25/11/11

El legado de Zapatero: la irresponsabilidad

En el decurso de la historia en cuantas ocasiones ha gobernado el socialismo éste ha hundido a España. En las tres últimas décadas, como antes sucediera con Largo Caballero y compañía, Felipe González estableció nuevas marcas de caos y corrupción, ampliamente superadas por José Luís Rodríguez Zapatero y la comparsa cejuda y perroflauta que le ha acompañado en su periplo de Gobierno.

Navarredonda reconvertida en la aldea de Asterix resiste la presión de las legiones matritenses de Esperanza Aguirre

Pero, como no hay mal que cien años dure, el 20-N el Pueblo español, en votación libre, hundió políticamente a los amigos de la mentira, a los impostores. Sin duda alguna, la España emergente ha hundido al socialismo en votos y en escaños hasta el punto de hacerlo desaparecer del mapa en algunas comunidades como la de Madrid, donde sólo se ha impuesto en dos de los 179 municipios de la comunidad: Navarredonda, o en Fuentidueña del Tajo, en la linde con la provincia de Toledo. Vuelco histórico en Andalucía y Cataluña, donde CiU ha confirmado la debacle socialista. IU y UPyD se alimentan del voto de castigo a los socialistas, mientras Extremadura reafirma su apuesta por el PP y hunde, aún más al PSOE.


Los españoles han condenado en las urnas a quienes los engañaron y los traicionaron; a quienes se avergüenzan del Himno y la Bandera nacional; a quienes, aberrantemente, les dejan a los pies de nacionalistas e independentistas alegando que el concepto Nación era discutible; a quienes se doblegan ante el terrorismo y lo institucionalizan; a quienes han llevado a las listas del paro a más de 5 millones de ciudadanos; a quienes criticaron la guerra de Irak y niegan la guerra de Afganistán, donde nuestros mejores soldados luchan y mueren; a quienes, cínicamente, negaron la crisis económica, vieron brotes verdes y continuaron derrochando el dinero de todos entre sus amigos y conocidos, a través del BOE y de otros diarios oficiales, mediante subvenciones y una extensa red de corrupción.

Rodríguez Zapatero aparece rodeado de miembros de su Alianza de Incivilizados. alguno de ellos puesto fuera de combate por su propio pueblo

Los españoles han hundido a quienes impidieron conocer la verdad sobre el 11-M; a quienes desairaron públicamente la bandera norteamericana en un desfile y, a cambio, se hermanan en su Alianza de Civilizaciones con dictaduras de todo pelaje como las de los hermanos Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, Ahmadineyad o Gadafi; a quienes adoctrinaron a los niños en las escuelas públicas mediante la asignatura Educación para la Ciudadanía, burdo remero de la antigua FEN del franquismo; a quienes pretendieron que el Estado ocupara el lugar que corresponde a los padres en la formación de sus hijos, mientras los “purísimos adoctrinadores” envían a sus hijos a carísimas escuelas particulares.

La España que no se resigna y lucha con ilusión ha determinado sus expectativas, sus esperanzas para salir de la crisis, con el permiso para que se forme un Gobierno firme, que no vacile y que recupere el orgullo de ser Español sin más dilaciones.

Adiós al pensamiento correcto y único

Expulsado del poder local, del poder autonómico y del poder nacional el PSOE se prepara para trasladar su capacidad de intimidación a la opinión pública. Aparentemente, la izquierda acepta la derrota, pero, a las pocas horas, ya está empezando a torpedear el cambio, con presiones desde el gobierno en funciones del que disponen, con medidas y subvenciones propias de sus absurdas, sectarias y retorcidas ideologías que se imponen sobre toda lógica y razón. EL PSOE de forma más sibilina, Cayo Lara de IU llamando a tomar la calle, mientras, en la noche electoral, las bases de ICV le gritan a las pantallas donde aparecía Duran Lleida: “No seràs ministre, ho volies ser, però no ho seràs”. CCOO y UGT se muestran más dialogantes habida cuenta de su dependencia absoluta de las subvenciones públicas para sobrevivir y pagar los caprichos de sus cúpulas dirigentes.

Esencialmente, a través de El País, auténtico BOE del progresismo vividor, y de Público, auténtico TBO del rojerío más subvencionado del mundo, un grupito de intelectuales y periodistas han ejercido fielmente de comisarios políticos al servicio del gobierno del PSOE. La autoridad simbólica derivada del supuesto conocimiento científico y políticamente correcto de este grupito ha constituido el verdadero opio para el pueblo español. Años de pensamiento único y correcto, en los que la intelectualidad del ya extinto régimen, desde su incoherencia política se ha negado a denunciar las tendencias totalitarias que éste imponía a la sociedad, sin importarles si éstas constituían, o no, una aberración moral.

Tras el 20-N, Concha Velasco, Almodóvar, Joaquín Sabina, Ana Belén, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat, Juan Diego Botto y Juan Echanove, José Manuel Caballero Bonald, Almudena Grandes y Luis García Montero, Ignacio Ramonet, José Antonio Martín Pallín y Carlos Jiménez Villarejo, entre otros, se estiran los pelos, de nada les sirvió a los de la Ceja reconvertirse en los Ojala que suceda.

En estos ochos últimos años, el gobierno ha dispensado una enorme proyección a la intelectualidad de izquierdas para que le sirvieran de correa de transmisión de sus consignas ante los miles de personas que creían en ellos a pies juntillas y para que trataran de convertir a sus votantes en zombis. Intelectualidad de izquierda, coaligada y cohesionada por las cientos de millonarias subvenciones económicas de las que han disfrutado, para elaborar toda una mitología fantástica y fanática que sirviera de cobertura a los comisarios políticos y de apoyo a la corrupción sectaria; para prestar su apoyo incondicional a las quimeras de ZP; para mirar a otro lado cuando de la defensa de la vida se trataba. Abstención y ceguera ante la corrupción ha sido su actuar en este período.

Unos años en que la intelectualidad demócrata, sumida en la impotencia, veía como un imposible mejorar la sociedad mediante denuncias directas contra el régimen. Inasequibles al desaliento han emplazado a la intelectualidad de izquierda, la del régimen de ZP, y han ido desmontando todos los mitos de la izquierda occidental y han erosionado la base sobre la que se despliega toda la acción marxista: la cuchufleta de la revolución, a la que juegan los niños de papá disfrazados de parias de la tierra levantando el puñito y dibujando hoces y martillos fuera de contexto desde que se desmoronó el imperio de los soviets allá por el 1989. Han puesto el dedo en la llaga en su lucha contra el totalitarismo, un compromiso ineluctable de los intelectuales demócratas, una lucha que no ha estado compartida por los intelectuales de izquierda, prestos siempre al mayor servilismo.

La irresponsabilidad: su auténtico legado

El principal legado del régimen socialista de José Luís Rodríguez Zapatero ha sido el de la irresponsabilidad. Una irresponsabilidad ante los indicadores económicos que marcaban hacia dónde caminaba España. Una irresponsabilidad caracterizada por el empeño en seguir los caprichos momentáneos que reflejaban las encuestas, sin afrontar los problemas estructurales del país y sin orientarse por el bien común, sino tratando de resolver los problemas internos y de la crisis política con reformas de las leyes sin el más mínimo sentido jurídico. Una irresponsabilidad que ha obligado a Europa a sustituir a las propias instituciones, para preservar el futuro de España y de la misma Europa.

Una irresponsabilidad que comporta mentiras y manipulación, que considera al adversario un enemigo a batir, que divide a la sociedad entre buenos y malos. Una irresponsabilidad que no comporta impulso reformador alguno. Una irresponsabilidad que sustituye a los partidos por el liderazgo, dejando a éstos sin más función que la represiva propia del comisario político. Una irresponsabilidad que les hace aferrarse al pasado y a momias, como Felipe González o Alfonso Guerra, que en sus tiempos también hundieron a España. Una irresponsabilidad mantenida sobre el chollo sindical, que ha guardado sepulcral silencio en estos años a cambio de miles de millones de euros anuales.

ETA, siempre enmascarada y en mofa permanente a sus víctimas, trata de poner al Estado al servicio de sus intereses

Una irresponsabilidad que se convierte en perversidad cuando tergiversa el lenguaje, cuando deja la iniciativa en manos de una ETA, colocada en las instituciones, que quiere negociar premios para sus terroristas y sus presos, y que trata de blanquear la criminalidad Batasuna.

Una irresponsabilidad que ha tenido en la propaganda y en la agitación social sus armas predilectas para arrojarlas contra la oposición y proceder al revanchismo ideológico insuflando un laicismo agresivo, una ley de memoria histórica y una asignatura como Educación para la Ciudadanía, absolutamente sectarias, la desmembración de España sin tener una idea de Estado.

Una irresponsabilidad cuando deja minados todos los terrenos económicos y sociales para que el que venga que arree. Millones de euros para la Alianza de Civilizaciones, para la guerra de Libia, para un cine que nadie ve, para la Memoria Histórica, para Colectivos Homosexuales a lo largo y ancho del mundo. Una irresponsabilidad cargada de prejuicios contra la familia, contra la Iglesia y contra toda entidad, institución u organización que se atrevía a disentir, a quienes se les lanzaba su archisubvencionada “Brunete mediática”.

Una irresponsabilidad que ha dejado sin crédito alguno en Europa y en el resto del Mundo, donde se puede secuestrar libremente a ciudadanos españoles sin que haya una respuesta adecuada ante la piratería o el gangsterismo terrorista. Una irresponsabilidad que lleva a retirarse de una guerra en la que se ejercían funciones auxiliares para implicarse en acciones militares en otras varias. Una irresponsabilidad que ha legitimado dictaduras de todo tipo. Una irresponsabilidad que ha conducido a la manipulación de las cuentas públicas y a la invención de las cuentas del sector privado, especialmente las del subsector bancario y crediticio. Una irresponsabilidad que ha derivado en la imposición europea de las políticas internas.

Una irresponsabilidad que ha llevado al mantenerse en el poder como su único haber político, y al precio que sea. Aunque éste fuera el deterioro de la política, de las instituciones o del poder judicial. Una irresponsabilidad que ha politizado la justicia, la policía y muy especialmente el Ministerio Fiscal. Una irresponsabilidad que ha llevado a la legitimación de la corrupción de los propios, de sus amigos y parientes. Una irresponsabilidad, en consecuencia, que ha impuesto una disminución de los derechos y de las libertades, con recortes en los presupuestos nacionales de Sanidad, con la reducción de los salarios de los empelados públicos, con la congelación de las pensiones y con una cifra de desempleados que superan los cinco millones, aunque para ello se hayan eliminado del cómputo a amplios colectivos en paro. Un legado nefasto ante el cual el sindicalismo de clase y la izquierda, la clásica y la perro-flauta, permanecen en silencio sepulcral y echando balones fuera.

Al nuevo gobierno, la izquierda sindical y política y los nacionalismos excluyentes no le piensan dejar ni un segundo de descanso. Al mayor partido de la nueva oposición, en dura batalla campal por su control interno y en plena descomposición, le va la vida en ello.
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13/11/11

Balance de la campaña del cambio

En un balance de la campaña de estas elecciones trascendentales en las que se debate cambio o continuidad, en la que existe la posibilidad de un nuevo gobierno que gobierne y no aquél gobierno que ha gobernado, durante ocho años, como si estuviera en la oposición. Podríamos decir que, ante el previsible cambio, el PSOE trata de inducir al voto del miedo. ¡Qué si quitarán la prestación de desempleo, la sanidad, la educación! ¡Qué si volverán a dejar fumar a la gente! Para ahondar aún más en esa dinámica del miedo, Rubalcaba ha recurrido a desempolvar a las momias del socialismo contemporáneo. Así, en los mítines aparecen los de la pana y los descamisados, y los Ojalás porque los Cejudos han ido abandonando. Con ellos o sin ellos, ni una sola idea de su propio programa, eso sí desinformar sobre los programas de los contrarios, como si la sociedad española fuera incapaz de discernir por sí misma. En el debate televisivo, pasaban los minutos con lentitud como en la novela El Jarama de Sánchez Ferlosio, al cabo de un largo rato, Rubalcaba arremete contra Rajoy y le espeta: “Ahora, el que miente es Usted”, con lo que indicaba a toda la audiencia que él se había pasado mintiendo en todo momento.

Quédense con las caras de este inolvidable sexteto, caracterizado por la ausencia de valores y por llevar a España a la quiebra

Como en anteriores elecciones, recurren a la manipulación sistemática contra el adversario, siguen sin reconocer el estado de quiebra que han dejado allá donde han gobernado, siguen intentando otro “golpe de estado” en la calle en el día de la jornada de reflexión, siguen sembrando la semilla de la discordia y el enfrentamiento para arañar unos miles de votos. En fin, consideran al conjunto de los españoles como párvulos susceptibles de ser adoctrinados por su determinismo mecanicista y sus historietas de buenos y malos.


Y qué decir de esa izquierda patética que es IU, con su desesperado recurso de parapetarse tras el 15-M a la espera de recoger migajas del PSOE. Ambos han mostrado en el ejercicio de sus gobiernos que son incapaces de la más mínima austeridad. No han reparado en gastos si de dinero público se trataba, por eso recurren en sus mensajes a falacias como la de Inversión o Recorte. Señores de la izquierda, llevan años confundiendo el gastar con el invertir. Preferentemente, ustedes han gastado antes que invertir en algo más que no sean rotondas y carteles que cuestan más que las obras anunciadas. Han sobredimensionado todo el sector público contratando cientos de miles de personas según su carné político o sindical, y sin mediar ninguna prueba objetiva de selección, y siguen contratando “comisarios políticos” incluso una vez sobrevenida la recesión. Ustedes han creído que la misión de la sociedad era acudir en auxilio de sus ingentes emisiones de deuda, que pocos quieren, o pueden, adquirir y, por eso, obligan a la Banca española a comprarla e imploran al BCE que suscriba emisiones enteras para alargar, aún más, su agonía. Una incapaz acción de gobierno que ha creado las condiciones para el “sálvese quien pueda” con una corrupción llevada a la máxima expresión, al tiempo que nuevas leyes imponían servicios a prestar por comunidades autónomas y ayuntamientos, sin facilitarles dotación presupuestaria ni otros recursos para desarrollarlos.

La comparsa chantajista

La acción de los nacionalistas, -en especial los nacionalistas catalanes-, se centra en esta campaña en el insulto. Eluden reconocer que el pujolismo fue quien inició el declive de Cataluña, si bien cacarean que el tripartito se encargó de darle la puntilla. Nerviosos, los líderes nacionalistas han optado por recurrir al insulto durante la campaña. Insultos xenófobos de Duran Lleida, de Artur Mas o de Jordi Pujol. El caso Duran Lleida no deja de sorprender a algunos, por el racismo implícito de sus bravatas y por el resto cansino de su mensaje.

Por más que digan los nacionalistas, seguimos pensando que, por ejemplo, los impuestos los pagan las personas –físicas o jurídicas – no los territorios. Que, única y exclusivamente, son las personas las susceptibles de derechos y obligaciones. Que, por tanto, los ciudadanos sometidos al régimen impositivo común pagan lo mismo en Barcelona que en Cádiz, en Coruña que en Valencia, en Gijón que en Almería, en Zaragoza que en Gerona, en Madrid que en Sevilla, en Toledo que en Badajoz. Otra cosa serán los recargos de los tramos autonómicos. Otra cosa es el lugar de la recaudación impositiva y el lugar de la verdadera imputación de esa recaudación. Otra cosa sería la recaudación aduanera y, nuevamente, su imputación al lugar que corresponda. Y así podríamos seguir… hasta ver que ni unos pagan tanto, ni otros tan poco. Y de cómo unos se apropian del IVA que pagan otros. Y de cómo cientos de miles de residentes del resto de España pagan IBI, tasas de recogida de basuras, electricidad, agua, gas en Cataluña. Y podríamos hablar de ese engendro de la Agencia Catalana del Agua que obliga a duplicar el recibo del agua –se paga a la empresa del agua y a dicha Agencia-, para recaudar miles de millones de euros que se pierden por cauces ignotos. La Agencia Catalana del Agua ha tenido que reconocer unas pérdidas de 1.700 millones de euros, de momento.

¿Cuánto tiempo podrá permanecer ese deseo?

En la marca electoral Amaiur está ETA y su entramado, EA, Alternatiba y Aralar. Amaiur es el nombre que utilizaron tres comandos sanguinarios de ETA. Y quienes apoyan esta coalición siguen empeñados en sus acciones de acoso de baja intensidad sobre candidatos de otras organizaciones, sobre militantes o simpatizantes de opciones contrarias. No están dispuestos a desprenderse de su espada de Damocles. No obstante, dicen que Amaiur quiere “referencialidad vasca” en la política para que sus votos sean “un boomerang” “en unas elecciones (las generales) que nunca deberían haber existido”. Aseguran que “No participarán "en la gestión del poder que nos niegan", pero buscaran complicidades "en la institución y fuera de ella” “con otras fuerzas soberanistas y de izquierda en nuestra labor en el Estado y en Europa”. Se relacionará con catalanes, gallegos, IU y Equo. Con el PNV sólo buscarán acuerdos si lo exige la dinámica parlamentaria.

Todo ello de acuerdo con su “Hoja de ruta”, para un nuevo escenario y para "aprovechar la situación para superar definitivamente un conflicto político", que incluye los objetivos de la alternativa KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista) de 1976. Sólo tratarán en Madrid temas de política penitenciaria, de la situación de “sus víctimas”, de la “vulneración de sus derechos” o de “la legalización de partidos”. Actuará para "demostrar la propia incapacidad innata del Estado para resolver los problemas vascos”. Actuará contra el núcleo duro del PP y contra la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado y el Ejército, que han garantizado la vida de los ciudadanos del País Vasco contra la acción de los terroristas en los cincuenta años de plomo y muerte. Para ello tendrán una presencia constante en el Congreso de Diputados, donde confían tener 6 Diputados, de acuerdo con su extrapolación de resultados de las pasadas elecciones forales y municipales. La última encuesta del CIS otorgaba 3 escaños a Amaiur, los mismos que al PNV y por debajo del PSE (7) y el PP (5).

¿Será real su apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas? ¿Amaiur será un nuevo totalitarismo estalinista, y, como todo independentismo, aspirará a expandirse al estilo nazi por Navarra, Cantabria y Rioja?

Ilusión por el cambio

Buena parte de la sociedad española está por un cambio que permita formar un gobierno fuerte que no acceda a los chantajes de determinadas ideologías. Se percibe en la calle, en los argumentos que se exponen en público y en las motivaciones de las personas en los lugares de trabajo, un ámbito tabú en donde antes, por prudencia y miedo, se silenciaba las intenciones de votos hacia determinadas opciones. Existe ilusión en aquellas personas en cuya comunidad la presión nacionalista asfixia a la sociedad en su conjunto.

Sí, se percibe en el ambiente un hartazgo hacia esos mensajes del enfrentamiento permanente, emitidos por esos políticos irresponsables, vividores profesionales. Fíjense que, en la mayoría de los casos, cuanto más exabruptos suelta un político y su camarilla, cuantas más veces invoca el nombre de su territorio y cuanto más se enroca en “su bandera autonómica” mayor es su inmersión en la corrupción más burda.

La sociedad española en su conjunto espera un cambio, y no precisamente en el sentido perroflauta, sino en el sentido de una España plural, en la que se pueda recibir una educación de calidad, sin imposiciones de lengua, en la que los padres puedan decidir lo que quieren para sus hijos sin la intromisión dictatorial del Estado, en la que éste no adoctrine ideológicamente a los alumnos, en la que no se condicione lo que se quiere expresar, lo que se quiere decir, con la excusa de la corrección lingüística. Una educación en la que el valor de la vida y de la dignidad de las personas esté por encima de coyunturas políticas.

Urge recuperar la libertad enajenada y ocultada por tantos banderines y tantos zánganos y ladrones que los enarbolan.
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