideológicos que acaban negando las libertades concretas de la ciudadanía.

Sin caer en la tentación de sobredimensionarlo, justo es reconocer que el movimiento de los indignados es una respuesta, pero no es la respuesta. Existen otros movimientos, otras asociaciones ya formadas que, desde hace tiempo, piden cambios y trabajan por ellos sin necesidad de acampar en ningún sitio.

Espontáneos y organizadores

En el Speakers Corner del Hyde Park londinense, desde 1855, cualquier ciudadano puede protestar y debatir con más gente sobre cualquier tema y adquirir un protagonismo habitual en una puesta en escena que, ahora, ha sido emulada por los españoles en múltiples plazas públicas. De Inglaterra se ha copiado esa libertad de expresión y respeto a los turnos de palabras, si bien los temas se limitan a los principios de protesta que han propiciado el movimiento 15-M. Las diferentes comisiones han celebrado varias Asambleas diaria, en la que cada miembro puede tomar la palabra. Además, se han celebrado varias Asambleas más generales donde se ha dado cierta libertad de palabra.

La Puerta del Sol era el primer acceso de Madrid donde se recibía la luz del día. Famosa por las campanadas de fin de año, otros importantes acontecimientos la han dotado de un contenido mítico. En 1520 presenció la revuelta comunera contra Carlos I. El dos de mayo de 1808 los madrileños se amotinaron contra los soldados de Napoleón. La noche del 17 de julio de 1852 fue el marco escogido, como eco de la Vicalvarada, para la quema de banderas por los alzados progresistas. La toma de Tetuán en 1860 fue motivo de alegría por el triunfo militar. Lugar de protesta contra Bismarck cuando los alemanes izaron su bandera en la isla española de Yap en 1885. Concentró nuevamente gentes con el golpe de Estado que implantó la II república en 1931. Sirvió de escenario para la cacerolada contra el gobierno Aznar en la noche de la jornada de reflexión del 13 de marzo de las elecciones generales.

Durante la acampada del 15-M, en la Plaza se han escuchado propuestas sobre un sistema que no funciona y una ley electoral con la que está disconforme buena parte de la población, pero cientos de las proposiciones vertidas no han tenido pies ni cabeza, y han desvalorizado el contenido ideológico. En las protestas, algunos han realizado actos vandálicos, más propios del gamberro que del espíritu que invadía a muchos de los indignados. Protestas vulneradoras de leyes y ordenanzas municipales ante la pasividad del gobierno incapaz de afrontarlas. Ha habido dudas sobre la ejecución del movimiento, con unos métodos de expresión que han alargado tiempos, con problemas de higiene y orden público, que han perjudicado las necesidades de otros ciudadanos y que han estrangulado las actividades económicas de las empresas radicadas en la zona.

El profesor Carlos Taibo se declara "próximo a los organizadores". ¿No era todo espontaneidad?

En Nada será como antes, el profesor Carlos Taibo reconoce que “Escribo desde un lugar que está muy cercano al que ocupan quienes organizaron las manifestaciones del 15 de mayo. Por detrás de este texto se aprecia el deseo de que el llamado movimiento 15-M se convierta en el fermento de un amplio proceso de autogestión y creación de espacios autónomos”. Es decir, que nos confirma que de espontaneidad en el 15-M nada de nada.

En los ocho capítulos del libro sobre el 15-M, Taibo destaca tres elementos: el éxito de la astucia y profesionalidad de los organizadores y la capacidad de movilización de las redes sociales; el descontento generalizado de quienes sólo se representaban a sí mismos; y la toma de conciencia de los universitarios, con masters y postgrados, sobre su incierto futuro. Pero, lamenta la ausencia de adolescentes que no han tomado como suyos los males del sistema denunciados por el movimiento 15-M.

Los aprovechateguis

Acabadas la mayoría de las acampadas, queda algún residuo con la intención de mantener vivo el movimiento a través de puntos de información y de organización de asambleas semanales y de otras actividades extensibles a los barrios. Los acampados han realizado una valoración positiva porque han surgido muchas amistades y una red personal de personas comprometidas.

De la mano del tripolar Alfredo-Pérez-Rubalcaba el PSOE se lanza a la caza de los más pardillos de los indignados diciéndoles que él asumirá buena parte de sus propuestas. Con su tradicional demagogia populista, como si fuesen antisistema, el partido del gobierno se opone al propio Estado. Después de entregar miles de millones al sistema bancario, el PSOE ataca la gran Banca, aquella que le ha condonado parte de su deuda y le ha permitido renegociar muy favorablemente el resto. En su demagogia oportunista, Pérez Rubalcaba ataca a los Bancos y Cajas a quienes el gobierno obliga comprar las emisiones de deuda pública y los bonos del gobierno y de las comunidades autónomas que el mercado se niega a suscribir, por más intereses que se ofrezcan. Ahora, el candidato socialista ataca directores, interventores o apoderados de sucursal bancaria, a quienes culpabiliza de que millones de personas se hayan hipotecados hasta el moño por importes muy superiores al de los bienes que compraban. El gobierno socialista que tenía la obligación de dar la voz de alarma, no hizo nada y, ahora, no tiene reparo en debilitar, hasta dejarlo a precios de saldo, al sistema bancario y financiero de España y ofrecerlo libre de polvo y paja, preferentemente, al agazapado capital árabe y chino que espera, pacientemente, para lanzarse a la yugular de aquellas entidades a las que la gestión partidaria ha situado al borde de la quiebra.

Otros indignados no han perdido el tiempo y han creado el partido político Movimiento Anti Crisis 2012, por aquello de que quien da primero, da dos veces, y que ha llevado a Democracia Real Ya a criticarlo abiertamente. También, el submundo de Bildu, infiltrado en diversas acampadas, recibirá este verano la visita de activos indignados dispuestos a conocer la Kale Borroka del País Vasco.

Una composición de imágenes que recuerda aquellos animales que abandonan el barco cuando éste se hunde

¡Y cómo no! No podían faltar en el aquelarre, los de la Zeja, beneficiados con miles de millones de euros de dinero público, muchos más millones de subvenciones públicas que el dinero recaudado por el resultado de sus trabajos artísticos. En su línea habitual, el sábado 2 de julio de 2011, los Miguel Ríos, Pedro Almodóvar, Pilar Bardem, Juan Diego Botto, Isabel Coixet, Pedro Guerra, Víctor Manuel, Ignacio Ramonet o Juan José Millás, oficializaron el abandono de la nave de Rodríguez Zapatero con la presentación del manifiesto "Una ilusión compartida" que defiende una “nueva izquierda”.

El escritor y cabeza visible de nueva izquierda, Luís García Montero, señaló en rueda de prensa que "Se trata de una iniciativa cívica que quiere generar una cultura capaz de oponer resistencia a las corrientes de opinión condensadas por el neoliberalismo y a la opresión de los mercados". Para ellos, este manifiesto representa un intento por "asumir el estado de rebeldía, luchar contra la cultura dominante de los beneficios, los poderes financieros y el sálvese quien pueda". "Queremos poner a pensar a la gente y, sobre todo, a los políticos, para ver si son capaces de superar esta fractura que están abriendo en la sociedad".

A la izquierda de Luís García, el novelista Eduardo Mendicutti, el mismo que ha escrito sobre el bikini de Leyre Pajin, leyó el manifiesto que reclama la necesidad de "buscar nuevas formas de democracia participativa y sumar en una ilusión común los ideales solidarios de la izquierda democrática y social". Como expresión de su cinismo, los Zejas añaden en el texto: "La corrupción democrática se ha mostrado como la mejor aliada de la especulación, separando los destinos políticos de la soberanía cívica y descomponiendo por dentro los poderes institucionales. Hay que devolverle a la vida pública el orgullo de su honradez, su legitimidad y su transparencia".

En el mismo acto, promovido por el sociólogo Jesús Montero, la periodista Olga Rodríguez, el escritor Isaac Rosa y profesores de distintas universidades españolas, la actriz Lucia Álvarez dio a conocer un segundo manifiesto: "La resignación ante la victoria de la derecha (en las últimas elecciones) nos aboca a un escenario de sombrías perspectivas. Es momento de decidir qué tipo de democracia queremos, más allá del olvido de nuestra memoria traicionada, de la tiranía de los mercados, de la impotencia de los políticos y de la justificación de los medios". El escritor Carlos Prado dio lectura a la carta personal de adhesión de Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO y presidente de la Fundación Cultura de Paz, que no asistió a la presentación de "Una ilusión compartida".

Como ya expresé en estas páginas de Reflexión Crítica, las movilizaciones habidas desde junio de 2010 tratan de poner en marcha el aparato insurreccional de la izquierda para cuando el centro derecha gane las elecciones. Ni más ni menos, esa es la esencia, lo demás sólo son disfraces de una estrategia establecida a golpe de encuesta del CIS. La pérdida del gobierno por el tripartito catalán es el ejemplo más notorio. Quienes callaron como muertos, han revivido tras el derrumbe de la tritspartida catalana.

Una pléyade de exquisitos indignados acompañan al suspendido Baltasar Garzón

Y como tapado tras los comparsas de la Zeja, tenemos a Baltasar Garzón, que se postula para dirigir un partido y que manifiesta “su ilusión” por construir una nueva izquierda. El suspendido juez Garzón, el de las disparatadas instrucciones que llevaron a prisión a cientos de personas que, tras una estancia en la cárcel, recuperaban su libertad sin que ninguna sentencia les condenara. Reconfortado con actos de desagravio, como los que le hacían a Franco en el Palacio de Oriente, el suspendido Garzón recibe el auxilio de unas decenas de personas encabezadas por la abogada Cristina Almeida o la actriz Pilar Bardem. En su retorno a la política, Garzón piensa que el PSOE no tiene soluciones e IU no tiene horizontes. Sin embargo, para Cayo Lara, los de IU son los que mejor reflejan el movimiento del 15-M.

Por supuesto, ni una sola palabra crítica para sus amigos de la SGAE, aquellos que, en estos momentos, están acusados de tres delitos que comportan penas de cárcel. El juez Pablo Ruz les acusa de un delito continuado de apropiación indebida, otro de administración fraudulenta y de delito societario. Al compás de la investigación judicial, los “angelitos” de la SGAE encargaron a una empresa la destrucción de más de cinco toneladas de documentos, previamente escondidos en un almacén del polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada.

Menudo pandilla de aprovechateguis nos ha caído encima. ¡Baja Pedro y llévatelos!

Y los cabreados

Los indignados han dejado, tras de sí, a convencidos seguidores, gente esperanzada que le dio su silencioso apoyo hasta que grupitos de vándalos hicieron acto de presencia, y a otros que han comprendido que esa supuesta espontaneidad se ha ido transformando en otra cosa. Indignados son aquellos que critican al sistema y a la oposición, pero que se niegan a criticar al gobierno del PSOE, que controla el BOE y que ha malgastado a espuertas todo tipo de recursos públicos. Una actitud más que sintomática.

Coexistiendo con los indignados, hay otra parte del pueblo que son los cabreados, a quienes los medios no dan tanta cobertura informativa. Unos cabreados que incluyen gente muy diversa y hasta de antagónicos perfiles; pero, con el nexo de unión de ser estafados por “el sistema”, que les engañó cuando les planteaban que la formación, el trabajo y someterse a los impuestos eran condición sine qua non para su progreso y el de la sociedad. En la actual crisis, los políticos les han dejado indefensos y sin recompensa alguna para su esfuerzo solidario. Esfuerzo personal y familiar que les dio capacidad de ahorro para comprar un piso y, para algunos, disponer de una segunda residencia, en miles de casos heredadas tras el fallecimiento de algún familiar.

Son aquellos millones de trabajadores en régimen laboral de las pequeñas, medianas y grandes empresas cuyo único delito es trabajar, cotizar y querer vivir de su trabajo. Un buen número de cabreados son autónomos con jornadas de más de diez horas diarias, que para algunos de ellos incluyen el mismo domingo. Son pequeños y medianos emprendedores de la economía productiva que para conservar su empresa o su pequeño negocio se juegan su patrimonio personal y familiar, y que tardan diez meses, un año o dieciocho meses para cobrar el trabajo realizado y entregado, aunque hayan tenido que pagar previamente a sus proveedores y transportistas. Aquellos que pagan, en tiempo y forma, sus impuestos, tasas y arbitrios de todo tipo aunque para ello deban suscribir un préstamo y abonar las cuotas mensuales de éste, sin que clientes como las administraciones públicas les abonen los miles de millones de euros que les adeudan, un hecho que les obliga a despedir a parte de su personal, a cerrar la empresa o a bajar, definitivamente, las persianas de su negocio.

Son, también, profesiones liberales y personal al servicio de las administraciones públicas con una vida de trabajo, de cotización y a merced de una normativa que les recorta sueldos, “porque todos debemos hacer un esfuerzo” y les retrae prestaciones. ¿Para qué les ha servido el tesón y años de estudio para obtener una plaza?

Son los propietarios “ocupados”, que no pueden echar a sus ocupas profesionales porque “sistemáticamente” son acusados por éstos de malos tratos, que deben acudir a un juzgado para que dicte una resolución al cabo de ocho o más meses. Aquellos que vieron como la casa de sus padres recién fallecidos, o que su propia casa era ocupada mientras pasaban unos días de vacaciones, a la que no pudieron acceder a su vuelta, y que se encontraron con que figuraban en una lista de casas a ocupar, que, al menos, en las ciudades más grandes, se actualiza semanalmente.

Miles de personas se manifestaron contra el pensionazo del PSOE, CiU, CCOO y UGT, y del abstencionista PNV

Son quienes se lanzan a luchar contra el pensionazo que trata de imponer el gobierno del PSOE, CCOO y UGT con el apoyo parlamentario de CiU y la abstención del PNV; que luchan contra la imposición de la pena de muerte a los nasciturus y a los ancianos y a los enfermos terminales; que realizan acampadas por la vida; que luchan por otra ley de Libertad Sindical que acabe con la farándula de los vividores sindicales; que luchan por tantas otras causas en las que queda en entredicho las libertades concretas de los ciudadanos. Son quienes, a través de las redes sociales y de anónimos de todo tipo, reciben amenazas de muerte y agresiones ante cada una de las protestas que desarrollan en cualquier espacio urbano.

Son aquellos que deberán trabajar más años, cotizar más y más tiempo, para cobrar casi un treinta por ciento menos de su jubilación y durante menos tiempo. Es decir, aquellos que por su nivel de renta no pueden crear una SICAV, pero que tienen un gran bienestar a ojos de quienes desde “su superioridad moral”, sentados en el suelo y con la típica litrona en mano, les miran desafiantes y les espetan a su paso “no nos mires, únete”, como moderno grito de esos nuevos parias que no han dado un palo al agua en su vida.

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