22/9/15

27-S. Maniobra de distracción masiva: (III) 11-S o la Fiesta de la Decuplicación y el sectarismo de TV3

Como cada 11 de septiembre se celebra, en Barcelona, la “Festa de la Decuplicació”. Una Diada en que el independentismo catalán viste sus mejores galas y desfila por la Ciudad Condal en una demostración de fuerza. Pero, más que la presencia física, a los organizadores les interesa la escaramuza de cifras con la policía local de Barcelona o la delegación del Gobierno. Un conteo que muestra como el sumar, restar, multiplicar o dividir supera ampliamente a algunas entidades separatistas, que manejan cifras que a los expertos en recuentos nunca les salen. Pasada una semana de esa celebración se va comprobando cómo los organizadores decuplicaron la asistencia real.

Av. de la Meridana de Barcelona y el recorrido marcado

Las entidades soberanistas subvencionadas, ANC o Òmnium Cultural, o sea CDC, ERC y alguno más, actúan como guardianas del “prusés” al movilizar a la gente. Un tipo de acción para dejar como niños de teta a los propagandistas hitlerianos y comunistas. Unas entidades muy activas en el cachondeo descontrolado del “Butifarréndum del 9-N”, que dispuso de quince días de votación, pero que el mismo 9 de Noviembre ya computaron votos en un recuento incalificable.

Este año, con motivo de la Diada, Artur Mas aprovechó su discurso institucional, retransmitido por TV3, para infringir de nuevo los principios de objetividad y transparencia, según la Junta Electoral. Una Junta que le requirió para que "se abstenga de realizar actos similares" que puedan suponer la vulneración de la normativa electoral. En su mensaje, Artur Mas dijo que “una cosa és una manifestació encara que sigui espectacular i l’altra una votació” y “simplement vull fer notar que al carrer s’influeix però a les urnes es decideix”.

Los clanes separatistas saben que llevan más de treinta años dilapidando recursos públicos en vez de gestionarlos de forma honrada. Saben que se lo han llevado calentito a los paraísos fiscales y que han destinado al adoctrinamiento sin freno y a las movilizaciones de “autodefensa” aquello que no han podido sacar. Saben que avanza la investigación judicial y policial de la corrupción en Cataluña y que, por tanto, han tenido que precipitar su acción para ganar tiempo y eludir la prisión. Saben que no son suficientes para romper el país y, por ello, pensaron que la grave crisis económica sería su aliado si la complementaban con la excitación de la masa acrítica que les sustenta.

Sectarismo en el 11-S

Como engañar dos veces es difícil, este año no se atrevieron a montar su show en la Diagonal de Barcelona y eligieron la avenida Meridiana, para ocupar una parte de sus 7,1 km. La ANC elaboró un recorrido de 5,2 km (de Can Dragó a la Ciudadela), emplazando a diversos colectivos por tramos. En algún tramo se ocupó la vía de lado a lado, y en otros sólo se ocupaba el espacio que quedaba visible para las cámaras del helicóptero de TV3%. Para reducir el espacio a cubrir, en el centro del recorrido despejaron un carril de 6 metros con la excusa de facilitar la circulación del “puntero”. Las fotografías evidencian lo descrito.

Carril habilitado para el paso del puntero, que debía encajar en la plataforma de los oradores

Este trayecto, para la Guardia Urbana, equivalía a 344.000 m2. Una verdadera extralimitación de cálculo. En realidad, se pudieron cubrir unos cinco mil metros de longitud con una sección media de anchura de 35 metros que, se multiplique como se multiplique, determinan un área de 175.000 m2, a la que descontar rotondas y el mobiliario urbano en el que suele aparecer cosas como bancos, papeleras, bolardos, jardineras y arbolado, pilonas, alcorques, fuentes, vallas o contenedores…

Pero, demos por buenos esos 175.000 m2. En una marcha resulta habitual una densidad de 0,3 personas/m2 que daría una cifra de 52.500 manifestantes. Si considerásemos 0,5 personas/m2 obtendríamos 87.500 personas. Con una densidad más laxa de 0,75 personas/m2 tendríamos 131.250 manifestantes. En una concentración, sin movimiento, se podría considerar la presencia de 1 persona/m2 y eso nos llevaría a 175.000 personas. Más, exagerando mucho, con una densidad de 2 personas/m2 alcanzaríamos los 350.000 manifestantes. Y paren ustedes de contar.

Sin duda, salta a la vista que miles de personas estuvieron en la Av. Meridiana. Pero, ni hartos de orujo, se podría calcular un millón de personas. Reunir esa cantidad en Barcelona significaría cubrir más de los 11 kilómetros de la Avenida Diagonal, considerando un ancho de sección constante de 50 metros –cuando éste es variable en esa vía- y emplazar en el área resultante a 2 personas/m2. Todo ello sin descontar el mobiliario urbano, las vías de tranvía o las rotondas.

Una Diada separatista de supuestos dos millones versus la carrera organizada por El Corte Inglés con 81.000 participantes inscritos. Más de uno debería regresar al cole

Por tanto, en los últimos años, el recuento de los 11-S ha sido de auténtico disparate. Por ejemplo, en la manifestación de 2012 en Barcelona, la Generalitat cifró la asistencia en 2 millones de personas, la Guardia Urbana en 1,5 millones y la Delegación del Gobierno en 600.000. En La Vanguardia, Llorenç Badiella, director del Servei d´Estadística Aplicada de la UAB, escribía que “siendo generosos” entre 500.000 y 600.000.

Al año siguiente, en la cadena independentista. Quico Homs, alterando datos de los Mossos, decretó la presencia de 2 millones de personas. Pilar Rahola, excitadísima, pontificó que eran 2,3 millones. Para la Guardia Urbana fueron 1,8 millones. Pero Miquel Almirall, estadístico separatista de la empresa Contrastant, especializada en este tipo de recuentos, rebajó la cifra a 700.000. Por su parte, un equipo de 20 personas dirigido por un catedrático de estadística de la UB, extrapolando diversos tramos del recorrido, calculó una asistencia de 794.000 personas. La delegación del Gobierno apuntó 600.000 personas.

En 2014, en el 300 aniversario del 1714, en la V de Victòria/Vergonya, el Ayuntamiento de Barcelona cifró la asistencia en 1,8 millones de personas, mientras la delegación de Gobierno la reducía a 500.000 – 520.000. Hace unos días, en la Av. Meridiana de Barcelona, el responsable de la ANC, Jordi Sánchez –aquel que culpara a “la empresa y la policía” de la masacre etarra de Hipercor, establecimiento emplazado, precisamente, en dicha avenida- proclamó la asistencia de 2 millones de personas.

De momento, para comprender la magnitud de esa cifra, les pediría que imaginasen cómo desplazar dos millones de personas en metro. Puestos a exagerar diríamos que si cada unidad de metro trasladase a un máximo de 1.000 personas, yendo apretadas como japoneses y sobaco contra sobaco, se necesitarían realizar 2.000 viajes. Si cada 2 minutos circulase una unidad, en una hora circularían 30 unidades, que dado el doble sentido serían 60 unidades/hora. Es decir, más de 33 horas para poder movilizar ese gentío. Pero, si sólo el 50% se desplazara en metro, para alcanzar ese objetivo los trenes de la red metropolitana deberían realizar 1.000 viajes en un tiempo superior a las 16 horas. Y como no fue así, ¡pues va a ser que no había tanta gente como se empeñan en decirnos!

La cuenta la vieja de ANC y Òmnium

En abril, Carme Forcadell consideró que “a la Meridiana hi viu un sector de la població que encara falta que els arribi el nostre missatge”. Es decir, civilizar a los vecinos mediante el adoctrinamiento en la fe independentista despreciando su capacidad de discernimiento y sus condiciones de vida en esta zona de Barcelona, que fue machacada por el terrorismo de ETA.

Sin explicar el criterio seguido, de nuevo este año, la ANC y Òmnium Cultural dieron la cifra de dos millones de asistentes a su performance. Durante el acto, la ANC daba instrucciones claras: “A veure, feu més gran el carril del punter, que no omplin i arriba l’helicòpter de TV3!”. A las órdenes de la ANC estuvieron los medios de comunicación del régimen para trasladar a los televisores los grandes angulares, planos cerrados, planos bajos.. Imágenes tituladas y adjetivadas por los censores del régimen.

Los sumisos medios del régimen, en su narración, aplicaron una densidad mínima de 11 personas/m2, algo físicamente imposible, y el NODO-TV3% volvió a confundir algarabía con asistencia. ¿Desconocen que las matemáticas son una ciencia exacta y que no permiten mentir como bellacos? Quizás, se lo plantearon como una cuestión de física cuántica, donde diminutas partículas –átomos, quarks, fotones y toda realidad a escala nanométrica- pueden estar aquí y allí casi a la vez. Tal vez se dejaron llevar por la teoría cuántica que invade nuestras vidas en el teléfono inteligente, en la tarjeta de crédito o en la sanación cuántica. Una palabra de moda, una mística que va más allá de lo científico. Por eso, organizadores y TV3% vieron manifestantes en todas partes a la vez, hasta decuplicar la cifra, tras aferrarse a la idea de que en diferentes espacios del Universo los principios de la Física, la Química o las Matemáticas pudieran ser diferentes. De esta forma podrían emplazar Cataluña en un lugar indeterminado alejado del resto de España. Sin duda, esta gente debería volver a visionar Barrio Sésamo.

El blog "The Catalan Analyst" señala uno de los tramos de la avenida Meridiana, con una anchura de 27,76 metros

Para hacer más creíble su conteo, el 10 de septiembre, la ANC proclamaba la existencia de 485.000 inscritos, a base de nombres –figurados, duplicados, menores de edad, inmigrantes, mascotas, artistas y pensadores famosos, etc.-, introducidos por equipos, dándole que dándole al ordenador y a otros medios de transmisión de datos. Pero, el mismo Jordi Sánchez, reconocía “450.000 inscritos”. Para dotarse de cierta credibilidad, la ANC y OC aludieron, en un principio a mil autocares alquilados, cifra que aumentaban día a día para crear la ilusión de cientos de miles de personas. Mil autocares al completo suponen unas 65.000 personas. Por supuesto, que esta movilización no es ajena a la financiación de un régimen quebrado económicamente, que sigue dilapidando sin límites en pos del objetivo de la secesión. Una agitación que no es sostenible por tiempo indefinido ni contando con el apoyo mediático de los medios de comunicación del régimen.

Junta Electoral y sectarismo de TV3

La Junta Electoral Provincial de Barcelona (JEPB) resolvió mediante orden el día 10 de septiembre que la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales ofreciera espacios informativos a las candidaturas no adheridas a la vía catalana que recorrió la avenida Meridiana, "en día festivo y en la misma franja horaria de la retransmisión en directo que se lleve a cabo de la concentración del día 11.9.2015, con la misma duración". Compensación que "deberá ser ofrecida de forma inmediata por la CCMA de Cataluña a las formaciones afectadas y deberá realizarse en términos de proporcionalidad, conforme a lo dispuesto en el artículo 66 de la LOREG" (Ley Orgánica de Régimen Electoral General). La Junta rechazaba que TV3 compensara la emisión de la Diada con un programa de entrevistas de tres horas al PP, PSC, C’s, Catalunya Sí que es Pot y Unió, porque esa fórmula, «sin previa difusión, en absoluto compensaría» a los partidos no secesionistas, porque la propuesta de la cadena no era proporcional al despliegue de medios y difusión que se dio el viernes a la manifestación independentista. Una propuesta que "no responde a los términos ni finalidad del acuerdo a cuyo cumplimiento se dirige, cuales son disponer medidas concretas para compensar en términos de igualdad y proporcionalidad", pues ese "conjunto de entrevistas, sin previa difusión, en absoluto compensaría a las formaciones políticas perjudicadas". En este sentido, subrayaban que la manifestación "había sido profusamente anunciada y que la JEPB calificó la convocatoria del acto y su desarrollo como actividades que inciden sustancialmente en el proceso y la campaña electoral".

Sede la Junta Electoral en Barcelona en Ronda de Sant Pere

En la noche del 20 de septiembre, de 22.13 a 00:23 horas, de nuevo TV3 vulneraba la resolución de la Junta Electoral Provincial de Barcelona (JEPB), montando un debate televisivo en el que incluía a Junts pel Sí y a la CUP, que ya se habían beneficiado de los preámbulos y de las horas de retransmisión de la Diada del 11-S. El debate fue presentado bajo un fondo negro, mediante un aviso con una voz en off que advertía que habían sido obligados por la Junta Electoral. Nada que ver con el despliegue informativo del 11-S.

Mónica Terribas actuó de moderadora del debate con una actitud absolutamente sectaria y que, sistemáticamente, apoyaba las intervenciones de los candidatos de Junts pel Si y de la CUP, tratando de coaccionar las intervenciones de los candidatos de C’s, PP, PSC-PSOE, Catalunya Sí que es Pot y de Unió. Tras la crítica de García Albiol por su actuar y con las indicaciones de la dirección de TV3, recibidas en el intermedio, de que el espacio estaba siendo “trending topic”, a pesar del boicot lanzado por la ANC. La moderadora se “moderó”. Otra vez, la TV3% más patética.

Las cifras de la Guardia Urbana y de la delegación del Gobierno

Las informaciones sobre asistencia a manifestaciones, concentraciones y actos de cualquier tipo que facilita la Guardia Urbana están sometidas a las indicaciones que, a priori, señala el mando político. Bajo mandato del alcalde Trias, de CiU, las cifras dadas en las últimas diadas fueron de auténtico delirio. Este año, con Ada Colau en la alcaldía, el recuento de la Guardia Urbana ha perdido más de cuatrocientas mil personas respecto de 2014.

Sobre los 5,2 km, de forma inverosímil, a la Guardia Urbana le salió un área de 344.000 m2, que suponía una anchura media de 66 metros, y a la que aplicó una densidad media de 4 personas/m2 para obtener 1.376.000 manifestantes, cifra redondeada “oficialmente” hasta 1.400.000 personas. No obstante, “off the record”, la Guardia Urbana dio a los periodistas la cifra de 700.000 asistentes.

Pero, si en sus cálculos la Guardia Urbana hubiera aplicado la herramienta Planimeter en Google Maps habría obtenido un área de 168.200 m2, de la que descontar 31.200 m2 por mobiliario urbano, carril del puntero, etc. Por tanto, habrían tenido que embutir 8 personas/m2, algo físicamente imposible, si querían ofrecer esa cifra de 1.400.000 personas.

En consecuencia, la verosimilitud de organizadores y de la Guardia Urbana queda en entredicho.

Por su parte, la delegación del Gobierno viene ofreciendo una información más centrada, aunque con una cierta tendencia a añadir unos cuantos miles más de personas en su recuento. En este caso aplicó una densidad de 3 personas/m2 para que le salieran entre 520.000 y 550.000 personas. Y se quedaron tan panchos contabilizando en plan maricomplejines.

El conteo de los especialistas

Entidades como Somatemps. Societat Civil Catalana, Convivencia Cívica Catalana, Moviment Cívic d’Espanya i Catalans, Españoles de a pie; grupos en las redes como Catalunya és Espanya, Transparencia Catalana; Mites i mentides del nacionalisme català; La Comarca del Ripollés no quiere la Independencia, Noi.cat… y medios digitales como Dolça Catalunya, Crónica Global, El Español, Estrella Digital, e-noticies, Intereconomía, La Gaceta, La Voz Libre, Las Voces del Pueblo, Mediterráneo Digital, The Catalan Analyst o Vozpopuli, entre otros, han puesto al descubierto toda la parafernalia independentista y la decuplicación en el recuento de sus actos.

Estas entidades de la Catalunya del Seny que mantienen una lucha desigual y vienen realizando una labor, lenta e imparable, para neutralizar el crecimiento del separatismo e invertir la tendencia. Sin ánimo de lucro, sin subvenciones ni ayudas, hacen frente a la perversión del lenguaje nacionalistas que invade la convivencia con su “problema catalán”, su “grupo catalán en el Congreso”, su “espanyaensroba”, su “ensvolenaixafar”, su inventada historia de Cataluña, especialmente la de 1714, etc. Entidades no nacionalistas que tratan de abrir vías de convivencia para hacer valer y defender los derechos de todos los catalanes, especialmente aquellos que son silenciados por los medios del régimen separatista. Esta “Cataluña del Seny” evalúa los datos facilitados por aquellos especialistas que, en todos estos años del “prusés”, han mantenido sensibles diferencias con las cifras de asistencia facilitadas por la Generalitat, la ANC, la Guardia Urbana. Una valoración especializada que explica cómo los Shows del 11-S van a menos.

Av de la Meridana, vista aérea del espacio a cubrir por los manifestantes

The Catalan Analyst, calculadora en ristre, para conmoción del separatismo afirmó que en la Meridiana no hubo más de 350.000 personas. Un largo de 5.000 metros por un ancho de 35 metros, sin descontar obstáculos como mobiliario urbano, lugares inaccesibles, etc., representaría un área de 175.000 m2. Si se aplicara una asfixiante densidad de 4 personas por m2, sin que cupiera ni una aguja más, daría 700.000 personas, Si la densidad normal, entre 1 y 2 personas/m2, salvo la cabecera de la manifestación o concentración en espacio pequeño, el resultado giraría entre 175.000 y 350.000 personas.

El grupo del Conde de Godó, generosamente subvencionado por la Generalitat, no está para desairar a Artur Mas. A partir de ahí se puede comprender la evolución en los escritos en La Vanguardia de Llorenç Badiella, director del Servei d´Estadística Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona.

En 2012, avaló la cifra de la Delegación de Gobierno y demostró que nunca hubo dos millones de manifestantes que decían los organizadores, lo cual representaría una densidad de 6 personas/m2. “Siendo generosos” describió un área de 320.000 m2 y expuso como principio general que “la densidad del núcleo de la manifestación puede variar entre 0,5 personas por metro cuadrado (cuando la manifestación es dinámica) y 2 (cuando es estática), (…). Fuera del núcleo no llega a 0,5.

Badiella calculó una presencia entre 1,6 y 1,9 personas/m2, que “darían cifras generosas alrededor de 500.000 o 600.000 manifestantes”. Un cálculo en sintonía con el estudio de la VFDB del Dr. Disk Oberhangemann, que recomendaba que “se puede asumir una densidad media de menos de 2 personas/m2.

Pero, en 2014, contradiciendo sus cálculos anteriores, Badiella planteó una “densidad próxima a 3 en los tramos centrales que configuraban la “senyera” (con un ancho que oscilaba entre los 18 y los 25 metros) y de 0.3 en los laterales (hasta completar los 50 m de ancho)”. En 2015, en la Meridiana estableció una generosa área de 260.000 m2, argumentado que “el recorrido es de 5,2 km (…) mientras que el ancho de la calle es de unos 50 metros”, por lo que habría entre 2 y 4 personas/m2", y ”puede haber sido puntualmente mayor”. Es decir, entre 520.000 y un 1.040.000 personas. De haber aplicado su criterio de 2012, el resultado hubiera sido entre 416.000 y 494.000 personas. Una diferencia más que sensible. Pero, ya se sabe el que paga, manda.

Otros han utilizado el método de la integral de línea, que cuentea manifestantes con una muestra amplía de imágenes de zonas del recorrido, de acuerdo con el criterio de visionado por computación de los doctores Haroon Idrees y Mubarak Skah –del Center for Research in Computer Vision (CRCV) y que no requiere de los parámetros de anchura y de concentración. Este método ha sido empleado por el equipo del Observatorio Electoral de Cataluña (OEC) de la asociación Societat Civil Catalana, dirigido por Josep Maria Oller, catedrático de Estadística de la Universidad de Barcelona, y Albert Satorra, catedrático de Estadística de la Universidad Pompeu Fabra. Integrando estos cálculos, este método presentaba una horquilla entre 435.000 y 622.566 personas, que permitía estimar la cifra de 535.000 asistentes.

Diversas opiniones y muy diversos cálculos. Después de haber asistido a bastantes más de mil manifestaciones, tanto en España como en el extranjero, y viendo lo que dan de sí esos actos, considero que no hubo, ni por asomo, 350.000 personas.

Oradores en la Diada

Las vísperas de la Diada estuvieron marcados por Lluis Llach y sus “obsessions sexuals” y su “No tinc ni idea”; por Carme Forcadell liándose con el tema de las “Dones” y de las abuelas y por Germà Bel sobre el “Ebre”. Una Muriel Casals que, en una ocasión, acudió a RV3 para pedirles un “cop de mà” con el “prusés”. Los oradores de la Via LliureJordi Sánchez, Quim Torra y el resto de comparsas pusieron su granito de arena para la campaña de JuntspelSí.

Llegada del puntero a la tarima de oradores

Encima del escenario, con una visión de la Meridiana con gente, los actores continuaron eufóricos su interpretación. Jordi Sánchez, el presidente de la ANC, se desgañitaba con la “moral de victoria”, el “esperit guanyador”, el “ho tenim a tocar”, el “sortim d’aquí convençuts que guanyarem”, porque ”hem decidit que marxar i marxarem”. Su insistencia denotaba una cierta preocupación por si fuesen los independentistas quienes no acudieran a votar en masa y prefiriesen pasar el puente de la Mercè, tres días para pasar en sus segundas o terceras residencias de la Costa o de la Montaña, o para aprovechar ofertas para viajar al extranjero.

Quim Torra, en representación de Òmnium, se mostró eufórico i sarcástico, exclamando al ver la gente de la calle: "Déu n'hi do el suflè". El próximo Parlamento será “el darrer Parlament de la Catalunya autònoma” porque “el mandat democràtic a les properes eleccions ens situarà a tots en un punt irreversible”.

Los candidatos Oriol Junqueras (ERC) y Josep Rull (CDC), henchidos de emoción y confiados, en plena campaña, no realizaron ningún llamamiento a votar, ni advirtieron que no está ganado, ni hablaron del trabajo que espera a partir del día 28 de septiembre. Oriol Junqueras se mostró convencido de que será “l’última Diada històrica abans d’una Catalunya independent”. El convergente Rull dijo que “el poble de Catalunya està enlluernant al món”. El mismo delirio que los del Diplocat.

Para volverles a la realidad intervinieron los medios internacionales que, en rueda de prensa, dieron auténticos zascas a Mas, Romeva y Junqueras.

Mientras dos tenientes de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello y Jaume Asens, se pasearon por la Meridiana; por ahí no pasaron el PSC, Catalunya Sí que es Pot, PP, Ciudadanos ni Unió.

Paseo al acabar la performance

A la conclusión de la “toma” de la ciudad de Barcelona, los asistentes se dirigieron hacia los autocares que debían llevarles al redil. En su deambular verbalizaban su excitación contra “Madrit” y contra aquellos medios de comunicación críticos con el régimen separatista. Envueltos en coloridos atuendos, algunos remarcaban su particular acento para demostrar la pureza de su lenguaje frente al perfil ligth de los barceloneses.

Autobuses para el traslado de manifestantes

En el “kit” del buen separatista no faltaba la estelada, casi una por persona. Unas cuantas familias con criaturas con la estelada en sus caras o en camisetas, viseras, gorritos, pantalones, calcetines y botines. Otros con sus mascotas portadoras de banderas separatistas. Se fotografiaban alegres y joviales, profusa y continuamente, para inmortalizar su entrada en la “historia”. Algunos oteaban la presencia de cámaras y fotógrafos de medios y a ellos se dirigían para que dieran testimonio de su presencia. Los más despreocupados se hacían selfies con desconocidos hasta alcanzar su correspondiente autobús. En general, se vieron mucho menos autocares de los indicados por la ANC. Hagan cálculos, de Tarragona salieron cuatro de la Rambla Companys, junto a los Juzgados.

Tras la escaramuza, en avenida de la Meridiana y calles adyacentes quedaron restos de la jornada y bien perjudicados buena parte de los carteles de PSC, PP o Ciudadanos. En la Rambla Guipúzcoa, los carteles de Ciudadanos rotos y tirados por el suelo. Algunos sintieron necesidad de explicitar su odio y fanatismo sin respetar edad ni condiciones personales y abroncaban con toda suerte de improperios y algún empujón a vecinos de la zona, que querían acceder a sus viviendas o que les recriminaban la ruptura de los carteles de Ciudadanos o del PP.

Sin ninguna duda, el sentido común, el seny, ha de ser la respuesta al independentismo. Menos ideología y más políticos centrados en gestionar los problemas de la gente, que no creen nuevos y mayores problemas, que no monten redes clientelares, ni inviertan en autobombo, ni creen un clima de inestabilidad que repele la inversión extranjera, ni tapen la corrupción con la bandera, y que sí se comprometan a atraer el talento, a mantener la industrialización y los servicios y las ventajas del turismo (que es exportación sin gastos en desplazamientos), por más que el candidato de Junts pel Sí, Lluís Llach, diga no tener ni idea al respecto.

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