15/10/12

¡Cataluña somos todos!

La plataforma cívica De España y Catalanes organizó el 12 de octubre, día de la Hispanidad, una concentración en la Plaza de Cataluña de Barcelona. Una tierra a la que ya los romanos definían como Hispania, hasta hacer de Tarraco la capital de la Hispania citerior. Tarraco Scipionum Opus se puede leer en la Vía Augusta de Tarragona.

Un acto de reafirmación de la Cataluña catalana y española que es capaz de dialogar, de convivir y de ser solidaria y que, por tanto, se contrapone al fundamentalismo separatista basado en el delirio de la exclusión, de la división de la sociedad entre buenos (ellos) y malos (los demás), de la ilegalidad e incumplimiento sistemático de las leyes y de las sentencias judiciales, del adoctrinamiento en su Formación del Espíritu Nacionalista (FEN) y de la violencia contra las personas, sin importar el límite de edad, de la violencia contra las sedes de partidos políticos y entidades, de la violencia contra los medios de comunicación no subvencionados ni adscritos al pensamiento único dictado por las instituciones del poder.

En Barcelona, miles de catalanes se manifestaron en la Plaza de Cataluña a favor de la convivencia con sus banderas catalanas y de España.

Un acto, en fin, que ha estado organizado sin los recursos que, tan fácilmente, otorgan a otros la Generalidad, Consejos Comarcales o Ayuntamientos. Una concentración cívica y festiva contra la imposición del pensamiento único nacionalista y de sus instrumentos de coacción y coerción social, que se ejercen implacables sobre amplios sectores de una sociedad plural como es la catalana. Un acto para el que los organizadores sólo pedían que se llevaran banderas oficiales de España, de Cataluña y de Europa. Ni símbolos, ni pancartas partidistas, ni mensaje negativos. Símbolos y gestos que unan. Todo en positivo.

Manifiesto del Día de la Hispanidad

En el acto de la Plaza de Cataluña en el Día de la Hispanidad se procedió a la lectura en catalán, español e inglés, del manifiesto ¡Cataluña somos todos!, que reproducimos a continuación:

”Ante la situación política que estamos viviendo en Cataluña y la grave crisis económica que estamos sufriendo, un conjunto de entidades y asociaciones y numerosos catalanes queremos alzar nuestra voz para expresar sencillamente que somos y nos sentimos catalanes y españoles. Lo decimos con orgullo, sin miedo y con naturalidad.

Hoy nos hemos reunido para ejercer nuestra responsabilidad como catalanes y españoles. Todos nosotros surgimos de la Cataluña silenciosa, la Cataluña que hasta ahora no se ha expresado ni manifestado en la calle, para decir que queremos seguir siendo españoles.

No queremos que nuestro silencio se interprete erróneamente o interesadamente. Nuestro silencio no quiere decir que compartimos una Cataluña separada del resto de España.

¡Cataluña somos todos! No queremos que por nuestro silencio algunos pretendan erigirse en los representantes de todos los catalanes defendiendo que Cataluña se separe del resto de España, obviando nuestras voluntades y excluyendo una amplísima parte de catalanes que no se sienten representados con esta idea.

Nuestro proyecto compartido es en positivo e integrador. Nuestro sentimiento por nuestra tierra no es excluyente. Este no es un sentimiento contra nadie. No queremos enfrentamientos entre hermanos.

¡Nuestro mensaje es un SÍ! Un SÍ a Cataluña y un SÍ al resto de España. Las exclusiones y el mensaje del NO los dejamos para otros.

Manifestamos con total normalidad los valores en que se fundamenta nuestra democracia: en la libertad y la lealtad, en el autogobierno y la corresponsabilidad, en el respeto y la pluralidad.

Hoy, en las calles de Barcelona, queremos reafirmar y reivindicar nuestra plena catalanidad y españolidad. Son dos realidades que se complementan y que se convierten en un proyecto común.

Queremos decir con la voz bien clara que nadie tiene derecho a pedirnos que optemos por nuestra condición de catalán o por nuestra condición de español. Y tampoco a poner en duda ninguna de las dos realidades. No queremos perder ninguno de estos dos sentimientos que se enriquecen mutuamente.

No queremos renunciar a nuestras raíces, a nuestra historia, a nuestra familia, en definitiva, a nuestra realidad, a nuestra vida. No queremos que se nos imponga una realidad ajena. No queremos que se nos impongan fronteras artificiales.

Somos muy conscientes de las dificultades que estamos viviendo. No somos ajenos a la grave crisis económica que estamos sufriendo y que afecta crudamente nuestros hijos, nietos, padres, amigos…

Pero creemos sinceramente que la solución a esta grave situación no es que Cataluña se separe del resto de España; la solución no es que España se rompa.

Los catalanes coincidimos con la necesidad de que se mejore la financiación de Cataluña cuando la situación económica lo permita. Pero nuestro ordenamiento jurídico nos facilita los instrumentos necesarios para alcanzar este objetivo. Con las leyes actuales, podemos mejorar la financiación de los catalanes. Es un objetivo al que no renunciamos y que reclamaremos progresivamente en función de la recuperación de la situación económica.

Tenemos derecho a saber la verdad. Tenemos derecho a conocer qué consecuencias se derivarían de la separación de Cataluña del resto de España. No aceptamos que se nos quiera imponer una visión idílica de esta separación, y más cuando esta se promueve desde determinados poderes públicos. Esto no es dar miedo, es derecho a saber la verdad.

Apelamos a las fuerzas políticas, organizaciones empresariales y sindicales, a los medios de comunicación y a todos los catalanes que en su actuación contribuyan al progreso y bienestar de Cataluña y del conjunto de España desde el diálogo, la convivencia y la solidaridad.

Sabemos que hay miles y miles de catalanes que comparten estas ideas. Que, como nosotros hasta el día de hoy, están callados y no han levantado la voz.

Hoy, una pequeña representación de todos ellos, hemos alzado la voz para expresar sencillamente y con orgullo que somos y nos sentimos catalanes y españoles.

Nos hemos reunido para sumar esfuerzos, compartir voluntades y manifestar, de forma pacífica y cívica, todo en lo que creemos. Como demócratas profundamente convencidos ejercemos nuestra ciudadanía.

Nadie tiene derecho a dudar de nuestra convicción democrática. Aquellos que la ponen en duda con una clara voluntad de desacreditarnos expresan una actitud totalitaria y fascista.

Su mensaje es claro: o piensas lo que yo quiero o no eres democrático. Rechazamos estos planteamientos.

¡Somos muchos catalanes los que compartimos estas ideas! ¡Somos muchos catalanes los que estamos orgullosos de estos sentimientos!

Pero debemos ser muy conscientes de que si callamos, este silencio se utilizará para legitimar que Cataluña se separe del resto de España.

Puede parecer lejano. Puede parecer irreal. Pero aquellos que impulsan la separación de Cataluña del resto de España cuentan con nuestro silencio y nuestra inactividad para legitimar su proyecto.

Hoy nos dirigimos a los miles y miles de catalanes que compartimos estas ideas y sentimientos porque rompemos nuestro silencio y dejamos atrás aquella Cataluña silenciosa. Es la única manera en que podremos detener esta aventura separatista.

Que cada uno utilice la expresión que libremente desee. Pero no nos quedamos callados y alzamos la voz. Alzamos la voz, de forma clara y nítida, para decir con orgullo: somos y nos sentimos catalanes y españoles.”

Un acto que no han podido silenciar

Sin duda que lo han intentado, pero, al final, se ha podido celebrar. A la concentración acudieron representantes de diversas formaciones políticas democráticas.

Un grupo de totalitarios agrede en la Plaza Universidad a un padre que, acompañado de sus hijos, se dirigía al acto de la Plaza Cataluña con una bandera española

En un intento de boicot a la concentración del Movimiento Cívico De España y Catalanes, un grupo de intolerantes, casi un centenar de totalitarios con banderas independentistas, hicieron presencia en la Plaza Universidad de Barcelona. Dentro del grupo agresor, los típicos individuos con las cabezas tapadas para evitar ser reconocidos. Los agresores profirieron todo tipo de abucheos, insultos e intentaron diversos zarandeos contras las personas que se dirigían a la concentración en favor de la unidad de España. En esta plaza, las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a detener a uno de los manifestantes cuando éste agredió a un hombre que, bandera de España en mano, se dirigía con su familia hacia la manifestación antisecesionista. El despliegue policial impidió que las agresiones fueran a más y alcanzaran el objetivo que los totalitarios habían diseñado para la jornada a través de las redes sociales y de los carteles emplazados por la ciudad.

¡Qué gran hazaña, la de estos malandrines! Una agresión sobre un padre de familia que pasaba tranquilamente con sus tres hijos, entre ellos una niña de 8 años tuvo que ser protegida por las asistencias médicas situadas en la Plaza Universidad. Una decena de independentistas que se lanzan sobre esta familia y uno de ellos se cree con el derecho de arrebatarle la bandera al padre de familia, cosa que intentarán varias veces. ¿A quién se le ocurre autorizar la presencia de los intolerantes a escasos cien metros de la concentración por la unidad de España?

La pretensión del nacionalismo catalán de imponer una Cataluña monolítica en todos los ámbitos de la vida ha generado un auténtico problema de convivencia. Aunque el nacionalismo catalán controle férreamente a la mayoría de los medios de comunicación que se editan y que transmiten en Cataluña, no pueden hacer lo mismo con el resto de medios, y la prensa internacional se ha hecho eco de la concentración a favor de la unidad de España. Europa mira con preocupación la situación.

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