10/10/13

Las beatificaciones de Tarragona, un acto de debido reconocimiento a los defensores de la Fe

En Tarragona, el domingo 13 de octubre de 2013, se procederá a la beatificación de 522 mártires españoles, víctimas de la persecución religiosa del siglo XX. Tras el acto, todavía, quedarán pendientes miles de personas que, igualmente, murieron en defensa de su fe y que no serán beatificadas en esta ceremonia religiosa.

El arzobispo de Tarragona elaboró esta carta pastoral con motivo de las beatificaciones

Este acto religioso no es un acto político ni reivindicativo –en palabras del secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio Martínez Camino. Argumentó que el fin es "preservar el sentido de este gran acto con una trascendencia tan importante para la historia de la Iglesia".

En la rueda de prensa del día 26 de septiembre de 2013 se presentaron detalles de la celebración. El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, destacó que el numeroso desplazamiento de familiares y amigos de las personas beatificadas no podían tener cabida en la Catedral y por eso el Complejo Educativo acogerá la celebración y durante unas horas quedará convertido en “recinto sagrado”.

El acto que será presidido por el perfecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, que actuará de representante del Papa Francisco, no habrá presencia de “pancartas y banderas de ningún tipo”.

Los beatificados serán considerados Mártires del siglo XX, y no de la Guerra Civil, ya que algunas personas que sufrieron el martirologio, lo padecieron previamente a la guerra civil y “no estaban con las armas en combate, estaban en sus casas o en sus conventos rezando y se les ofreció renegar de Dios para salvar su vida”.

En el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española del Año de la Fe, una de las acciones principales es esta beatificación con el lema “Los mártires del siglo XX en España, firmes y valientes testigos de la fe”.

El arzobispo de Tarragona junto al secretario de la Conferencia Episcopal Española presentaron la Jornada de la Beatificación

Un acto religioso que –según el arzobispo Pujol- quiere unir a los mártires del siglo I con el período en el que ha habido más mártires cristianos en toda Europa, el siglo XX. Tras la beatificación, un total de 1.523 españoles habrán sido canonizados y ascendidos a la categoría de beatos.

Al acto han sido invitadas las autoridades del Estado y han confirmado su presencia más de 200 alcaldes de poblaciones en las que se iniciaron causas de los mártires. Causas de las diócesis de Ávila, Barbastro, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Jaén, Lérida, Madrid, Menorca, Sigüenza-Guadalajara, Tortosa, Valencia y Tarragona, siendo ésta última la más numerosa. Cuentan con mártires originarios de otras diócesis como la de Burgos, Tarrasa, o las de Navarra o de León.

En todas las causas se ha reconocido que las víctimas sufrieron persecución religiosa, que se ejerció una violencia sistemática contra la fe y que pese a la violencia ejercida sobre sus personas no apostataron de su fe. Una constante une a todos los mártires: la coherencia de su fe, la disposición a morir por ella, su compromiso y el perdón a sus asesinos.

Asistirán postuladores de las causas, historiadores, miembros de las congregaciones a las que pertenecían parte de los mártires, del Tribunal Romano, de la Oficina de la Causa de los Santos. Casi todos los obispos españoles, en total 93 obispos, 22 de ellos extranjeros. En el día de la conferencia de prensa, estaban acreditados 1.226 sacerdotes que concelebraran la misa, 2.225 religiosas y religiosos, 3.872 familiares de los mártires. El resto de las personas acreditadas ocuparan todas las plazas hoteleras de la ciudad y el 8 de octubre ya se había conseguido en Salou una ocupación superior al 80%. En esta población se espera la llegada de mil vehículos particulares y más de 300 autobuses provenientes del resto de España.

Setecientos voluntarios colaboraran en la organización y éxito del evento. A tal fin, desde el día 11 de octubre, la diócesis de Tarragona ha previsto diversos actos de acogida a los peregrinos y ofrecerá distintas rutas para recorrer el itinerario de los primeros cristianos. Entre el viernes y el sábado, en el auditorio Tarraco Arena Plaza, tendrán lugar tres representaciones de la Pasión de San Fructuoso, a cargo del grupo de la Asociación Cultural de San Fructuoso. El sábado 12 de octubre se celebrarán unas Vísperas Solemnes en la Catedral.

Vista del Centro Tarraconense El Seminari

Con motivo de lo que los medios de comunicación han denominado como Macrobeatificación, Ayuda a la Iglesia Necesitada invita a la exposición fotográfica “Cristianos perseguidos. Los mártires del siglo XXI”. Esta muestra cinematográfica estará abierta los días 7 al 14 de octubre en el Centro Tarraconense El Seminari (c/Sant Pau, 4 de Tarragona) con los siguientes horarios:
Días 7 al 10 de octubre – de 10 a 13 h. y de 17 a 20 h.
Días 11 al 12 de octubre – de 10 a 19 h.
Día 13 de octubre – de 16 a 19 h.
Día 14 de octubre – de 10 a 13 h. y de 17 a 20 h.

Sin duda, en nuestros días, los cristianos siguen sufriendo martirio y persecución en buena parte del mundo. No está de más recordar los atentados y desmanes contra templos católicos que se vienen produciendo en las últimas décadas en España. El último, una bomba en la Basílica del Pilar en Zaragoza. La reacción ante el acto de la beatificación de Tarragona es una muestra palpable de hasta dónde puede llevar el odio.

Por ello, el departamento de Interior ha preparado un dispositivo de seguridad de unos 600 efectivos que, bajo la coordinación de los Mossos d’Esquadra, contará con la participación de agentes de la Guardia Urbana, de la Guardia Civil, de la Policia Nacional y de la Policia Portuaria.

Los contrarios a la beatificación

Contra esta beatificación de la Iglesia Católica, la más numerosa de cuantas ha realizado a lo largo de sus historia, se han alzado algunas voces en contra. Una maraña de algunos republicanos, comunistas, socialistas, ateos varios han firmado un manifiesto contra este acto religioso. A día 7 de octubre, según la web Tarragona Laica habían firmado este manifiesto 1.225 personas y cincuenta entidades de toda España.

A priori, no puedo dudar de la buena fe de las personas firmantes; pero, conociendo a unos cuantos de ellos, me vienen serias dudas. En la relación figuran repetidas dieciocho personas y en dos casos más aparece tres veces la misma persona. Además uno de los firmantes dice llamarse "aneu vos en a la merda". No sabemos si “aneu vos” es nombre y si “en a la merda” se trata de algún apellido. En otros casos, nombres y apellidos aparecen incompletos y en alguno sólo figura el nombre. Una firmante aparece relacionada como persona y como entidad. Y no hablemos de la muy elocuente relación de entidades. De forma harto repetitiva, las mismas organizaciones aparecen bajo diversos nombres.

Y como entidad simpar firmante figura Tertulia de Poesía Mediona 15, que originariamente reunía un colectivo literario de siete poetas en el número 15 de esa calle de Tarragona. De noviembre de 1995 a 15 de noviembre de 2010 habían publicado dos libros con su propio sello editorial “Cuadernos de la Perra Gorda". Otras entidades son, prácticamente, unipersonales.

Bastantes firmantes no son de Tarragona, ni de sus comarcas próximas. Así tenemos, por ejemplo, a Jaume Colboni, Rosa Regàs o Alberto Reig Tapia, y unas cuantas entidades foráneas. Se destaca la ausencia como firmantes de algunos reconocidos “menjacapellans tarragonins”.

En resumen, diversas entidades, sindicatos y partidos políticos dispuestos a aprovechar cualquier ocasión para conseguir sus minutos de gloria, mientras van cercenando las bases de la convivencia ciudadana.

Presentación del Manifiesto Laicista, el martes 17 de septiembre de 2013, en la sala de actos de la Cooperativa Obrera. Con su clásico destilado anticlerical,los organizadores del acto redundaron en tópicos, dogmas y prejuicios. Entre el público, a título individual, el concejal socialista Carlos Castillo y la portavoz comunista Arga Sentís, portavoz del grupo municipal de ICV-EUiA

El manifiesto de la Coordinadora per la Laïcitat i la Dignitat tienen pensado entregárselo al Arzobispo de Tarragona y Primado Dr. Jaume Pujol, el día 10 de octubre para el que han programado una protesta delante del arzobispado.

Es reseñable que estos individuos, para no ser creyentes, pretenden embutirnos de sus misterios y de sus dogmas de fe. De sus discursos resaltamos el estilo panfletario, lleno de tópicos, lugares comunes, etc., que hace muchas décadas habían quedado felizmente superados. En el texto, un panfleto escrito en catalán, se nos habla de “Creuada”, cuando en el catalán de la inmersión lingüística debería escribirse “croada”.

No obstante, en la rueda de prensa de presentación del manifiesto, la sindicalista y miembro de EUiA, Teresa Fortuny, consideró la beatificación como un “insult a la memoria i a la història” impulsado por la Conferencia Episcopal Española. Señaló que: «Aquestes persones que volen beatificar aquests que anomenen màrtirs d'aquella "croada", per nosaltres són víctimes d'una situació de la qual la jerarquia de l'Església en va tenir part de culpa, perquè va donar suport a un cop d'estat contra un govern legítim —el de la República— i, automàticament, es va posar al costat dels colpistes».

La Coordinadora laicista acompañará la recogida de firmas con mociones e instancias a las diferentes instituciones políticas de la ciudad de Tarragona. Desde agosto, la coordinadora impulsora de la repulsa al acto religioso ha promovido reuniones. En su muro de las lamentaciones, la Coordinadora laicista ha venido mostrando su desengaño por que ERC, PSC o CDC no se hayan sumado a esta nueva boutade.

Sería conveniente recordarles, de nuevo, a los “Coordinados” que el advenimiento de la República se produjo por un golpe de estado, tras unas elecciones municipales que los republicanos e izquierdistas perdieron de forma muy amplía. El mismo catorce de abril de 1931 en Barcelona ya fue asesinada una persona por motivos políticos. Cabe recordarle que la persecución religiosa no se detuvo ni cuatro semanas una vez implantada la República. Ahí tenemos la quema de conventos del 10 al 13 de mayo de 1931. Deberían leer al historiador Gabriel Jackson, nada sospechoso de derechista ni de clerical, que nos habla de más de cuatrocientos intentos de golpe de estado contra la republica por parte de sectores republicano-izquierdistas. No olvidemos a Indalecio Prieto o Lluís Companys y sus intentos golpistas contra la república en 1934. Ni el discurso de campaña de Largo Caballero en Alicante, el 19 de enero de 1936, cuando dijo: “…pero si ganan las derechas tendremos que ir a la guerra civil declarada. Yo deseo una República sin lucha de clases; más para eso es necesario que desaparezca una de ellas. Y esto no es una amenaza, es una advertencia; y que no se diga que nosotros decimos las cosas por decirlas: nosotros las realizamos”. Y por ahí andaba el socialista Largo Caballero y el PCE hablando de la “dictadura del proletariado”. Y por ahí se preparaba el Octubre Rojo de 1936 de Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido como Stalin, que pretendía la toma del poder por los soviets en España y en Marruecos.

Por su parte, el catedrático Josep Sánchez Cervelló, decano de la Facultad de Letras de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, quizás influido por el ambiente, afirmó que las beatificaciones son “un acte «ideològic» i que la intenció de la Coordinadora és la de «clarificar» quina és la responsabilitat de l'Església en tot el què va passar abans, durant i després de la guerra civil espanyola. «És immensa», ha etzibat, «perquè hi ha moltíssima gent afusellada gràcies als informes dels capellans». Sánchez Cervelló ha asegurado que estan «defensant la consciència democràtica del nostre país, que va ser esclafada amb el compromís decidit de l'Església».

No creo que a Josep Sánchez Cervelló se le hayan pasado por alto los 13 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes, 283 monjas y un buen número de seminaristas y novicios de órdenes religiosas que fueron asesinados. Él sabe que con ese ambiente creado por las izquierdas no podía resultar otra cosa más que víctimas y más víctimas. Muertos, heridos, exiliados y prisioneros.

Otros testimonios clarificadores

Y si no, existen muchos testimonios de apologetas de la República que, a los pocos meses, ya tuvieron que describir el fracaso de la misma. Contra el radicalismo republicano, el filósofo Ortega y Gasset mostró su desengaño en el artículo Un aldabonazo, publicado en Crisol el 9 de septiembre de 1931, expresando aquello de ¡No es esto, no es esto!

Ahora, los “Coordinados” exigen que los demás pidan perdón cada instante de su vida, al tiempo que ellos son incapaces de toda autocrítica. Abducidos por su verdad absoluta, se les ve demasiado su plumero sectario. Sin duda, no tienen, ni por asomo, la valentía de una de los suyos, Dolores Ibarruri, que, en el decir de su bisnieta, Ana Biriukov, formada como atea en la URSS, aseguró en una entrevista que "tengo noticia de que Dolores murió confesada". Ana Biriukov, vive en España, es madre de seis hijos, se convirtió al catolicismo y es miembro del Opus Dei.

El padre Llanos, jesuita, fue, efectivamente, amigo y confesor de la Pasionaria (9 diciembre 1895-12 de noviembre de 1989). Y sabemos que una confesión bien hecha perdona los pecados. Dolores Ibarruri pasó por un período de atrición, o de contrición imperfecta, en su proceso interior, sobrenatural, universal y soberano, de alcanzar el perdón de los pecados. Su carácter interior parece ser que fue de corazón y excluía la voluntad de pecar. Su carácter sobrenatural procedente de la gracia de Dios. Su carácter universal por ser extensible a todos los pecados del penitente. Su carácter soberano al detestar el pecado más que cualquier otro mal.

Esa atrición le movió hacia su conversión y a disponerse a la confesión, como sacramento de la reconciliación. Es bien sabido que una buena confesión requiere cinco elementos:
• Examen de conciencia: recordar los pecados cometidos desde la última confesión bien hecha.
• Dolor de los pecados: tener pena en el alma por haber ofendido a Dios y pedirle perdón.
• Propósito de enmienda: disposición y esfuerzo para no cometer más esos pecados.
• Exponer claramente los pecados al confesor.
• Cumplir la penitencia que fuere impuesta: una oración, un sacrificio, una limosna...

En una carta fechada el día de Reyes de 1989, Pasionaria comunicaba al padre Llanos que sabía que pedía por ella ‘al partir el Pan’ (en misa), y, en una prueba de intimidad, le confesaba: ‘a ver si los viejitos que somos convertimos lo que nos resta de vida en un canto de alabanza y acción de gracias al Dios-amor, como ensayo de nuestro eterno quehacer". En sus últimos años de vida, Dolores Ibarruri tenía entre sus canciones favoritas el “Cantemos al amor de los amores” y aquellas otras canciones carlistas que tantas veces entonó con sus padres y cuyas letras conocía a la perfección.

¿Retorno al viejo estilo totalitario?

El día 19 de septiembre, miembros de la Coordinadora recibieron el opúsculo Els màrtirs, testimonis suprems de l’amor a Crist que les remitió el arzobispo Pujol, para que, en sus 52 páginas, pudiesen encontrar la respuesta a las cuestiones que estaban planteando en relación con la beatificación.

En su respuesta al arzobispo, el profesor Sánchez Cervelló exponía una serie de documentos para tratar de demostrar que la Iglesia era un verdugo que pretende, ahora, aparecer como víctima. Señala que el cardenal Segura había escrito que los católicos no podían quedar inactivos contra los enemigos de Cristo. Otros documentos mencionados se orientan a demostrar lo angelical que era la República y lo mala, malísima, que era y es la Iglesia, pronta a la “tradició dels mossens trabucaires del segle XIX”. En esa línea apunta una frase de Mosén Maties, capellán de Arnes, que en 1936 dijo en público: “¡Azaña, Azaña, que Dios tiene una caña y si no te pega hoy te pegará mañana!”.

Trata de demostrar que la Iglesia abrió el camino para el exterminio de los rojos. No admite que los católicos se pudieran defender de la persecución religiosa decretada, precisamente, por esos rojos. Presenta a los rojos casi como ángeles, porque “la persecució religiosa sols afectà a la religió catòlica, ja que continuaren oberts els centres de culte protestants i les sinagogues de Madrid i Barcelona, perquè aquestes confessions no foren vistes com un perill pel govern legítim”. Y si en la zona republicana se persiguió a la Iglesia es porque el Estado “s’esquarterà”. Le indica al arzobispo que recuperado el Estado republicano, en mayo de 1937, cesó la persecución religiosa y “Negrín tractà de restablir el culte catòlic, però franquistes laics i religiosos ho impediren”.

Y aquí, Josep Sánchez nos plantea un misterio insondable: ¿cómo, en plena zona republicana, actuando a sus anchas los comités de milicias antifascistas, pudieron impedir los “franquistes laics i religiosos” la magnanimidad del Dr. Juan Negrín López y sus intentos de restablecer el culto católico?”.

Acto seguido, el catedrático de Historia Contemporánea presenta su memorial de agravios cometidos por la Iglesia. Niega cualquier cambio de la Iglesia en ese sentido y que sigue haciendo política contra la izquierda, y que no se preocupa por “les lleis lesives contra els més pobres i febles de la nostra societat”, ni actúa contra la corrupción gubernamental, ni contra el hambre en colectivos de riesgo.

Y yo me pregunto: ¿en qué país vivirá Josep Sánchez? ¿De qué medios de comunicación recibe su información? ¿De qué ayudas piensa que viven millones de compatriotas? ¿Acaso de los inexistentes comedores y servicios sociales sindicales, de los partidos de izquierda, del independentismo o de los revolucionarios de taberna? Me parece que Josep, aquí, no acierta ni por aproximación.

Al final del escrito, Josep Sánchez reconoce su posición diferente a la de la Iglesia y le recuerda al arzobispo que el diálogo es el camino y muestra su acuerdo con Benedicto XVI y con Francisco I de que “la paraula és un element primordial per l’enteniment entre persones de bona voluntat”. Le solicita una entrevista para el día 10 de octubre a las 19 horas, para que la Coordinadora per la Laïcitat i la Dignitat le pueda entregar su manifiesto y las firmas recogidas.

¿Qué le puedo decir a mi amigo Josep Sánchez que no sepa él? Posiblemente, nada. Pero, si le recordaría que una dosis de autocrítica, por pequeña que ésta sea, no le va mal a nadie. Y que acepte, realmente de verdad, eso que él mismo dijo en la conferencia de prensa: “Es obvio que la Iglesia Católica puede beatificar a quien quiera”. Y eso significa no añadirle esa retahíla de “peros” que acumuló tras esa frase. Porque sencillamente una beatificación es un acto religioso y, más concretamente, un acto de debido reconocimiento a todos aquellos que dieron su vida por Dios y que dieron testimonio público de su fe.

Cuando los “coordinados” hablan de dinero público, se olvidan de los más de treinta mil millones de euros que la actividad de la Iglesia Católica ahorra anualmente al Estado. Mientras, esos sindicatos, partidos políticos y entidades dispuestas a suscribir manifiestos contra la Iglesia suelen representar una verdadera sangría para el erario público, sin que, realmente, aporten algo positivo a la convivencia en la sociedad. Así que, llegado a este punto, no puedo más que pedir que no llegue ni un céntimo público más a sindicatos, partidos políticos y organizaciones empresariales.

Quienes, ahora, buscan cualquier excusa para echarse unos escraches y sentirse jóvenes traslucen, suficientemente, sus deslices totalitarios cuando hilvanan supuestos agravios en un tótum revolútum que acaba deshilachando todo lo cosido.

A estas alturas, no extraña a nadie que la CUP y otras organizaciones anticapitalistas e independentistas, piensen montar “su pollo”, a las 18 horas del sábado 12 de octubre, con la convocatoria de una manifestación “Contra el feixisme i l’Església colpista”, que partiendo de la “Estatua dels Despullats” se dirigirá hacia la Tarraco Arena, donde a las 22 horas está prevista una representación de la pasión de San Fructuoso. Todo les vale en su intento de batasunización permanente de Cataluña.

La Pasión de San Fructuoso y de sus diáconos quemados vivos en el anfiteatro de Tarragona, el 21 de enero del año 259, durante las persecuciones de los emperadores Valeriano y Galieno, se representará en el Tarraco Arena ante los peregrinos que acudan al acto de la beatificación de los mártires del siglo XX

En su imaginario independentista, ven el acto religioso como un acto político y una demostración de fuerza del españolismo. Por eso, llaman contra la “regressió moral, nacional i de gènere a la ciutat”. En su delirio, contrario a todo lo que se mueve, convocan a plantar cara por la dignidad de las mujeres, por el derecho al propio cuerpo, contra la homofobia. Pide la CUP que sus correos electrónicos, cual bola de nieve, sean reenviados a las amistades, familiares y contactos del receptor.

El desvarío se hace mayúsculo cuando alegan las razones por las que la Iglesia ha escogido la ciudad de Tarragona. Niegan la “tradición martirial” de la antigua capital de la Hispania Citerior y aducen que los “Mártires del siglo XX en España” son una muestra de desigualdad con otros muertos. Aluden que se ha elegido esta ciudad, por ser una ciudad de capellanes y militares, por la situación política actual y el crecimiento del sentimiento soberanista de Cataluña. Por eso, dicen que la beatificación se celebra el día 13 de octubre coincidiendo con el día 12, día de la Hispanidad. Para finalizar arremeten contra la falsa solidaridad de la Iglesia y exigen la expropiación de sus bienes. En resumen, a base de tópicos caducos y casposos, la CUP propugna arrastrar a los trabajadores hacia la Arcadia Feliz de la independencia, y en ese interregno, a todos los que no son ellos los considera franquistas y agentes al servicio de intereses inconfesables.

Quienes piensan que “atiar l’odi” no conduce a ninguna parte, pueden comprobar cómo muchas de las intervenciones de estos personajes están alimentadas por el odio. Sus actos a los que llaman escrache, no son sino amenazas recogidas como delito en el vigente Código Penal (Libro II, Título VI, Capítulo II, art. 169 a 171) La amenaza envuelve al acoso laboral, es causa de miles de problemas psicológicos; al acoso escolar, es causa de suicidio de algunos menores; al acoso social y político, es causa de la violencia contra las personas. Con la amenaza se pretende que la víctima sobreentienda actos o palabras que le presagian cualquier mal. La amenaza se lanza con la intención de atacar al bien jurídico de la vida y romper el sosiego y la tranquilidad personal. Avasallar en tiendas, amenazar en los centros de trabajo para conseguir objetivos sectarios, intimidar o robar en grupo o en pandilla son acciones denigrantes e injustas. Ellos lo llaman escrache y otros lo llaman matonismo, puro y duro.

Son organizaciones que hablan mucho, pero, en el fondo, aspiran a seguir chupando del bote otros treinta años, y si es posible continuar gozando de tener liberados. Si los quieren que se los paguen de su bolsillo, ni las administraciones públicas ni las empresas tienen por qué pagarlos, porque ni el bote público, ni el de las empresas están para tales dispendios. Ni la sociedad está para más escándalos de cooperativas de viviendas, de EREs y de todo su choriceo vario, ante los cuales suelen desviar la vista hacia otro lado. Miles de millones de euros perdidos para que estas vanguardias no hayan sido capaces de crear ni una caja de resistencia para sostener las luchas de sus afiliados, ni mucho menos para afrontar la autogestión como relación social fundamental. Y, por supuesto, llevan décadas y décadas mostrándose incapaces de dispensar ayuda social. Pero, eso sí, son capaces de hablar de la falsa solidaridad de los demás. Y en el colmo de su cinismo, quienes más hablan suelen ser aquellos que más tendrían que callar.

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