Artur Mas: del Capricho al Disparate

Desde hace mucho tiempo el nacionalismo catalán anda jugando al Capricho y al Disparate. Goya realizó en los Caprichos una colección de ilustraciones, de lenta creación, pero muy ligada a su sordera, que le condujo a refugiarse en sí mismo y a dar libertad a la invención de generalizaciones abstractas. Francisco de Goya en la misma época de sus Pinturas Negras, y con parecido ambiente espiritual, elaboró una serie de grabados que denominó los Disparates, y que llevaban inscripciones autógrafas de él mismo.

Amparados en la bandera, Mas y los suyos lanzan sus bravatas

Sin ser ningunos genios, apoyando a su líder Artur, los Cacics de Catalunya (CdC) muestran su predilección caprichosa hacia el victimismo producto de sus paranoias. Sus mariachis entonan las abstracciones nacionalistas de su propaganda sentimentaloide, opuesta a toda racionalidad, para conformar, por simple mimetismo, al pueblo escogido y darle esperanzas a través del gregarismo y de la aceptación acrítica de todos sus tejemanejes, en ese continuo eludir el bulto de sus propias responsabilidades.

Responsabilidades por la desviación permanente de recursos públicos hacia intereses privados de los diversos clanes dominantes de la tribu. Clanes caracterizados por no reparar en gastos si se trata de ellos mismos y por imponer severos recortes en los sueldos y en los servicios públicos a prestar al resto de la ciudadanía, y por mantener los impagos a las farmacias catalanas. Clanes que lanzan la quimera de la Independencia y se ocultan bajo la bandera independentista para ver pasar el temporal de la crisis.

El séquito de la particular versión catalana de la Ordine degli Illuminati

Muestra de esa irresponsabilidad son los viajes a ninguna parte de Artur Mas, acompañado de su mujer, y de su orquesta cacofónica de protocolo, comunicación, nueve miembros de su govern y de catorce altos cargos y de una retahíla de empresarios afines. Un séquito al que acompañaron los alcaldes de Barcelona, Masquefa, Cambrils, Reus, Gerona, Mataró, Calella, y representantes de patronatos de turismo hasta completar una relación de 80 personas. Viajes empresariales-electorales como el de Moscú honran toda una vida, y permiten al candidato-presidente marchar a la capital de todas las Rusias y pernoctar en una suite Ambassador del hotel Radisson Royal con un coste de 1.600 euros por noche (64.000 rublos).

A este hotel de cinco estrellas que ocupa el imponente edificio del legendario hotel Ucrania, que era el preferido por la «nomenklatura» comunista regional en sus viajes a la capital, y cuya fachada mantiene la hoz y el martillo, estrellas de cinco puntas y espigas de trigo, se le ha añadido suntuosidad y la omnipresencia del mármol, que lo reviste todo para contener más de mil obras de arte entre cuadros, estatuas, bajorrelieves, arañas de cristal y bronce y piezas de porcelana. Un hotel de lujo, de 35 plantas y 505 habitaciones, algunas de ellas a un precio estándar de 300 euros, para acoger el Foro Empresarial Cataluña-Rusia. Pero, algunos miembros de la Delegación catalana se decantaron por suites para gozar el lujo de muebles de estilo clásico y cosméticos de las mejores marcas. Un hotel, el Radisson Royal, que es uno de los siete rascacielos mandados construir por Stalin en los años 50, y que es el único que ha hecho negocio con la delegación de la Generalitat.

Artur Mas dejó atrás sus preocupaciones y descansó en el Radisson Royal en Moscú

A pesar de que el Hotel está emplazado enfrente del antiguo Sóviet Supremo de la RSFSR (República Federativa Socialista Soviética de Rusia), reconvertido en la actual sede del Gobierno ruso, no ha habido encuentros oficiales, ni contenido empresarial práctico. Artur Mas no consiguió entrevistas con ministros o políticos destacados de la madre Rusia, ni con medios de comunicación ni con destacados empresarios. Aunque pidió citas con los cargos de mayor nivel de Putin y una entrevista con el diario oficial , Artur Mas fue ignorado y sus aspiraciones separatistas no encontraron eco. A través de la embajada española, realizó nuevos y diversos intentos para entrevistarse con Arkady Dvorkovich, viceprimer ministro de la Federación, y con los titulares de las carteras de Energía -a su vez, presidente del Comité Mixto Hispano-Ruso-, Desarrollo Regional y Cultura. Todos declinaron entrevistarse con Mas, al igual que la presidenta del Consejo de la Federación -equivalente al Senado español- y el viceprimer ministro de Desarrollo Económico. Ninguno de ellos consideró fiable a este personaje, que trató de presentar Cataluña como una potencia económica europea, superior a la propia Rusia.

En el Ateneu Igualadí, Artur Mas se justificó así: "Eso obliga a destinar una parte del tiempo precisamente a situar el país lo mejor posible en el exterior". "Cataluña es quien está en mejores condiciones para hacer esto: en medio del Estado español y del sur de Europa, el país que está en mejores condiciones para situarse fuera es Cataluña".

Siempre escondidos detrás de algo. ¡Estos nacionalistas siempre parapetados en los demás! Tras las criticas al govern de la Generalitat por este despilfarro, a Oriol Pujol le daba la risa este nuevo escándalo convergente, porque "Tal y como se ha planteado el supuesto escándalo, da risa --ha dicho Pujol-- si resulta que el presidente de Cataluña no puede hacer una acción de promoción a Rusia, un mercado importante para los productos catalanes", además de que Cataluña es uno de los principales destinos del turismo ruso.

Un viaje institucional a Rusia que, por otra parte, nada se sabe de su coste, de sus finalidades políticas, de sus objetivos ni de los resultados obtenidos. Eso sí, un viaje que se instrumentalizó a espaldas al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero que, a la desesperada, tuvo que acudir a la embajada española para tratar de conseguir alguna entrevista con algún ruso. Un viaje que, desde el punto de vista político ha sido un fracaso, porque ningún dirigente político de Rusia le ha recibido.

Y después de Rusia, Artur Mas, Gli illuminati, marchó a hacer nuevamente el ridículo a Bruselas. Eso sí, pagando todos.